Juan Antonio Ortega, centrista partidario de la tercera España, vivió la mitad de su existencia bajo el franquismo y otro tanto en democracia. Presenta a los actores de la Transición con agudeza, familiaridad y cercanía, con gotas de ironía y humor. Piensa que el elemento decisivo para el cambio fue la generación de 1978 –los nacidos entre 1930 y 1945– que, distanciada de la guerra civil, decidió reinsertar a España en el curso de la historia europea.
El libro, escrito con rigor sobre fuentes a veces poco conocidas, explica cómo se consolidaron los liderazgos de Adolfo Suárez y Felipe González, el papel impulsor del rey Juan Carlos I y las razones de la sorprendente inexistencia de una democracia cristiana. Aporta una versión positiva de la Transición, pero sin ocultar sus limitaciones, y niega que sean imputables a ella los males actuales. De éstos se ocupa en un sugerente epílogo sobre la España del rey Felipe VI desde la experiencia de la Transición y del consenso constitucional de 1978.
Juan Antonio Ortega Díaz-Ambrona (Madrid, 1939), jurista, filósofo y político centrista, se licenció en Derecho, con Premio Extraordinario, y en Filosofía. Perteneció a Izquierda Democrática, partido liderado por Joaquín Ruiz-Giménez. Miembro del Grupo Tácito, propulsó el Centro Democrático, germen de UCD. Fue subsecretario de Justicia, secretario de Estado para el Desarrollo Constitucional, ministro adjunto y de Educación con Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo. Propugnó el pacto educativo y abandonó la política en 1982. Dirigió la asesoría jurídica de Repsol Petróleo y fue director corporativo del Grupo. Durante trece años fue profesor universitario de disciplinas filosóficas. Son numerosos sus estudios, conferencias y artículos sobre derecho, ética y política.
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