Y fue la profesión la que le llevó a vivir largas temporadas en Asia, China, India, Japón y, por supuesto, Vietnam, país al que ama profundamente. “India es un país peligroso para vivir y trabajar, se están dando muchas violaciones a mujeres en grupo en la actualidad; la mujer, lo mismo que ciertas castas, no es nada valorada. Tanto China como Japón son países seguros, pero a mí el que más me gusta es Vietnam. Allí estoy como en casa. Si me preguntase dónde me perdería sería en ese país que ya tiene olvidada la guerra hace tiempo”, relata el cántabro con país. Después de un largo periplo por el sudeste asiático, el nacimiento de su primer hijo hizo que volviese a España. “Mi mujer me dijo que no era plan trabajar tan lejos de los hijos. Así que dejé el mundo del acero y del hierro y me volví para Santander donde empecé a trabajar para la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), sin olvidar mi amor por la literatura que comparto con mi esposa Susana Isern, que acaba de ganar el premio Ciudad de Fuengirola de narrativa infantil”, señala Yves de Villegas que su madre tiene sangre bretona, aunque afincada en Cantabria. Tras dos novelas infantiles, Villegas da el salto a la narrativa adulta con una historia muy oscura que empieza en unos baños públicos de Kioto entre una mujer occidental, Alice y una seductora mujer japonesa tatuada. “En Japón solo se tatúan los integrantes de la Yakuza”, afirma el escritor. Según su editora, Raquel Gisbert, “la novela arranca muy ligera, pero de repente se convierte en algo muy erótico y luego en algo mucho más duro cuando empieza la Yakuza a transformar el devenir de estos dos personajes. Algo parecido a lo que ocurría en la película Con la muerte en los talones o los cómics de Tintín”. “A mí, me sugiere más la película Jo ¡qué noche!, de Martin Scorsese, donde el protagonista es una persona que, de pronto, sin comerlo ni beberlo empiezan a pasarle cosas raras. Esas cosas llevan a otras aún más inexplicables y se va metiendo poco a poco en una historia peligrosa, asombrando durante toda la película al protagonista, y esa estructura me gusta mucho. Es una persona a la que el destino le alcanza por algún motivo, tiene una vida desastrosa y de pronto hay una estrella que sale al final del camino, se dirige hacia ella, pero ese camino es muy oscuro y lo que se va a encontrar puede ser terrible y de hecho lo es. He aprovechado para ese camino, trufarlo de datos sobre Japón en la línea de novelas que al lector no solamente le cuenten un thriller para que lo enganchen y le llenen, sino que le hagan descubrir una cultura, que a mí es lo que más me gusta después de los años que pasé en Asia. Descubrir culturas es lo que me entusiasma”, expone tajante. “Los escritores cuentan lo que les sorprende y les emociona”La novela se centra en el papel de Alicia que quiere abandonar Japón y regresar a su Escocia natal, pero el encuentro con su amante Yuriko le hará demorar sus planes. Acercarse a la joven no será fácil porque forma parte de la Yakuza y salir de allí no es un asunto sencillo ni falto de peligro. Dos asesinos a sueldo pegados a la mafiosa japonesa y una detallada trama lo demostrarán.
Al pasar cada página de la novela, la muerte acecha en un territorio y en un país inexplorado, silencioso y arriesgado, que escapa a su estampa convencional. El autor ha utilizado su experiencia en el continente asiático para contar una sociedad distinta a la nuestra, en particular, Japón, un país erótico y peligroso que conoció. “Además de conocer otra cultura, me gusta todo lo oscuro. Mis escritores favoritos son Michel Houellebecq y Ferdinand Céline, más oscuros no pueden ser, por eso mi novela lo es, aunque también estoy muy influido por el cómic, mi tesis fue de cómic y hormigón”, cuenta con una sonrisa en los labios. La calma que hay en la novela proviene de las escenas que suceden en ryokan, un lugar típicamente japonés de descanso que está integrado en la naturaleza, donde el silencio es el principal huésped y en el que las protagonistas se sentirán a salvo viviendo su romance. “A mí, Japón me parece uno de los destinos más apasionantes del mundo porque es donde está la gente más diferente a nosotros en cuanto a la estructura de pensamiento individual, social y laboral. Y el reto de comprenderlos y hacerte comprender, de llegar a estar en su longitud de onda, es un verdadero desafío. Los negocios se hacen en los ryokanes. Pero antes, te tienes que hacer amigos de ellos”, señala Yves. “Realmente, no conozco el mundo LGTBI de Japón. Lo que sí te puedo decir es que todo el que destaca está mal visto. Ser original allí es muy complicado. Les gusta todo lo gris”, afirma el autor y continúa diciendo “tienen un código de honor muy estricto. El país es extraordinariamente seguro. Todo está muy controlado, de hecho, las armas de fuego están totalmente prohibidas”, elucubra el escritor. Para finalizar, hace un paralelismo entre las dos culturas. “Yo he intentado reflejarles tal y como son. Allí la presión social es muy fuerte, aquí no tanto. Nuestra literatura no describe fielmente esa sociedad. Yo he tenido que volver a educarme para poder entenderlo. Al fin y al cabo, los escritores contamos lo que nos sorprende y nos emociona”, concluye Yves de Villegas que con esta novela la envió al Premio Azorín. “Me sorprendió que se pusiesen en contacto conmigo y ahora estoy encantado”. Puedes comprar el libro en:
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