«El mundo quizá lo considere el último Mundial romántico. Luego vendría el de Italia, que, honrando a la más pura tradición del anfitrión, fue el más conservador y especulador de la historia. El siguiente sería en América, sede que dejaba implícita, por la escasa tradición futbolística de Estados Unidos, que el fútbol empezaba a ser otra cosa», escribe el ínclito Jorge Valdano en el prólogo del libro, que también recoge las declaraciones de José Antonio Camacho afirmando que «Volvería a nacer para jugar aquel Mundial en México.»
México 86 fue un mundial con cucarachas, con falsos casos de dopaje, con goles divinos y olas en las gradas; el mundial del gol de Míchel que no valió, y los cuatro de Butragueño a Dinamarca, que sí; la lesión de Maceda y la brecha de Camacho, los recitales de Plácido Domingo y Rocío Jurado en Puebla, y las primeras celebraciones populares en Cibeles; un seleccionador cachazudo y una prensa asilvestrada. Un mundial inolvidable para quienes lo vivieron en el campo y para quienes lo vieron desde casa, porque eran esos tiempos en los que, aunque no ganábamos nunca, éramos los mejores.
Santi Giménez es delegado del diario AS en Barcelona, tras haber trabajado en SPORT y en el Diari de Barcelona. Además, colabora en la Cadena Ser y RAC 1.
Luis Martín es redactor de deportes de El País en Barcelona desde 2001, tras comenzar su trayectoria en el diario Sport. Cubre habitualmente el FC Barcelona y la selección española.
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