A la presentación del libro premiado acudieron los representantes de la editorial EDAF José Antonio Fossati y Melquiades Prieto, así como el responsable de Ámbito Cultural de El Corte Inglés, patrocinadores del premio, Ramón Pernas. “El Premio Algaba está haciendo una gran labor recuperando episodios de la historia de España que habían sido olvidados. El libro de Rodríguez González recupera la vida del gran marino mallorquín Antonio Barceló”, explicó el escritor y responsable de Ámbito Cultural. En similares términos se expresó José Antonio Fossati, Director General de la editorial EDAF.
A continuación se produjo un interesante diálogo entre el ganador del premio y Melquiades Prieto, editor de EDAF. La primera pregunta era obligada. ¿Qué era un jabeque? La respuesta la dió el autor de la biografía premiada. "Es una embarcación tradicional del Mediterráneo, de velas triangulares que podía también llevar remos. En el Mar Mediterráneo los vientos o son muy largos o muy flojitos por eso se apoyaba en los remos, hay que tener en cuenta que los barcos que surcaban el Mare Nostrum solían ser galeras, embarcaciones a remos”, explica el ganador del premio y añade “era un embarcación típica de corsario”.
En el siglo XVIII, los corsarios berberiscos asolaban nuestras costas y abordaban nuestras embarcaciones. “Si bien en Lepanto se frena a los otomanos, en ese siglo XVIII seguían sus incursiones. Las costas españolas están jalonadas de torres de vigilancia y los pueblos estaban en el interior por miedo a estos corsarios”, cuenta Agustín Rodríguez González durante la presentación del libro. “El padre de Antonio Barceló era un patrón de un jabeque mallorquín que realizaba el correo de Palma de Mallorca a Barcelona. En aquella época las embarcaciones privadas apoyaban a la Armada cuando era necesario”, puntualiza el autor de la biografía.
Antonio Barceló comenzó a hacer esos trayectos en sustitución de su padre y en una ocasión fue abordado por tres embarcaciones berberiscas. Aun siendo un barco civil, consiguió capturar a los corsarios, por lo que consiguió un nombramiento militar honorífico por su osadía, posteriormente y después de mostrar su arrojo y valentía la Armada le ofrece un puesto relevante en esta institución. Estamos ante una persona que partiendo de una familia humilde llegaría a ser Teniente General de la Armada, hay que tener en cuenta que en aquella época se requería la hidalguía para ser oficial de la misma.
“En aquel siglo es cuando se produjeron los mayores avances tecnológicos en la Armada Española. Hubo unos grandes marinos, como Blas de Lezo, y grandes ingenieros navales, como Jorge Juan, que contribuyeron a un despertar científico y tecnológico de nuestro país”, expresa con precisión Agustín Rodríguez González.
Antonio Barceló participó en el cerco de Gibraltar y de la isla de Menorca, posesiones que perdió España a causa de la Guerra de Sucesión. “En Gibraltar llegaron a morir de escorbuto y avitaminosis muchas personas. Más que un intento serio de reconquistar el peñón fue una maniobra de distracción para favorecer la independencia de Estados Unidos. Todavía nos deben dinero los americanos por el apoyo que les dimos”, recuerda el historiador. No solo no nos devolvieron el dinero que se les dio, sino que el pago fue contribuir a la independencia de Cuba y a la invasión de Filipinas.
Agustín Rodríguez González se mostró encantado con la consecución del premio y alabó la labor del mismo como gran valedor de la difusión de nuestra historia. “Es un premio que valora el trabajo realizado y en España cuesta reconocer el trabajo bien hecho. El mérito ajeno es lo más difícil de reconocer”, apunta. Para el escritor, una buena definición de español sería: “una persona que parece que se va a condenar por la lujuria y, realmente, se condena por la envidia”. Desde luego, el pecado nacional.
En declaraciones en exclusiva a TodoLiteratura, Rodríguez González expresa su preocupación por la ocultación de buena parte de la historia España. "Las gestas y los avances del siglo XVIII han quedado un poco olvidados por la triste historia de los siglos XIX y XX. Esto explica el distanciamiento que tenemos con nuestra historia ya que nuestra sensación es que históricamente hemos ido para abajo, de capa caída”.
Sobre Antonio Barceló destaca su talento. “No tuvo una formación reglada y llegó a los puestos más altos de la Armada. Tenía un genio natural que le hizo emprender grandes empresas como el asedio al peñón de Gibraltar y las tres expediciones contra Argel”, concluye el escritor. Libros como el que ha escrito nos acerca a personas que merecerían un reconocimiento popular, desde luego Agustín Rodríguez González contribuye a divulgar los aspectos positivos de nuestra historia que han quedado en el olvido.
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