Periodista de profesión, ha ejercido en distintos medios, participando en debates televisados. Actualmente conduce, en Radio Inter, un programa de historia y la tertulia política A Fondo, donde desmenuza la actualidad nacional, poniendo de relieve las contradicciones de un sistema político caduco que no ha sabido evolucionar con el tiempo y que no sabe estar a la altura de los ciudadanos que representa. El libro está escrito de forma amena, sencilla y rigurosa, acude a numerosas fuentes para apoyar los razonamientos que en él se hacen. Ya antes de su publicación ha recibido numerosos apoyos entre los que destacan los de Jaime Peñafiel, cronista crítico de la monarquía y Antonio García-Trevijano.
¿Por qué define a la monarquía de España como inútil?
La respuesta, obviamente, está en el libro, pero básicamente la monarquía es perjudicial, porque precisa generar oligarquías y es lo que ha sucedido en España, donde los partidos, los sindicatos... son la oligarquía de Juan Carlos. Éste es el jefe de la casta parasitaria. Eso significa que la monarquía es muy cara, nos resulta insostenible. Lo que hago es desmontar toda la mendaz propaganda monárquico-juancarlista.
En su libro argumenta que las naciones con más enconados conflictos secesionistas son monarquías. ¿Quiere esto decir que la monarquía no sabe atajar los problemas de esta índole?
La monarquía genera una falsa estabilidad y como para la familia real, para cualquiera de ellas, lo fundamental es mantener algo tan antinatural como un puesto funcionarial vitalicio y hereditario, se ven todas obligadas de continuo a la cesión. Aquí se ha llevado al extremo: es ese absurdo insostenible de la España autonómica.
Recientemente un periódico catalán ha editorializado diciendo que el rey debería abdicar. ¿Qué le parece esta propuesta?
Una de esas provocaciones que no son más que coartadas. Es preciso ir a un referéndum para decidir entre monarquía o república. Es lo que se nos hurtó al comienzo de la transición y lo que estamos pagando muy caro.
Si abdica el rey, ¿tendría que legitimarse el nuevo monarca?
Permítame una broma, la legitimidad se la da Letizia Ortiz. ¿Es que el hijo del Tribunal Supremo hereda el puesto de su padre?
¿Qué fórmula de Estado propone en su libro?
La República presidencialista o constitucional, con plenas representación y división de poderes. Con elección del presidente de la República en circunscripción única nacional.
En la transición española se optó por la reforma de las instituciones en vez de por la ruptura, ¿fue un proceso adecuado?
Mire, ya estoy muy cansado de las monsergas y de las mentiras tan repetidas durante cuarenta años. Tal y como está establecida la pregunta sería entrar en historia ficción. Las cosas sucedieron como sucedieron y no se hicieron peor todavía porque no entrenaron.
Usted se muestra crítico con el proceso de la transición. ¿Cuáles fueron para usted los errores que se cometieron?
Estamos en una crisis gravísima, con una deuda pública galopante. Los políticos de la casta parasitaria, cuyo jefe es Juan Carlos, han destruido las cajas. Ya es hora de que todo el mundo abra los ojos. En la transición se hizo muy mal la ley electoral, con el sistema proporcional, se hizo pésimamente el poner en marcha el Estado autonómico, el generar cuatro niveles administrativos, más luego el europeo. Y se hizo fatal el convertir el proceso en una cuestión de cúpulas, pactando la anemia de la sociedad civil y la expoliación de las clases medias. Y poniendo en riesgo la unidad nacional con el concepto ‘nacionalidades’ en el artículo 2 y dejando en suspenso cualquier competencia estatal con el artículo 150.2. ¿Le parece pequeño el desastre? ¿Hay que seguir con la palinodia de la sacrosanta transición o decir que el rey va desnudo?
En el libro dedica unas páginas muy críticas con Ansón, ¿en qué se basa su opinión?
Parece que eso está generando polémica. He hecho algo muy sencillo: reproduzco textos de los libros de su etapa juvenil, en los que se define como ‘radicalmente antidemócrata’ y se muestra furibundo y obsesivo contra el sufragio universal. Las personas tienen derecho a cambiar y es notorio que Anson lo ha hecho de manera pendular. Él ha cultivado la especie de un personaje sólido en sus convicciones y eso no se compadece con la realidad. Incluso las razones de su monarquismo son totalmente contrarias en su juventud y en ancianidad. Muestra que el monarquismo carece de contenido intelectual. Es mero oportunismo cínico. Lo conozco bien porque fui jefe de la sección política de ABC en la llamada etapa Anson. El ‘periodista’ Luis María no es inteligible sin su hermano Rafael y su despacho de influencias. Es un periodismo con precio. Pero eso es harina de otro costal que dejo para otra ocasión, para otro libro, en todo caso.
