Con la presentación del sexto tomo de las obras completas de Miguel Delibes titulado El periodista. El ensayista se da por concluida dicha obra, que contiene siete volúmenes. El primero y el sexto fueron presentados al alimón en 2007. Y con este volumen que hoy se publica se da a conocer una de las facetas menos conocidas pero quizá más importante de Delibes, que es su producción periodística, en la que destacó como uno de los grandes periodistas que ha habido en España, precursor del nuevo periodismo que popularizaría Tom Wolfe y maestro de genios de la pluma como Paco Umbral o Manu Leguineche, entre otros muchos.
El acto fue presentado por Joan Tarrida, responsable de Galaxia Gutemberg / Círculo de Lectores que manifestó que “en sólo en tres años hemos podido publicar con Destino, la editorial de toda su vida, sus obras completas de conformidad con el autor”. Emili Rosales, director de la editorial Destino abundó en lo dicho por Tarrida y añadió que “hemos publicado en tres años sus obras completas como nos propusimos, aunque no hemos llegado a tiempo por el fallecimiento del escritor”. También señaló que “el sexto volumen es el más complejo de ejecución de todos y es un consuelo tener libros como éste para recordarnos al autor”.
En el acto estuvieron presentes José Francisco Sánchez, prologuista del presente volumen, los editores Ramón García Domínguez, autor de una biografía de Delibes, e Ignacio Echeverría. Por representación de la familia asistieron su hijo Juan Delibes y su nieta mayor Elisa Silió Delibes.
José Francisco Sánchez conoce a la perfección la obra de Miguel Delibes, su tesis doctoral fue sobre él, calificó al presente volumen como “un libro sorprendente” y dijo de Delibes que “antes que nada fue periodista y se mantuvo como tal toda su vida. Era un periodista que escribía novelas y pese a todas las dificultades que tuvo con el régimen franquista supo mantenerse como tal”. Añadió que fue un claro antecedente del nuevo periodismo de Wolfe; su trabajo Un nuevo Nadal reportaje-entrevista al padre Martín Descalzo fue un hito de ese nuevo periodismo del que se llevaría la gloria el escritor estadounidense.
Además de conocer la obra de Delibes, también conoce su vida, sabe de los problemas que tuvo que sortear con la censura, sobre todo con la ley de Fraga del 66 de la cual fue muy crítico y como solía decir “antes no podíamos preguntar, ahora podemos preguntar pero no nos responden” y sabe de lo que pensaba y de cómo se comportaba en los momentos difíciles “era una persona que tomaba decisiones y que se peleaba con quien fuera”, señaló. También hay que resaltar que fue uno de los primeros ecologistas que hubo en España con el recordado Félix Rodríguez de la Fuente.
Ignacio Echevarria dijo que “aunque no llegué a conocerlo personalmente, he leído toda su obra de pe a pa”. Para él Miguel Delibes es un periodista que salta al ruedo de la literatura sin un programa claro, pero que conecta fácilmente con los problemas de la población. “Si bien es muy poco programático, su instinto es impresionante”, resaltó el editor. A su parecer sus múltiples ocupaciones como director de El Norte de Castilla, cazador, padre de familia numerosa, sus paseos, le dejaban poco tiempo para leer literatura y pese a eso su intuición le hacia acometer obras de una actualidad rabiosa y ejemplar.
Ramón García Domínguez glosó la vida de Delibes, le conocía a la perfección y le calificó como un “escritor esencial en la literatura y el periodismo del siglo XX, aunque la parte de narrador ha eclipsado a su parte de periodistas, lo cual no deja de ser un error. Rememoró diversas circunstancias de su vida, como cuando le ofrecieron la dirección del periódico El País y que rechazó, porque él en Madrid no se veía, pese que le llegaron a ofrecer un coto en Toledo para continuar con su afición cinegética sin tener que desplazarse a los cotos de la vieja Castilla.
Su hijo Juan Delibes contó alguna anécdota de su padre, como que dedicaba a todos sus hijos los libros que iba publicando. “Uno de ellos, Mis amigas las truchas, fue devorado por uno de nuestros perros y que hasta años más tarde no pude leer, hasta que no se volvió a reeditar”, recordó. Para él las obras que más le gustaron de su padre fueron Las ratas y El hereje, para su nieta Elisa. La que más la gustó fue Señora de rojo sobre fondo gris, “ya que el bebé que salía en la novela estaba basado en mí”, concluyó.
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