Pasadas las tres y media de la tarde, el presentador del acto, el periodista Fernando Olmeda, conectó con las sedes de la editorial en México, Argentina y Chile. Las apuestas apuntaban a que sería un escritor español, ya que el año pasado lo consiguió un autor colombiano, y que tendría más posibilidades una escritora que un escritor. La alternancia continental se rompió en esta ocasión y fue la escritora chilena la que se hizo con el galardón. ¡Al menos acertamos en que sería mujer la ganadora!
Anduvimos despistados porque este año sólo conocíamos el presidente del jurado que había recaído en
Javier Cercas, de los demás miembros ignorábamos sus nombres, por eso no tuvimos las filtraciones consabidas. El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, el editor y escritor italiano Ernesto Franco, la periodista y escritora Berna González Harbour, la librera asturiana Concha Quirós y la editora Pilar Reyes (con voz pero sin voto) conformaron el jurado que tuvo que decidir entre siete obras seleccionadas por la editorial de un total de 707 manuscritos. La votación se resolvió por unanimidad.
Carla Guelfenbein se ha embolsado la cantidad de 175.000 dólares y una escultura de Martín Chirino que recibió en la sede de la editorial en Santiago de Chile. “Cuando me despertaron a las seis y media de la mañana no me lo podía creer”, manifestó por vídeoconferencia la escritora chilena y añadió llena de alegría y henchida de orgullo: “ganar un premio como el Alfaguara es comparado con el nacimiento de un hijo”.
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Contigo en la distancia” cuenta la historia de Emilia, una joven estudiante francesa de origen chileno que llega a Santiago para trabajar en una tesis sobre la esquiva y misteriosa escritora Vera Sigall. Tras un breve encuentro entre ambas, Vera sufre un sospechoso accidente y entra en coma. Imposibilitada para llevar a cabo su trabajo, durante la tensa espera en el hospital de una recuperación que no parece llegar, Emilia conoce a Daniel, un vecino de la novelista que arrastra una vida marcada por un suceso ocurrido en su infancia. La búsqueda de la verdad sobre el accidente de Vera es el inicio de una investigación policial que acabará revelando la verdadera identidad y la vida de todos los protagonistas, así como las relaciones que los unen.
Con elementos propios de la novela de suspense, esta historia coral avanza en dos líneas paralelas que acaban entrecruzándose. Las pistas, los sospechosos y las falsas interpretaciones parecen conducir al esclarecimiento de una verdad que tal vez no es la que buscan los protagonistas. El amor, el sacrificio por la persona amada, las servidumbres de la genialidad, la familia, la identidad, la mentira y el poder de la sangre son algunos de los temas que trata esta narración emocionante sobre un secreto familia resguardado durante generaciones.
“El espíritu de Clarice Lispector sobrevuela la novela, tiene una trama de suspense y las similitudes mías con la escritora ucraniana-brasileña son evidentes, ya que también yo tengo mis orígenes al otro lado del Atlántico”, explicó desde la distancia con un tono alegre y desenfadado. Reconoció que para ella lo más difícil de la novela es encontrar el título adecuado, “surgió en un viaje que hice a Cuba”, apostilló.
Carla Guelfenbein nació en Santiago de Chile, estudió Biología en la Universidad de Essex y Diseño en St Martin´s School of Art de Londres. Trabajó como diseñadora en varias agencias de publicidad, y fue directora de arte y editora de moda de la revista Elle. Su primera novela,
El revés del alma, fue publicada en España y en América Latina. Es también autora de
La mujer de mi vida, traducida a catorce lenguas y publicada por algunas de las más destacadas editoriales europeas. Su última novela,
Nadar desnudas, se convirtió en un éxito de ventas en Chile y ha sido traducida a dieciséis idiomas.
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Autor del video: Pepe Rodríguez (El placer de la lectura)