1960, la primavera se instala al fin en Islandia. Tres cazadores en busca de focas encuentran en una playa un cadáver en avanzado estado de descomposición. La pequeña comunidad de Flatey sabe que el muerto solo puede ser un forastero. Kjartan, ayudante del gobernador, llega a la isla para descubrir quién es el asesino de un misterioso investigador de códices danés. Cada pista lo conduce hasta un enigmático manuscrito medieval, el Libro de Flatey. Pero hay una nueva víctima. Esta vez con un águila grabada con sangre en la espalda. El culpable sigue en la isla.
Viktor Arnar Ingólfsson nos regala una de las tramas más envolventes de los últimos años, una novela negra inolvidable que sumerge al lector en una Islandia históricamente rica y enigmática.
“Ser de Islandia es igual que ser de cualquier otro lugar. Cada autor es dueño de sus intenciones. Mi destino era nacer en una isla, en la que he pasado toda mi vida. Es el lugar que mejor conozco y, claro, cuando tengo una historia que contar siempre la sitúo allí. Para mí ser islandés no es un dato esencial. Me hace feliz poder dar a conocer parte de la cultura islandesa a mis lectores en todo el mundo, pero no porque sea de mi país, sino porque creo que tiene un importante significado”, explica el autor en unas recientes declaraciones a la prensa.
Sobre su teoría sobre los libros y los islandeses señala que “existe una tradición desde principios del siglo XX por la que en Navidad se regalan casi siempre libros. Casi todos los títulos se publican tres meses antes de las fiestas. Las grandes familias se reúnen y sus miembros, que no tienen apenas nada en común, deben pasar un tiempo juntos, bebiendo café y tomando pastel. Solo pueden hablar del tiempo y de los nuevos libros. Es por eso que todo el mundo intenta leer lo máximo posible para poder participar en las conversaciones.»
“La isla de Flatey era autónoma hasta mediados del siglo pasado. Hacia los años sesenta empezó a despoblarse. Hoy en día solo viven permanentemente un par de familias. Una pena. En los años setenta solo había electricidad durante unas horas, pero vivir allí era un absoluto privilegio”, nos cuenta sobre la isla donde se desarrolla la trama de la novela.
Viktor Arnar Ingólfsson (Akureyri, 1955), es uno de los escritores nórdicos de novela criminal más aclamados del momento. Tras publicar Dauðasök (1978) y Heitur snjór (1982) en sus primeros años y permanecer en silencio durante más de una década dedicado a su profesión de ingeniero de Caminos, en 1998 regresó a la ficción detectivesca con Engin spor, nominada al prestigioso premio Glass Key de novela policiaca escandinava. El enigma Flatey (2002), que también optó a dicho premio, figuró durante varias semanas en la lista de los libros más vendidos en Alemania y ha sido traducida a varios idiomas. En 2005 publicó un nuevo best seller titulado Afturelding, adaptado con gran éxito como serie de televisión. Sólstjakar, de 2009, es su última incursión en el género.
Novela negra
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