Se trata de una novela que parte en dos su historia. Por un lado están los recuerdos de Vivian Daly, una anciana de 91 años que lo ha vivido todo. Una huérfana abandonada a su suerte allá por el año 1930. Ahora, en la actualidad, sólo le quedan esos recuerdos guardados en un desván, listos para ser desempolvados, si aún tiene la valentía suficiente para hacerlo. Para ello, tendrá la ayuda de Molly Ayer, de diecisiete años, una joven que al descubrir cada uno de esos recuerdos olvidados de Vivian se dará cuenta de que no es muy diferente.
Entre el Maine contemporáneo y la Minnesota de los tiempos de la Gran Depresión se nos narrará una historia basada en hechos reales, tan increíbles como ciertos.
Diría que de forma majestuosa y con descripciones claras y concisas se nos presenta una realidad poco conocida. Trenes llenos de huérfanos que partían como ganado para ser seleccionados por un único criterio, las necesidades de la familia que los elegía. En definitiva, mano de obra gratuita. Crudeza y dureza se entrelazan para presentarnos un escenario desolador del que muchos ni llegaron a sobrevivir.
Quizás precisamente por ese apego a los sentimientos de los personajes, hace que el libro te convierta en uno más de la historia. Te parte el corazón cuando ves que Niamh (Vivian en la actualidad), esa cría pelirroja abandonada, vuelve a tropezar una y otra vez con la crueldad de un mundo en construcción. En muchos casos sin leyes adecuadas y sin sitio para todas aquellas personas que simplemente no tienen un hogar, ni alguien que los quiera.
Cada cambio de vida, cada tropiezo, cada sentimiento y cada alegría los sientes a la vez que los personajes. Los sientes y los vives, y te preguntas si realmente tus problemas importan. Si realmente lo que me está sucediendo es trascendental teniendo en cuenta de que hay niños que ni siquiera han tenido la mitad de oportunidades que nosotros hemos tenido.
Esa transformación de ponerte en lugar de los personajes y olvidarte de quien eres para sentirte uno más de una novela inolvidable, hacen que “
El tren de los huérfanos” se convierta en una historia tan maravillosa. Hacen que te subas al tren…
Llevaba mucho tiempo sin leer un libro que me hiciese reflexionar tanto sobre lo que somos y lo que tenemos. La humanidad la construyen personas como tú y yo, y el mundo es cruel porque nosotros lo somos. Quizás no sea tu caso, ni el mío, pero en el fondo todos formamos parte de lo que fue y lo que es, y si queremos que lo que está por venir sea mejor, sólo depende de nosotros…
Puedes comprar el libro en: