La obra del joven periodista argentino recrea la violencia en la juventud argentina a través de seis casos de asesinato.
Sangre joven, que apareció en Tusquets Editores Argentina en su ya prestigiosa colección Crónicas, es, según su autor, fruto de una realidad palpable, la existencia de muchachos delincuentes que matan “porque no saben lo que es la muerte”.
Sangre joven reúne una serie de casos resonantes y luego olvidados por los medios y que poseen una constante en común: la muerte antes de la adultez. Esta obra recrea una crónica fría e impactante, entre la novela negra y el caso real, que se plasma a lo largo de seis casos que sucedieron realmente y que Sinay investigó a fondo para transmitir con su obra la desgracia de la muerte en personas jóvenes; todas las que aparecen como víctimas o verdugos tiene menos de 26 años, algunas incluso son menores de edad.
Federico tenía 20 años cuando fue asesinado por un pibe de 17: una femme fatale adolescente fue la que desencadenó la tragedia. Junior estaba en la secundaria cuando decidió disparar sobre sus compañeros de clase. Andy cuenta en su diario íntimo cómo mató «a un chabón» en una bailanta y cae presa por sus palabras escritas. Una calesita es el mudo testigo de una trágica historia de amor e incesto. Un violador serial de 16 años termina sus días bajo las balas de un policía veinteañero. Un chico convertido en nuevo millonario no imagina la sangrienta trampa que le preparan unos amigos.
Con una prosa atrapante, Javier Sinay no juzga a los protagonistas sino que los acompaña e intenta comprenderlos en todas sus dimensiones: los afectos no correspondidos, las presiones familiares o sociales, el desconcierto ante una realidad que se vuelve atroz. El autor no se centra en discusiones, afirmaciones arriesgadas o juicios morales. Su trabajo es más simple, sí, pero también mucho más valioso: Sinay consigue reconstruir lo mejor posible los aspectos cotidianos, los rincones más normales y dentro de lo común de las historias y los personajes para evitar el relato extraordinario. Es esa fría realidad la que dota de tanta maestría a Sangre joven. La reconstrucción de los hechos, las conversaciones con los criminales o los familiares o amigos de las víctimas completan estas segundas visiones de los casos.
Javier Sinay, por tanto, ha escrito esta obra periodística-novela negra con el objetivo de que sea el retrato de una generación. Según palabras del propio autor: “En mi crónica no intenté revelar por qué alguien que muchas veces no tiene permiso para tomar alcohol ni para votar elige matar, ni tampoco indagué en las estadísticas criminales de los adultos jóvenes y los menores; lo que perseguí, en cambio, fueron las claves para retratar ese universo juvenil y a sus personajes, dejando de lado los estereotipos”.
En definitiva, un libro que merece la pena leer y que hace que las historias, que a veces vemos con indiferencia en los medios de comunicación, vuelvan a golpearnos o helarnos la sangre.
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