"Hablan los chinos" es un puzzle de historias que nos sumergen en la cultura china
De este modo, nos encontramos con un puzle de historias literarias que nos sumergen de lleno en la cultura china mediante un extraordinario periodismo de calle a través de historias reales que han acontecido a ciudadanos chinos, por lo que tiene una calidad mucho mejor que otros trabajos de estos temas, que parecen más sacados de la Wikipedia que del mundo real.
Hablan los chinos nos aleja de los estereotipos que podamos tener y nos muestra la verdadera cara de China, que poco tiene que ver con las avenidas llenas de bicicletas y de farolillos rojos y mujeres con trenzas, sino que es un país de enormes contrastes, fundamentalmente entre el campo y la ciudad. Así, nos encontramos desde millonarios que se gastan alegremente 400 euros en una botella de champán y empresas que quieren despuntar entre el enorme poderío de las estatales, hasta gente de campo sumida en la miseria que huye a la ciudad en busca de un futuro mejor y que acaban hacinados en el sótano de un edificio.
Además, cada uno de los estratos sociales tiene sus diferentes aspiraciones en la vida. La clase más baja desea un trabajo digno con un sueldo justo, la clase media desea aprender inglés y salir de China a ver mudo, mientras que la clase más alta sueña con sacarse un máster en Harvard o sacar un visado de inversión que cuesta medio millón de dólares para sus hijos y poder sacarlos del país. A su vez, los chinos tienen sus preocupaciones y la fundamental es la económica, con la burbuja inmobiliaria y las fluctuaciones del yuan.
En la presentación, Ana Fuentes también contó que fue muy complicado obtener los testimonios de los chinos pero que se lo trabajó, porque en su experiencia en el gigante asiático, vio que muchas historias se quedaban en el tintero y no podía transmitirlas y muchas de ellas eran muy interesantes. La principal complicación es el hecho de no poder usar un traductor porque ellos no se fían y piensan que puede ser un espía y además otra complicación son las grandes diferencias entre el modo de dirigirse a la población, ya que la autora entrevistó desde millonarios a prostitutas, taxistas o maestros de kung fu.
Además, este libro muestra que China se está volviendo cada vez más permeable a la globalización pese a que aún siga vigente la ley del hijo único (que aunque ya tenga 22 excepciones como que un matrimonio de dos hijos únicos puede tener dos hijos o que la gente de campo que tenga una niña primero puede tener otro, la principal excepción sigue siendo la de pagar), o que la sanidad y la educación sean de pago. La influencia, sobre todo estadounidense, se hace notar cada día más.
En definitiva, Hablan los chinos es un conjunto de diez historias reales de individuos de distinto nivel cultural y poder adquisitivo que impactan por lo insólito, que emocionan y que ponen fin a muchos clichés, resultado de una magnífica labor periodística que desentraña los misterios de un país desconocido aún hoy para Occidente.
Actualidad literaria
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