Tras sufrir un intento de atentado terrorista en Bilbao, el inspector Pérez Jiménez, hijo de un dirigente local de la izquierda leonesa en la época de la dictadura, pide el traslado a una ciudad más tranquila: Segovia. Con la esperanza de poder iniciar una nueva vida, llega sólo a su nuevo destino, después de que su mujer le haya abandonado por un agente de seguros. Nada más instalarse en la ciudad castellana, el policía, que se siente abatido por su soledad, deberá resolver un caso de doble asesinato: el de dos mujeres que son tiroteadas al bajar del tren en la estación de un pueblo llamado Ribajo.
Acompañado de los agentes García y Fuentes y de una sobrina del comisario Gámez, a quien el inspector no soporta, Argimiro Pérez Jiménez deberá realizar la investigación en un ambiente caciquil y paternalista que no le gusta y buscar los puntos de conexión entre dos víctimas que ni siquiera se conocen. Unos jóvenes de la ultraderecha, el párroco del pueblo y una monja se convierten en sospechosos.
Vías muertas es una novela negra que le saca el máximo partido a su trama, fundamentalmente mediante numerosos saltos en el tiempo y la alternancia de las escenas de investigación con los hechos que transcurrían paralelamente o en el pasado relacionados con el caso.
Además, uno de los mayores aciertos de esta novela ha sido la combinación de figuras tan dispares en la investigación, lo que aporta numerosos puntos de vista a una misma trama, lo que la complementa en todos sus ámbitos.
De este modo, abarcaremos desde el inspector, que destaca por su pragmatismo y experiencia en las labores de campo, hasta el policía más idealista, pasando por mentes frías y calculadoras o la nulidad (en cuanto a temas policiales) y el politiqueo del comisario, quien es el superior de los anteriores.
Éste último personaje forma parte de una feroz crítica que se realiza en la obra en la que se incluyen la mayoría de altos cargos de este país (como eso de que para trabajar en un ayuntamiento todos necesitan pasar por las oposiciones menos el alcalde, quien supuestamente es el jefe). Como la novela se ambienta en Segovia, la mayoría de las reflexiones se dirigen hacia la España rural y su encasillamiento en numerosas ocasiones en el caciquismo o en el paternalismo de la Iglesia.
En definitiva, en Vías muertas estamos ante una novela negra de gran fuerza narrativa y de personajes con asombrosos perfiles psicológicos que no les decepcionará en absoluto.
Críticas
Puede comprar el libro en: