En “La red de Alice”, Kate Quinn nos descubre el apasionante mundo del espionaje femenino de la Primera Guerra Mundial, mucho más importante de lo que ha trascendido a los libros de historia. Las secuelas de las andanzas de la espía Louise de Bettignies llegaron hasta la Segunda Guerra Mundial como nos narra muy bien la autora californiana. Amor, traición y heroísmo son algunos de los ingredientes de esta apasionante novela de la que Kate nos cuenta algunos de sus secretos. ¿Cuando oyó hablar por primera vez de la increíble vida de Louise de Bettignies? A través de un libro de historia maravilloso titulado Women Heroes of WWI, de Kathryn Atwood. Lo recomiendo muchísimo, hay un montón de figuras femeninas fantásticas en ese libro que podrían haber sido protagonistas de su propia novela. ¿Por qué una historia tan emocionante e importante como la de ella ha sido olvidada? En parte porque gran parte de la historia de la Primera Guerra Mundial fue absorbida y eclipsada por la Segunda Guerra Mundial. La guerra más reciente de algún modo se impuso a la Gran Guerra en la memoria colectiva. Y también porque los logros de las mujeres en tiempos de guerra tienden a esconderse debajo de la alfombra una vez que la contienda ha terminado si esos logros se han producido en áreas no consideradas femeninas, como el espionaje. La guerra exige que las mujeres salgan de sus roles tradicionales, pero después hay una gran presión para que las cosas vuelvan a ser como antes. De ahí que se produzca una cierta incomodidad tras el fin del conflicto sobre qué hacer con estas mujeres indudablemente heroicas que han hecho una labor extraordinaria en campos considerados masculinos, como el espionaje. ¿Cómo se le ocurrió la idea de escribir La red de Alice? A comienzos de 2015 estaba buscando un nuevo tema sobre el que escribir y empecé a ver la gran cantidad de artículos que se estaban publicando sobre los diversos aniversarios de la Primera Guerra Mundial. Comencé a preguntarme si sería posible hacer un libro sobre esta guerra y acabé obsesionada con la idea. Tras estudiar la vida de Louise, ¿cómo la definiría? Fue una mujer de una inteligencia, una energía y un coraje extraordinarios que, sin embargo, se enfrentó a un trabajo aterrador con un cierto grado de ligereza. El mejor ejemplo es su cita: “Sé que me cogerán algún día, pero habré hecho mi labor. Hagamos grandes cosas mientras aún haya tiempo”. “La guerra es algo terrible pero siempre ha dado a las mujeres oportunidades que no se les ofrecían en tiempos de paz”En la Primera Guerra Mundial el papel de la mujer fue bastante secundario si exceptuamos la asistencia sanitaria. ¿Cómo ve el papel de estas heroínas durante la guerra? Me sorprendió mucho saber cuántas mujeres en realidad tuvieron funciones en puestos que iban mucho más allá de hacer de enfermeras. Estuvieron implicadas en el espionaje, el periodismo, la lucha partisana… e incluso en algunos países fueron combatientes de primera línea. La guerra es algo terrible pero siempre ha dado a las mujeres oportunidades que no se les ofrecían en tiempos de paz, ya fuera la ocasión de servir a sus países en el frente en alguna función o la de conseguir un empleo que en circunstancias normales habría ido a parar a un hombre. En la novela, vemos la complejidad del sistema usado por estas espías. ¿El ingenio y la inventiva compensaban de alguna manera la falta de medios técnicos? ¡Totalmente! Y diría que el ingenio continúa siendo un elemento indispensable, incluso en la era de la tecnología. El personaje de Q de las películas de James Bond puede dar a un espía todos los aparatos tecnológicos del mundo, pero se necesita ingenio y creatividad a la hora de usarlos. Me impresionó la cantidad de cosas que Louise de Bettignies y sus informantes lograron hacer únicamente con arrojo, sangre fría y juegos de manos.
