Yvonne Sherratt, con el estilo de un docudrama minuciosamente investigado, analiza en esta obra que
Los filósofos de Hitler serían los pensadores que circundaron a Hitler antes, durante y después del Holocausto. Se incluyen entre ellos influencias involuntarias, colaboradores y adversarios. Explica que “los filósofos eran celebridades. Lo que ellos hicieron, cómo actuaron y qué ideas promocionaron, ha ejercido una poderosa influencia en la imaginación alemana”. Y como el dictador se llegó a considerar a sí mismo como “Filósofo Fürher”.
Hitler profesó adoración por Nietzsche y simpatizó con las interpretaciones alemanas de Darwin. Encontró hebras de antisemitismo en la filosofía alemana y utilizó la idea de la raza, la fuerza y la guerra para legitimar su proyecto. ¿Qué hizo a los filósofos tan atractivos para Hitler? ¿Por qué tuvo la colaboración de filósofos como Schmitt, redactor de la constitución legal de los nazis, o de Heidegger? Probablemente vieron en ello la oportunidad de ascenso dentro de las universidades alemanas. Pero, ¿cuáles fueron sus historias y por qué se adhirieron al racismo y a la guerra? ¿Qué hay de la curiosa historia de Hannah Arent, judía alemana enamorada de un nazi convencido?
De Kant a Nietzsche, de Alfred Bäumler a Kurt Huber, de Theodor Adorno a Walter Benjamin, todos estos filósofos debatieron en torno a las mismas ideas que fueron utilizadas por el dictador alemán para sus propósitos.
El libro concluye con los juicios de Nuremberg, examinando si algunos filósofos fueron enjuiciados y si las universidades alemanas fueron purgadas de nazis después de 1945.
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