Celia y Marco son dos jóvenes que llevan toda su vida preparándose para un misterioso reto. Ninguno de los dos conoce la finalidad ni las reglas del duelo, y ni siquiera quién es su contrincante... hasta que sus caminos se cruzan en Le Cirque des Rêves, donde se llevará a cabo el enfrentamiento. Marco es el ayudante de casting y cuando Celia hace las pruebas para ser la ilusionista del circo, al chico no le cabe la menor duda: sus dotes para la magia son tan espectaculares como su belleza, y ella era demasiado joven como para saber todo aquello por ciencia infusa... Alguien la ha estado entrenando para algo muy importante, y no puede ser otra cosa que un reto contra él.
Por supuesto, Celia consigue el trabajo en el circo, pero tarda en darse cuenta de que Marco es su oponente. ¿Será el señor Barris, un hombre clave en la gestión del circo? ¿O Tsukiko, la contorsionista más habilidosa que ha visto en su vida? Lo que verá enseguida es que el reto no es ningún juego, o sí, pero un juego a muerte, porque ese será el final que tendrá el perdedor. Inevitablemente, su destino les destrozará el corazón: Celia y Marco están enamorados desde el primer día que se vieron. ¿Está en sus manos evitar tan trágico final?
Los únicos que conocen los detalles de la prueba son quienes les han metido en ella: dos viejos rivales llamados Próspero el Encantador y el hombre del traje gris. El primero es un reputado mago y padre de Celia, que se esmera por formarla y hacerla ganadora; el segundo, un misterioso caballero que saca a Marco de un orfanato para convertirlo en su candidato a ganar el reto a base de muchos años de dedicación y duro entrenamiento.
Los contrincantes y amantes se esforzarán por esquivar su destino, pero el hombre del traje gris les unió de por vida con un anillo especial. Ellos harán lo posible por permanecer juntos, aunque no sea en este mundo.
Tiene dosis de magia dignas de Harry Potter, ambientes oníricos como Cajas de Luz, de Shane Jones, personajes turbios dignos del mejor Tim Burton y un romanticismo y decadencia propios de finales del siglo XIX.
Pero El circo de la noche es mucho más: la combinación de capítulos de acción ordenados cronológicamente con otros más descriptivos, de sensaciones que le dan mucho ritmo a la narración, en la que la autora implica desde el principio al lector tuteándole y hablándole como si le viese paseándose entre las carpas blancas y negras del misterioso circo.
La autora también nombra a Oscar Wilde y pasajes de William Shakespeare (de hecho el nombre de Próspero, y su carácter, se debe al protagonista de La Tempestad, del gran dramaturgo inglés), pero en ningún caso su novela es recargada u ostentosa, sino apta para el público adulto y juvenil. Ningún lector se podrá resistir a aceptar la invitación de entrar en el circo nocturno más misterioso del mundo.
Erin Morgenstern nació y vive en Massachusetts (USA) y se formó en teatro y artes pictóricas. A los 12 años no hacía más que leer novelas de Stephen King y a los 21, de J. K. Rowling. Una treintena de agentes literarios rechazaron el manuscrito de su primera novela, El circo de la noche, que ha resultado ser todo un éxito de ventas que ya se está propagando por más de 20 países. Los derechos para llevar esta historia al cine ya están vendidos. Le encanta el té, el vino tinto, imaginar historias fantásticas y jugar con sus gatos.
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