Uno de los grandes enigmas de nuestra democracia fue el 23-F. ¿Se ha contado lo que realmente ocurrió?
Siempre me ha sorprendido la debilidad de mis compatriotas hacia la propaganda. El 23-F fue un golpe dado por monárquicos. Alfonso Armada era el mayordomo de toda la vida de Juan Carlos y Jaime Milans del Bosch un amigo probado. No fue un golpe involucionista, de extrema-derecha, sino un golpe de Zarzuela.
¿Cuál es su opinión de lo que realmente pasó?
No es opinión. Los hechos son sagrados y en ese caso notorios, evidentes. El que echa abajo el golpe no es Juan Carlos sino Tejero, al no dejar a Armada dirigirse a los diputados para ofrecerles el gobierno de concentración nacional. El golpe no se hubiera podido dar, por cierto, si Juan Carlos no trae a Armada a la segunda posición de la Junta de Jefes de Estado Mayor.
En el libro da la lista de un posible gobierno, ¿Cómo consiguió esa información?
Esa lista se ha publicado varias veces. A mí me la han confirmado capitanes del golpe. Tenga usted en cuenta, además, que no hubo manifiesto como en cualquier pronunciamiento y que no había planes para tomar Zarzuela y que Armada pidió autorización para hacer pública su entrevista con Juan Carlos del día 13 de febrero. No se la dieron y acató. Una persona que pide autorización para hacer pública una conversación no da un golpe porque se le haya ocurrido a él. Me parece que he hecho un esfuerzo de claridad en el capítulo que le dedico al 23-F y que quedan muy pocas dudas.
¿Cree que ese gobierno de concentración hubiese arreglado los problemas que padecía España en ese momento?
Perdone, pero no tengo costumbre de entrar en hipótesis que se salen de la historia real. El golpe de Zarzuela fue un éxito: legitimó a Juan Carlos, presentado poco menos como un héroe, acabó con el Ejército como poder fáctico y casi como institución y terminó dando paso al poder al partido socialista, objetivo obsesivo de la monarquía.
¿No eran demasiados gallos para un mismo corral?
Hubo un gran vacío de comunicación. Se utilizó a Tejero y terminaron chocando los trenes yendo por la misma vía. Tejero no podía entender que participara en llevar a socialistas y comunistas al poder.
¿Cuáles cree que son los principales problemas de nuestra actual democracia?
El principal es la monarquía. De ahí devienen los demás: un modelo político nefasto y económicamente insostenible. Las sociedades salen adelante con pocos políticos, bajos impuestos, trabajo, iniciativa y sacrificio.
¿Políticos corruptos o sistema corrompido?
La corrupción es la base del sistema. La corrupción es la seña de identidad del juancarlismo.
¿Cree que la clase política está a la altura de la sociedad española?
Andan parejos en bajura. En descargo de la sociedad, que empieza a organizarse y movilizarse, hay que decir que se han cortado los cauces de participación e incluso de representación. ¿Quién conoce a su diputado? ¿A qué representante puede acudir un español?
En su libro aborda a la monarquía como nadie ha hablado sobre ella, ¿cree que eso le puede acarrear consecuencias?
‘La monarquía inútil’ es un libro necesario para romper un tabú y una piedra de toque para la libertad de expresión en España. Me dicen que me ganaré muchos enemigos y poderosos. Estoy seguro que serán muchos más los amigos y mucho más poderosos, porque el poder está en el pueblo, si lo recupera.
¿Cree que los medios le prestarán atención?
Ya he recibido dos cálidos elogios: de Jaime Peñafiel y de Antonio García-Trevijano. El debate está en la calle y los medios harían bien en recogerlo. No sé si se atreverán.
En el libro también habla de las amistades peligrosas del monarca, ¿a qué amistades se refiere?
No hay un líder democrático que hubiera podido aguantar el nivel de corrupción que ha rodeado a Zarzuela. Fíjese en Manuel Prado y Colón de Carvajal, o en Javier de la Rosa, o en Alberto Cortina y Alberto Alcocer...
En el último capítulo de La monarquía inútil, se refiere a dos personajes a los que denomina el “paella” y el “bombillas”, ¿a quiénes se refiere?
Sin comentarios. Pero la historia es real, por completo.
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