Desaparecido Cánovas del Castillo, y en una situación histórica distinta en el recién reinado de Alfonso XIII, el Partido Conservador tuvo que adaptar su pensamiento y discurso en un momento en el que presionaban las ideas democráticas, el movimiento obrero y se estaba desarrollando una clara renovación ideológica de la Iglesia con el desarrollo de la doctrina social que había impulsado León XIII. Las formulaciones clásicas del liberalismo modero y remozado por el padre de la Restauración borbónica necesitaban atender a los nuevos problemas y situaciones, pero sin tocar, en realidad los pilares del sistema, establecidos en la Constitución de 1876, que nunca se reformó.
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