La biografía de Maribel Verdú es más una larga conversación que un trabajo cronológico
El libro no es una biografía cronológica, es “más bien una larga conversación que ha durado más de un años, con sus pausas y sus épocas de trabajo más fuerte”, ha señalado la autora Nuria Vidal. Una biografía donde ha contado el lado positivo de una profesión. Maribel Verdú, se ha llevado bien con casi todos sus compañeros de la misma, aunque en el libro recuerda lo mal que trataba a los actores y personal técnico Pedro Masó, que llegaba a humillarla o la desconsideración con que la trató Fabio Testi en una coproducción con Italia. “Me gusta hablar bien de las personas y solo salvo esos casos me he llevado bien con mis compañeros”, dice.
Por lo tanto, el lado negativo queda para dentro de cuarenta años cuando tenga ochenta y tal como hizo Bette Davis “pueda meterme con todo el mundo”. Lo dice medio en broma porque sabe que ella no es así y ha dejado más amigos que enemigos en su profesión y algunos la continúan ignorando, como el director de cine manchego Pedro Almodóvar con el que nunca ha trabajado pero, “tampoco me quita el sueño”, dice entre sonrisas.
“La cultura es fundamental para el avance de un país y el cine forma parte de esa cultura necesaria que, por desgracia, está siendo maltratado por los dirigentes del país. Me parece tristísimo porque el cine no es que sea el chocolate del loro de la cultura, es el envoltorio de ese chocolate”, afirma sin morderse la lengua la actriz madrileña que nació el día que Nixon visitaba Madrid y colapsaba con su visita las calles de la ciudad, lo que a su padre le supuso un trastorno para llevar a su madre a la clínica donde nacería.
Maribel Verdú cuenta que en ocasiones “me he arrepentido de algunas cosas, no soy como las personas que dicen que no se arrepienten nunca. En ocasiones me he arrepentido de trabajar en alguna película, sobre todo de las que sabía que no iban a funcionar. Normalmente lo sé desde el primer día, al ver al director trabajar y verle moverse por el plató, pero nunca me he arrepentido de no trabajar en alguna película”, explica con mirada cómplice a las muchas amigas que la han acompañado a la presentación de su biografía como su agente Trini Solano con la que ya lleva algunos años trabajando.
Son más de 60 largometrajes los que lleva hechos y varias series de televisión. De estas, de las últimas, no se siente muy orgullosa, sin embargo, de sus obras de teatro, sí. Cuando actúa en el teatro lo hace con dedicación casi en exclusiva, “cuando lo hago, dedico un año a cada función; cuando hago cine, sin embargo, puedo hacer hasta tres películas”, cuenta. Este último año así ha sido. Una de las últimas ha sido Blancanieves la película del cineasta bilbaíno Pablo Berger que ha realizado una obra muda y en blanco y negro. “Creemos que el éxito, el año pasado de The Artist nos puede venir bien porque así no nos tratarán como unos frikis españoles que hacen una película de esas características”, cuenta Maribel. La película ha sido preseleccionada en la terna de películas españolas que pueden ir el año que viene a los oscar de Hollywood. “Blancanieves es extraordinaria y completamente distinto a todo lo que se ha rodado hasta la fecha”, declara sin rubor la actriz.
Para la escritora Nuria Vidal, el libro “no ha sido escribir una biografía, sino un relato donde ha habido una complicidad y una colaboración enorme. No es una biografía al uso, ha sido una larga conversación donde se habla de la vida cotidiana, de la vida real de cada día”, señala la escritora mexicana y añade “no es sólo una cosa de películas, sino también de vivencias”. Nuria recuerda como especial el tiempo dedicado a la corrección del libro, “los días profesionalmente más ricos para mí”, afirmó.
Y se nota que es un libro bien trabajado y estructurado que va relacionando las efemérides con la vida de la actriz. Aunque en ocasiones peca de un pequeño desconocimiento del terreno, sobre todo de Madrid. En una ocasión llega a describir a San José de Valderas, barrio donde se crió Maribel, como un barrio periférico de Madrid, cuando se sabe que ese barrio pertenece a la ciudad de Alcorcón. Si Alcobendas tiene a Penélope Cruz por qué no Alcorcón puede tener a Maribel Verdú.
México ha tenido un papel determinante para la actriz madrileña, “co
nseguí mi primer premio allí, un Ariel por la interpretación del Laberinto del Fauno”, recuerda. Por la misma cinta no consiguió el Goya para el que fue nominada, arrebatado por la mediocre actriz Penélope Cruz. Al año siguiente sí lo ganaría, tras ocho nominaciones, por Mesas de billar francés de Gracia Querejeta, haciendo justicia a lo sucedido el año anterior.
“En México me tratan como a una auténtica estrella. Allí he trabajado con lo mejores directores, con los mejores actores. También en Argentina me tratan muy bien y me gusta trabajar allí. Lo que no me gusta tanto, y he rechazado oferta, es para trabajar en Hollywood”, rememora la artista. Aunque sí trabajó con Francis Ford Coppola en su cinta Tetro.
Al igual que no ha trabajado con Almodóvar, no ha trabajado con Amenábar, “pero eso no me lo recuerdan”, señala. Con quien sí le gustaría trabajar es con los directores Rodrigo García, director de cine colombiano, hijo del escritor Gabriel García Márquez y con Juan José Campanella, “pero ahora le ha dado por hacer películas de animación”. En fin, él y nosotros nos lo perdemos.
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