John Winston, cantante y líder de The Walrus, aparece muerto con cuatro disparos en la suite de su hotel después de un concierto. La policía pronto descubre que Winston ha fallecido a una edad considerada maldita en el mundo de la música pop. Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison son algunos de los ilustres miembros del macabro club de los 27. A pesar de su imagen de apóstol de la paz, Winston tenía numerosos enemigos. Entre ellos, el irlandés Ronan O’Rahilly, “Mr. Download”, el más famoso pirata informático que mediante holografías, ha conseguido piratear el último bastión que les quedaba a los músicos: los conciertos en directo. Además, la investigación da un vuelco inesperado: Mark David Champman, el asesino de John Lennon que lleva recluido en prisión más de treinta años, asegura estar detrás de la muerte de Winston.
Morir a los 27 retoma la leyenda del Club 27, un grupo de influyentes e importantes músicos que murieron a esta edad por sobredosis, alcohol, suicidio o circunstancias que aún no han sido del todo aclaradas. Por tanto, la muerte de John Winston, de quien se dice que era el heredero de un talento musical equiparable al de John Lennon, se convertirá en un misterio del que tendrá que ocuparse el inspector de homicidios Raúl Perdomo, protagonista de las anteriores entregas del autor.
Este thriller policíaco, que tiene de fondo la leyenda negra de los grandes músicos fallecidos a la edad de los 27 años, envolverá el mundo del rock con la mafia de la Europa del Este e incluso con el mundo del póker y la piratería: así, encontramos como personajes relevantes a un búlgaro al que el inspector perseguía por falsificar entradas y asesinar a un hombre con un hacha o a un hombre irlandés cuyos ideales le hacen poner a disposicióin de todo el mundo todo lo relacionado con la cultura que puede hachear y que también es adicto al póker, al igual que la periodista Amanda Torres, que acompañará al inspector a lo largo del caso debido a sus amplios conocimientos sobre el mundo de la música.
La pluma de Gelinek logra disecar capa a capa la cara oculta del mundo del rock: empresas discográficas sin escrúpulos, seductoras groupies que cazan estrellas, fans enloquecidos…
Y también logra dar una visión inmejorable del mundo del póker: el propio J
oseph Gelinek es un
jugador avanzado y ha reunido además copiosa documentación para lograr que las partidas de póker parezcan verídicas, incluso para los profesionales del juego. A esto hay que incluir la aplicación de las técnicas policiales por parte del inspector Perdomo para descubrir los posibles faroles del oponente, o si por el contrario lleva una buena mano.
Finalmente, hay que destacar que la vida sentimental de Perdomo sigue adelante y éste se debate entre su actual pareja Elena, la trombonista, y una forense con la que pasó los mejores momentos de su vida.
En definitiva, una novela muy recomendable que promete rock and roll, sexo, sangre y suspense hasta la última página: todos los ingredientes para un cóctel explosivo.
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