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Trashumancia

ESCAPADA DE OTOÑO A GREDOS

24/10/2024@21:21:00

El otoño es la estación de la luz, cambiante y menguante; la luz de los atardeceres imposibles, de los colores ocres, de las hojas caídas y errantes, de las moras, las castañas y las setas…

En Gredos es la estación en la que las cabras buscan novio y los machos se pelean por conseguir sus favores estremeciendo la sierra con el choque de sus cuernos.

Es el turno de las Quitameriendas y las manzanas, de la matanza del cerdo, de las primeras heladas y lumbres que invitan al recogimiento.

Son meses de mudanzas, de reencuentros y abandonos: vuelven los milanos reales, pasan las grullas, se marcha el Pechiazul, y las vacas trashuman buscando soles y pastos nuevos.

Si este otoño eres de los que vienen a Gredos te proponemos 14 planes, con o sin niños, por libre o de la mano de profesionales del turismo activo, porque aquí cada estación es una aventura.

Canto a las fuentes, ríos, y manantiales de Cuevas del Valle - Gredos

Les voy a contar una historia.

Una historia verdadera.

Una historia de sierras y cordilleras.

Les voy a contar la historia de la sierra de Gredos.

Les voy a contar la historia de Cuevas del Valle.

Les voy a contar la historia de aguas cristalinas y limpias.

Les voy a contar la historia de sus fuentes, manantiales, ríos y riachuelos.

Canto a las fuentes, ríos y manantiales de Ad Fauces, Garganta de la Olla, en la Falda de Gredos

Les voy a contar una historia.

Una historia verdadera.

Una historia de sierras y cordilleras.

Les voy a contar la historia de la sierra de Gredos.

Les voy a contar la historia de Ad fauces, Garganta de la Olla.

Les voy a contar una historia de aguas cristalinas y limpias.

Les voy a contar la historia de sus fuentes, manantiales, gargantas y riachuelos.

El triunfador defraudado

De sobra lo sé; ya llevo, en estas páginas, tres centenarios seguidos, con cuanto de museístico, con su ineludible tufillo a naftalina, comporta; pero en el quehacer literario conviene siempre atenerse a las normas del género —en este caso, del artículo, tan dependiente de la volandera actualidad—; de modo que, a pesar de lo mucho que hayan leído y escuchado durante estos días, porque ayer mismo se cumplieron los cien años de su muerte, no podía —ni quería, claro está— sustraerme a echar mi cuarto a espadas sobre esa figura tan determinante del s. XX: Vladímir Ilích Uliánov, Lenin.

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Sobre nombres de Santas y Teresas

Ponerte un nombre al nacer se hace difícil cuando tus progenitores rebuscan en ancestros, en revistas de moda, series de televisión o en profundos recuerdos de sueños, viajes, exparejas, en el nombre del padre, de la madre y del sunsuncorde. Ya de por sí habrá algún que otro enfado,discusiones familiares, suegros con pataletas y tíos con anginas de suplicar en sus segundos compuestos un acuérdate de mí cuando lo inscribas. Es una tarea titanica mientas el vientre se hincha apresurado y las aguas vienen de camino, sobre todo las que rompen en cualquier lugar. En una parada de autobús, taxi, en el portal de la vecina, o en el preámbulo de un antojo. En cualquier caso es difícil, muy difícil o cuesta mucho llamarse Antonio, Manuel o Maria Concepción. Una vez que lo llevas en una pulsera de plástico reciclado con un código de barras en un hospital de cualquier lugar ya es imposible que se borre de la memoria del grupo familiar que te visita, del ramo de flores del amigo o amiga que te ha llamado o escrito por WhatsApp ni se sabe las veces.

"Taras Bulba", de Nikolái Gogol

Edhasa/Zenda. 2022
Estamos ante una novela histórica, en el sentido más riguroso del término, tan importante, que es una auténtica joya de este estilo narrativo, y además refleja todo el devenir vivencial de un pueblo que siempre, quizás como los kurdos, ha luchado por mantener su esencia diferente.