De la mano de un inspector de policía, Julián Ortega, y una joven periodista, Leire Castelló, el escritor catalán nos muestra la investigación del asesinato de una concursante de un reality televisivo. Con humor e ironía, con agudeza y solvencia, nos va mostrando los entresijos del mundo televisivo, pero también de otros escándalos que, por desgracia, han sacudido nuestras conciencias. En la entrevista nos desvela las razones de Esta es tu vida.
¿Hasta qué punto está el periodismo en crisis?
Son los medios de comunicación los que han puesto en crisis al periodismo. Los periodistas no tienen medios suficientes para investigar y sus puestos de trabajo penden de un hilo. En esa situación es lógico que algunos se autocensuren, que tengan miedo a contar la verdad.
Prensa, radio o televisión. ¿Cuál de estos medios ha resistido peor la crisis económica que padecemos?
La prensa escrita está sufriendo importantes caídas de difusión y el tránsito a lo digital de sus cabeceras impresas está siendo errático y dificultoso.
Los medios digitales, ¿qué relevancia están tomando? ¿Son la solución?
Sin duda. Los nativos digitales que recuperan la esencia del periodismo: hacer de contrapoder sin más limitaciones que contar la verdad son ya el presente y acabarán consolidándose en muy poco tiempo.
¿Qué motivación le ha llevado a escribir un thriller sobre los realities televisivos?
Me preocupa que los realities invadan los espacios informativos. Los telediarios y muchas tertulias contienen buenas dosis de las fórmulas exitosas de esos programas de gran audiencia. Parece que en la televisión no basta con contar las noticias con rigor, sino que hay que darles una pátina de morbo, sensacionalismo y emoción para llegar al máximo número de telespectadores.
Como usted mismo se pregunta, ¿todo vale para conseguir la máxima audiencia televisiva?
Hoy en día casi todo vale. Para mí no. Yo me desconecto de un programa informativo en cuanto percibo que no es auténtico, fresco, que en él todo esta sobreactuado y planificado. Algunos lo llaman telebasura, pero a mí no me lo parece. A algo que está tan bien pensado y trabajado para tocar la fibra sensible de la gente no se le puede llamar basura, pero insisto, a mí no me interesa y no soy quién para juzgar a otros que están enganchados a esos programas diariamente.
¿Todo se perdona cuando viene de la televisión?
No hay nada que perdonar, salvo la manipulación informativa, que es la peor forma de engañar.
Sus dos anteriores thrillers trataron sobre el mundo del periodismo impreso y sobre la radio. ¿Con “Esta es su vida” se cierra el ciclo de una trilogía, o habrá un cuarto sobre los medios digitales en solitario?
Los medios digitales están presentes a lo largo de mis tres novelas y en ésta última, sin desvelar el final, aparecen como la solución para poder contar las historias sin cortapisas ni condicionantes.
Recuerdo de mis años mozos el programa de Federico Gallo, Esta es su vida. ¿Guarda tan buenos recuerdos para cogerle prestado el título?
No tiene nada que ver. “Esta es tu vida” es el título de mi programa reality en el que los concursantes está dispuestos por contrato a ceder toda su intimidad a la cadena de tv para que investiguen sin límites su vida. Los concursantes creen que han tenido una vida determinada y el programa se ocupará de desvelar su verdadera vida. Gana aquel que ha tenido una vida más irreal. El programa de Federico Gallo no dejaba de ser una biografía documentada de los personajes que asistían a su programa.
En aquellos años sesenta, la televisión era casi palabra de dios. “Lo ha dicho el parte”, decían en mi pueblo. Ahora sólo los más mayores continúan con lo mismo. ¿Cómo ha sucedido el desprestigio de la televisión?
No me atrevería a hablar de desprestigio de la televisión. Los españoles la vemos una media de cuatro horas diarias y tenemos más oferta que nunca. Si la audiencia se concentra en programas de reality show y del corazón es quizás porque reflejan el gusto y las apetencias culturales y de entretenimiento de una mayoría.
Las tertulias televisivas están teniendo más éxito que los realities, sin embargo no son más que tertulias radiofónicas televisadas. ¿A qué achaca su éxito?
El éxito de una tertulia es relativo. Las cadenas, como la sexta o cuatro, que las emiten, tienen menor audiencia que sus cadenas maternas, antena 3 o tele5, pero el impacto que tienen entre sus seguidores viene dado porque se configuran como una batalla entre bandos. Todo está preparado y aunque ya sabemos que tal o cual personaje va a tomar partido por una u otra postura, parece que nos encanta oírlo en voz alta y con confrontación. Es un show que poco aporta, salvo una distracción superficial.
En la novela trata temas polémicos. El primero es el de la agricultura ecológica. ¿Es la industria alimentaria el nuevo motor de la economía?
Los transgénicos y la manipulación de las semillas es algo que tiene una gran relevancia para la economía agraria mundial. Las multinacionales que manipulan los alimentos agrícolas son muy poderosas y están enraizadas con el poder económico y político de los grandes países.
Y segundo tema y más importante, la pederastia y los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia Católica. ¿Por qué no ataja la iglesia estos problemas de raíz?
Es una pregunta que debería ir dirigida a las autoridades eclesiales. Se ha escondido a los criminales pederastas y son pocos los que han sido encausados. Se les aparta en un retiro dorado. Creo que el papa Francisco está siendo más objetivo y valiente, pero no sé hasta dónde podrá o le dejarán llegar.
¿Se puede decir en una novela lo que no se puede decir en los medios de comunicación?
Se puede decir de distinta forma, pero los medios de comunicación no deberían esconder ninguna información que sea relevante para el ciudadano.
La pareja de protagonistas es un inspector de policía y una periodista. ¿Es la pareja perfecta para investigar?
Los dos buscan la verdad o las verdades por diferentes métodos. Son perfectamente válidos, pero a la periodista le basta con que haya contrastado las suficientes fuentes para publicar la historia. El policía solo puede concluir su investigación encontrando al culpable o a los culpables.
¿Cómo definiría su novela? Thriller, novela social, negra,…
Creo que se lee como un thriller, cuyo trasfondo es netamente social. Me gustaría entretener dejando un poso de reflexión y de inquietud.
¿Por qué ha elegido su población, Alella, como escenario de la novela?
Al principio dudé, pero cuando describí el pueblo, su situación, el ambiente,… todos lo hubieran localizado. Vivo hace más de treinta años en Alella, me siento del pueblo, me gusta su gente. Creo que es una oportunidad para que la gente que lea mi novela lo visite y lo disfrute.
¿Qué depara el futuro a los medios de comunicación?
No creo que, como dijo Graham Greene, los medios de comunicación acaben un día con el periodismo. Más bien creo que el periodismo es tan necesario que irá reinventándose en nuevos vehículos y medios. Ya lo está haciendo. ¿No cree?
Pues sí, lo estamos haciendo.
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