"Guerras mescalero en Río Grande" tiene detrás una ardua labor de documentación histórica. De hecho, los episodios y personajes son totalmente reales, y Vázquez solamente ha ficcionado la trama. Por ejemplo, el presidio que se describe en el libro existió, así como la guarnición y los jefes apaches que protagonizan la novela, con los nombres que aparecen en el texto.
Los españoles tuvieron que hacer frente a un fiero opositor: los apaches. Para lograr una convivencia pacífica entre las riberas de los ríos Grande y Pecos nuestros compatriotas del siglo XVIII tuvieron que idear un sinfín de técnicas que ochenta años después los angloamericanos reproducirían con el mismo objetivo. Estas técnicas iban desde la guerra abierta a los acuerdos de paz, hasta las reservas indias, pasando incluso por los intentos de «comprar» la paz con alcohol y armas.
Nada de esto dio resultado y la convivencia pacífica entre apaches y españoles nunca llegó a ser una realidad. Los apaches fueron un pueblo en guerra durante 800 años y esta forma de vida no cambió con la llegada de los españoles. Los apaches tan solo se apartaron de la vía bélica cuando, en 1886, EEUU obligó al último gran jefe apache Gerónimo a renunciar a enfrentar a sus 30 guerreros contra los 5.000 soldados del ejército estadounidense.
Álber Vázquez (Rentería, 1969) ha publicado una veintena de títulos y es uno de los autores de novela bélica más reputados del momento. Se ha especializado en el siglo XVIII español y está considerado como una de las mayores autoridades en las guerras hispano-apaches que tuvieron lugar en Arizona, Nuevo México y Texas.
Sobre este tema, destacan sus novelas Resiste Tucson y Largo camino hacia Zuni Pueblo. En esta misma editorial acaba de publicar Guerras mescalero en Río Grande, una novela que explora la conquista española del actual Texas y las estrategias emprendidas para lograr la convivencia con los apaches. Ha editado con gran éxito Mediohombre. Blas de Lezo y la batalla que Inglaterra ocultó al mundo, de la que La Esfera de los Libros ha publicado ya su tercera edición.
Además, es uno de los autores de novela negra más sorprendentes del momento. En 2015, publicó Hambre a borbotones, una obra que sacudió el género y que le hizo merecedor de ser finalista en la Semana Negra de Gijón.
Cuando no escribe, corre maratones. Y lo hace bien.
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