Publicado por primera vez en 1966, "Retrato de mi doble" demuestra de manera soberbia que "el juego es más perfecto que la vida", y, como Stefan Zweig con su Novela de ajedrez, nos describe magistralmente la resistencia del ser humano cuando está sometido a un presión extraordinaria.
Aunque ilegales, las partidas de póquer siguen siendo uno de los entretenimientos preferidos en las madrugadas de la Bulgaria de los 60. El narrador -un periodista cínico y descreído- ha diseñado junto a su compañero un intrincado sistema para desplumar a sus rivales durante la timba, una estrategia no muy diferente a la que realiza cuando escribe en la prensa deslumbrantes perfiles épicos de trabajadores socialistas. Ambos casos son en realidad un juego de manos sin escrúpulos ni concesiones cuyo objetivo incuestionable es la victoria.
Georgi Márkov (Sofía, 1929-Londres, 1978) era ya un famoso escritor cuando en 1969 abandonó Bulgaria y comenzó a trabajar para el World Service de la BBC y otras emisoras del mundo occidental. Convertido en la más crítica voz de la disidencia, resultó muy pronto incómodo para el gobierno de Tódor Zhívkov. Tras dos intentos fallidos y con el asesoramiento del KGB, murió por envenenamiento con ricina, tras recibir un pinchazo con un paraguas.
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