La otra gran editorial española, bueno británica, pero de claro compromiso con nuestra literatura, Penguin Random House, mantiene una editorial de clara tendencia histórica. Estamos hablando de Ediciones B que está publicando buenísimas novelas históricas como podrán comprobar en nuestra clasificación realizada entre nuestros colaboradores y lectores. Editoriales como Edhasa y Pàmies han apostado fuerte por el género y, sin duda, han acertado plenamente.
La mejor novela histórica del año ha recaído en “Comanche” del escritor ubetano Jesús Maeso de la Torre. Jesús este año se ha salido. Ha conseguido una novela con un ritmo frenético y demoledor que cuenta unos acontecimientos increíbles y que gracias a él hemos podido conocer. Los dragones de cuera o del rey hicieron una labor más que meritoria en las tierras americanas, hoy de los Estados Unidos. Además, el autor de Úbeda nos muestra cada día más su compromiso con el género. Es también uno de los artífices del mejor certamen de novela y recreación histórica del mundo, el que todos los meses de noviembre se celebra en su ciudad natal. Allí se le ha concedido el premio Ivanhoe por su trayectoria literaria y aquí se le concede el honorífico premio a la mejor novela del año, que ya iba siendo hora.
Como supondrán, este año ha sido más difícil que nunca hacer la clasificación, debido a la calidad de las novelas publicadas este año, por eso hemos decidido ampliar nuestra clasificación a quince. Faltan algunas obras de indudable calidad, pero no podemos incluir a todas. Las que están, podrán los lectores cambiarlas de posición, pero esta es nuestra clasificación que creemos tiene una calidad considerable y que la hacemos sin presiones de ninguna clase.
El listado se completa con:
- “Enemigos de Esparta”, de Sebastián Roa.
- “La canción del bisonte”, de Antonio Pérez Henares.
- “El secreto del rey alquimista”, de Álvaro Bermejo.
- “Laín. El bastardo”, de Francisco Narla.
- “Canción de sangre y oro”, de Jorge Molist.
- “Al servicio del imperio”, de Pedro Santamaría.
- “La batalla”, de Fernando Martínez Laínez.
- “El taller de libros prohibidos”, de Olalla García.
- “El monasterio”, de Luis Zueco.
- “Vindolanda”, de Adrian Goldsworthy.
- “El último tesoro visigótico”, de José Calvo Poyato.
- “El último romántico”, de Carolina Molina.
- “La sinfonía del tiempo”, de Álvaro Arbina.
- “El collar de los Balbases”, de Juan Eduardo Benavides.
Sebastián Roa cambia de registro y, en esta ocasión, se va hasta tierras espartanas. "Enemigos de Esparta" es una sólida historia sobre Esparta y su enemiga Tebas, donde el amor y las batallas se entrecruzan de manera increíble. Tuve ocasión de presentar su libro en Úbeda y el auditorio quedó maravillado con las historias de esos espartitas crueles y egocéntricos. Antonio Pérez Henares regresa a la prehistoria con “La canción del bisonte”, creo que sus novelas sobre ese periodo prehistórico son sus más conseguidas obras, espero que nos vuelva a contar más increíbles historias, tanto de la Edad Media como de la prehistoria.
Álvaro Bermejo se va hasta Praga y Viena para contarnos la historia de Rodolfo II, el emperador loco y alquimista. No falta en su novela la relación con su tío Felipe II, que algo de alquimista tenía, aunque le perdió tantas guerras de religión, una lástima que su editorial no haya trabajado lo suficiente la promoción del libro. Continua la lista con “Laín. El bastardo”, de Francisco Narla. La entrevista que realizamos al escritor gallego ha sido la más leída del año, por algo será. La historia de Laín es asombrosa, un periplo que parte de Galicia y llega hasta Mongolia, nada menos, todo un viaje realizado antes que Marco Polo. No se pierdan esta historia contada por el trovador Martín Códax.
Con “Canción de sangre y oro” de Jorge Molist ganó el Premio de Novela Fernando Lara, su novela narra la historia del rey aragonés Pedro III y la conquista de Sicilia. Amor, traición, crueldad y heroísmo son los ejes de una historia portentosa en todos sus aspectos. Pedro Santamaría en “Al servicio del Imperio” - un título que bien podría ser de una novela de James Bond-, cuenta la odisea de dos jóvenes cántabros alistados en una legión romana que luchó en Judea. La destrucción de Jerusalén, las intrigas políticas y militares, con su consiguiente corrupción, son tratadas de manera maestra por este escritor cántabro afincado en Malta.
En octava posición se sitúa “La batalla”, la segunda entrega de la trilogía “La senda de los Tercios” de Fernando Martínez Laínez. La batalla de Nördlingen fue el culmen de nuestros Tercios, después llegaría el declive. Fernando ha prescindido de las arduas descripciones que utilizó en la primera entrega y se ha centrado más en la acción, la batalla y sus consecuencias. Un acierto pleno. La sigue “El taller de libros prohibidos” de Olalla García, la auténtica revelación del año. Las listas de la Inquisición, el trabajo de los libreros e impresores del siglo XVII conforma una trama apasionante que Olalla ha sabido sacar el máximo partido. Un camino que nos gustaría transitase en sus próximas obras.
Luis Zueco concluye su trilogía medieval con “El monasterio”, donde vuelve a recuperar el pulso que demostró en “El castillo”, un escritor que nos ha dado muchas alegrías y que sabe unir la investigación criminal con la histórica. Gran libro de un gran autor y mejor persona. Llegamos con “Vindolanda” a la primera representación extranjera y casi única. Adrian Goldsworthy cuenta la historia de las famosas tablillas de Vindolanda, las primeras manuscritas de la Gran Bretaña. Goldsworthy es un poderoso historiador y narrador que sabe sacar partido a la historia del fuerte de Adriano en las gélidas tierras inglesas. Allí no hay campiña que valga.
No podía faltar en esta clasificación José Calvo Poyato, ganador del prestigioso Premio de los Cerros de Úbeda por su anterior novela, en esta ocasión, con “El último tesoro visigodo” se detiene en el descubrimiento del tesoro de Guarrazar y su posterior expolio. Con mano maestra y firme nos cuenta todos los avatares de cómo se esquilmó tan gran legado. Algo parecido se nos cuenta en “El último romántico” de Carolina Molina. Su protagonista Max Cid es un periodista conjurado para salvar el legado patrimonial de Granada y otros lugares. Una novela de exquisita prosa donde se nos muestra el amor que siente la escritora madrileña por la ciudad nazarí.
Terminamos con dos novelas profundamente originales en confección y forma. “La sinfonía del tiempo” de Álvaro Arbina es un auténtico derroche de singularidad que se desarrolla en dos espacios temporales diferentes pero unidos. Álvaro es la gran promesa del género por su juventud, no alcanzamos a vislumbrar hasta donde llegará el autor vitoriano que sin duda llegará a las altas cotas del Olimpo literario. Cierra la clasificación el escritor hispano-peruano Juan Eduardo Benavides, que lo mismo escribe una historia policiaca que una histórica, en esta ocasión nos sorprende con “El collar de los Balbases”, la originalidad al servicio de la literatura.
Hasta aquí nuestra selección, si no han leído todos los libros que incluimos en esta clasificación no sé a qué esperan, les quedan pocos días para terminar el año. Me temo que tendrán que repetir curso si no se dan prisa, me lo agradecerán.