Durante la reforma de su casa de Segovia, Laura encuentra un libro fechado en 1571 y dedicado a un tal Agustín Manuel por su hermano Jaime, junto con media moneda de bronce con el perfil de una dama renacentista, rodeada por caracteres hebreos. Impulsada menos por la curiosidad que por el deseo de eludir la tristeza que la embarga desde su reciente divorcio, Laura viaja a Jerusalén para localizar a Jaime Saporta, el anciano judío que heredó, según ha descubierto, la otra mitad de la moneda. Allí comprobará que este hombre posee, además, el retrato de un mercader portugués atribuido a Alberto Durero en el que, como fondo, aparece un misterioso castillo que ella cree reconocer.
Agustín Manuel y su hermano Jaime; Leonor, la hermanastra de ambos; personajes históricos como la bella portuguesa Brianda de Luna y su extraordinaria hermana Beatriz, banquera de reyes y salvadora de muchos descendientes de españoles judíos expulsados de su patria; Tintoretto y Durero; Felipe II y José Nasí, duque de Naxos; Carlos V o el sultán Solimán..., todos ellos conforman el rico entramado de amores, intrigas y traiciones que Laura descubrirá en el curso de sus indagaciones, sin saber que ella es la responsable de saldar una deuda que se contrajo cinco siglos antes.
Berta Tabor ha construido una novela alrededor de varios personajes femeninos verdaderamente notables. Por un lado está Laura, la protagonista de la primera parte de la historia, la que se desarrolla en el presente. Una mujer recientemente divorciada y que emprende las obras de rehabilitación de una casa heredada de su abuela. Es entre sus muros donde descubrirá la Biblia con la dedicatoria que desencadenará toda la segunda parte de la novela, la que se desarrolla en los albores del siglo XVI. Laura no duda en coger un vuelo a Jerusalén para averiguar quiénes fueron los dueños de esa Biblia, o quién es la mujer que representa la media moneda que encuentra entre sus páginas. Ella sabe que ambos elementos están conectados con su pasado familiar, y por lo tanto, con su presente. Su identidad, que pasa por momentos de zozobra debido a su reciente divorcio, necesita conectar con sus raíces. Laura necesita saber de dónde viene.
En la segunda parte, la ambientada cinco siglos atrás, dos son los personajes que destacan. Uno es Leonor, quien explica la historia, apenas una niña cuando tiene que huir con su madre para recalar en Lisboa. Los orígenes hebreos de su familia las hacen sospechosas en una España que empezaba a encarnizarse con los descendientes de los judíos, que ya habían sido expulsados, y de los que se habían convertido al cristianismo.
Leonor es una de esas personas que pasan por el mundo de puntillas, sin apenas dejar huella, pero es también el testigo necesario para saber que todo ocurrió. Es ella quien al final de su vida decidirá si convertirse en el ángel del olvido o en el de la memoria. Quien deberá optar entre negar los hechos y proteger de esa forma a sus más allegados, o recordarles de dónde provienen.
Pero por encima de todos, el personaje central será Beatriz de Luna, o Gracia Nasí según su nombre hebreo. Una persona absolutamente excepcional, una rara avis en su época. Culta y letrada, en un tiempo en el que a las mujeres se les permitía poco más que aprender a bordar y a tocar algún instrumento musical. Gracia, forzada por las circunstancias, se verá obligada a emerger, a tomar las riendas de su familia y de sus negocios. Y a plantarle cara a la injusticia que se está cometiendo con los judíos por toda Europa. Esto es lo que la llevará a tejer toda una red de rutas de huida para los que sufren la persecución y la tortura.
Berta Tabor nació en Madrid en 1958. Es socióloga y licenciada en Literatura francesa. Tiene un máster en creación literaria por la Escuela Contemporánea de Humanidades. Ha publicado ensayos, entrevistas a escritores y relatos en revistas especializadas. Vive en la actualidad en Madrid, donde colabora con varios medios de comunicación. Su primera novela, La pértiga del funambulista, fue distinguida como Mejor Ópera Prima en castellano en el Festival du Premier Roman de Chambéry. Ha publicado asimismo una versión moderna de El Rey Lear, en la colección de relatos Tragedias de Shakespeare.
Con su nueva novela, El ángel del olvido, ha ganado la primera edición del Premio Internacional de Narrativa Marta de Mont Marçal, convocado por Roca Editorial y que ha estado dotado con 3.000 euros y la publicación de su obra.
La autora declaraba tras conocerse el fallo del jurado que el libro había supuesto años de minuciosa investigación, hasta sentir que dominaba una época tan compleja de la Historia, como es el principio del Renacimiento y el de la era moderna. Un tiempo de luces y también de sombras, del que surge el hombre moderno, pero en el que se planta ya la semilla del totalitarismo que asolará a Europa en el siglo XX. Una época en la que no resultaba sorprendente encontrarse con mujeres poderosas como Catalina de Médicis en Francia, o la reina regente María de Hungría, en Gante, en la que le pareció que merecía destacar con luz propia la figura de una mujer como fue la portuguesa Beatriz de Luna, conocida también como Gracia Nasí, hija de españoles judíos exiliados a Portugal tras la expulsión de España, y convertidos allí a la fuerza al cristianismo. Una mujer que, a la cabeza de un imperio comercial dedicado a las gemas y a las especias, desafió la voluntad del mismísimo emperador Carlos y de su hermana la reina María de Hungría, y llegó a liderar el primer boicot comercial contra los estados papales, en un intento desesperado por librar de la hoguera a los conversos hechos allí prisioneros.
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