¿Es Eve Gardiner un juguete roto? ¿Una víctima de la guerra? La guerra hace mucho daño a Eve, pero no la destruye. Al final, resiste hasta derrotar a sus enemigos y lograr su propia redención. El encuentro entre Eve y la joven Charlie St. Clair es un momento muy emocional de la novela. ¿Por qué decidió reunir a estas dos mujeres? Sabía que quería que esta fuera la historia de dos mujeres heridas en distintas guerras por el mismo villano… y que al final no pueden acabar con él sin la ayuda de la otra. Va a ser un trabajo de equipo, lo que significa que cuando se encuentran por primera vez son lo más distinto a un equipo que se pueda ser. ¿Cuáles son sus diferencias y similitudes? Quería que existiera un gran abismo de separación entre Charlie e Eve justo al comienzo, de manera que tuvieran grandes obstáculos que superar en su camino hacia la amistad. Charlie es estadounidense, Eve es inglesa. Charlie no ha cumplido los veinte, Eve tiene edad suficiente para ser su madre. Charlie proviene de una familia adinerada, Eve es huérfana y ha vivido con estrecheces. Todo esto son barreras para poder entenderse. El libro ha sido publicado en numerosos países y se ha vendido más de un millón de ejemplares. ¿Cuáles cree que son las razones de su éxito? Fue un impulso maravilloso para la novela el ser elegida como lectura seleccionada para el Club del Libro de Reese Witherspoon en 2017. Además de eso no sabría decir por qué ha triunfado como lo ha hecho, pero, desde luego, ¡estoy aún asombrada y agradecida! Los sucesos de La red de Alice transcurren en dos espacios temporales, la Primera Guerra Mundial y los años posteriores a la Segunda. ¿Fue difícil combinar las dos cronologías? Desde luego sí fue difícil hacer justicia a toda esa historia en un número razonable de páginas. Pero quería mostrar los efectos de ambas guerras porque durante mi investigación me di cuenta de hasta qué punto las dos están vinculadas entre sí en la historia de Francia; es realmente una guerra con un periodo de distensión de treinta años en el medio. En Estados Unidos nos enseñan ambas guerras como periodos históricos independientes, pero nosotros tenemos el lujo de estar separados de nuestros combatientes por océanos. Para muchos países europeos —incluido España— las líneas de separación entre las guerras son mucho más borrosas y la historia está mucho más conectada que para los estadounidenses, y yo quería que La red de Alice reflejara eso. Para narrar los sucesos de la Primera Guerra Mundial ha decidido hacerlo en tercera persona mientras que la historia que transcurre en los años cuarenta se cuenta en primera persona. ¿Por qué decidió hacerlo así? No fue una decisión consciente, simplemente así es como los respectivos personajes de Eve y Charlie se expresaban de una manera más natural a medida que escribía sobre ellos. ¡Los personajes tienden a dictarme cómo quieren que cuente su historia! ¿Fue difícil crear las voces narrativas? Lo cierto es que no. Hubo otros aspectos del libro que sí lo fueron, pero las voces se mostraron muy fuertes y nítidas desde el principio. Siempre es una alegría cuando pasa eso. ¿Es este el libro del que se siente más satisfecha? Me siento muy orgullosa de esta novela porque es muy diferente a todo lo que he hecho hasta ahora: mi primera novela situada en el siglo xx, mi primera narración en dos líneas cronológicas, un cambio de tema completo respecto a cualquier cosa que haya hecho antes. Al comenzar, ¡estaba incluso nerviosa pensando si lo iba a lograr! También ha escrito sobre la historia de Roma en su serie Empress of Rome. ¿Ha pensado alguna vez escribir sobre España? Hay tantas cosas en la historia de España que me encantan… Crecí con la leyenda de El Cid. La ocupación musulmana, los guerrilleros que lucharon contra Napoleón, Felipe II y la Armada Invencible… son todos fantásticos momentos de la historia que serían una materia prima estupenda para una novela.
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