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"En tiempos de luz menguante" de Eugen Ruge

jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

Hubo un tiempo en que la vida se vivía en blanco y negro. Otro, En tiempos de luz menguante, donde todo era gris y frío. En su primera novela, Eugen Ruge, que nació y vivió en la extinta República Democrática Alemana, -desconfíen cuando se califica como democrático un país o un partido-, cuenta la historia de una familia alemana del este, pero a su vez está contando un trozo de historia de cada una de las familias alemanas que hubo en aquella época.

Alemania, al perder la Segunda Guerra Mundial, se dividió en varios sectores, donde rusos, estadounidenses, franceses y británicos hicieron su agosto intentando recuperar el gasto que habían acometido en material bélico. Las mafias, las delaciones, el estraperlo y el tráfico de personas eran moneda de cambio en aquellos días. Millones de mujeres alemanas fueron violadas, maltratadas y ultrajadas por las tropas vencedoras, pero los más crueles fueron, sin duda, los rusos.

Las potencias occidentales con buen criterio decidieron otorgar una democracia, en principio tutelada, a los alemanes, después de realizar un proceso de desnazificación. Unieron sus tres sectores y se fundó la República Federal de Alemania el 23 de mayo de 1949. Fueron cuatro años muy duros, donde la guerra continuaba latente en dos sentidos. En el primero, se intentaba utilizar a personas que no hubiesen tenido nada que ver con el régimen nazi, lo cual era casi imposible porque más de cuatro millones de alemanes demócratas fueron destinados a los campos de concentración o, por lo menos, que no se hubiesen significado en exceso. El segundo era la tensión que entre los rusos y los americanos se producía en cada acto carroñero que los soviéticos llevaban a cabo, forzando una situación en la que querían quedarse con la gran parte de la industria pesada alemana. El pulso lo ganó la Unión Soviética y fundaron un nuevo país, la República Democrática de Alemania, meses después, el 7 de octubre de 1949.

Este era el panorama de un país destrozado en lo material por las bombas y en lo psicológico por las hienas soviéticas, como antes lo hicieron en otros países las hienas nazis. La familia Powileit-Umnitzer fue una de los millones de familias que quedaron en la zona oriental. Cada una tuvo sus propias vicisitudes, pero Eugen Ruge ha tenido el arrojo de contar la de ésta con crudeza, con subjetividad, con sentimiento y de manera desgarradora.

Cuando Hitler subió al poder, muchos alemanes se manifestaron en contra, entre ellos los comunistas. La mayoría de ellos fueron encerrados en los campos de concentración, pero otros muchos huyeron a la Unión Soviética. Entre ellos, los protagonistas del libro, que comenzaron un periplo por las estepas rusas que llegó por el paso del exilio mexicano y desembocó en la Alemania Oriental.

En tiempos de luz menguante es la historia de tres generaciones de una familia que vivió en esa Alemania ocupada por los soviéticos. La tercera generación no puede aguantar la presión y el oscurantismo y Alexander decide cruzar el famoso muro arriesgando su vida y dejando a sus padres perplejos por lo que creen un error. Al fin y al cabo no se vivía tan mal en un país donde te daban una casa para vivir y hasta podrías comprar un coche para moverte.

Eugen Ruge es matemático y trabajó en la sección de cine documental de la DEFA. Ha sabido retratar al país y a sus habitantes y no lo ha hecho de modo convencional, sino que ha encontrado un estilo propio y rompedor para desentrañar una sórdida historia muy parecida a la que se vivió en España en los años de la posguerra. Hay muchos puntos concomitantes entre ambos países y la asfixia que tuvieron que padecer los habitantes de ambos países. Por eso quizá nos haya llegado más la novela, porque ha sabido retratar las sórdidas vidas de las personas en los totalitarismos, sean de uno u otro signo.

Para ello, como hemos dicho, se ha valido de una familia y de unos momentos precisos. El hilo conductor es el 90 cumpleaños del cabeza de familia, Willhem Powileit, el 1 octubre de 1989, a escasas fechas de la caída del muro de Berlín que se produciría el 9 de noviembre. Ese aniversario es recurrente en toda la novela y el viejo Powileit trae a su memoria y a quien le quiera oír, muchos de los acontecimientos importantes de la familia y del país.

La acción va dando saltos de generación a generación. La primera generación cuenta los sucesos acaecidos en 1952, 1959 y 1961. La segunda da un salto a los años sesenta y se desarrolla en el 1966, 1976 y 1979. Y la tercera y definitiva generación se centra en los ochenta y noventa. 1985, 1989, 1991 y 2001. Todo con un orden que, aún pareciendo contradictorio, tiene su explicación y su por qué. Es la desmembración moral de un país en el que la burocracia lo controlaba todo, pero tras la unificación esa burocracia siguió, algo que parece innato al pueblo alemán.

La crítica al antiguo régimen está presente de forma solapada, desde el interior, pero se hacía. Posteriormente, nadie estaría de acuerdo con lo que vivió, pero como ocurrió en el franquismo, la crítica se hacía en susurros. Con Eugen Ruge conocemos un poco mejor la historia de un pueblo, pero también conocemos un poco mejor la esencia de las personas, sus motivaciones y sus necesidades. Nos ha descubierto un mundo ajeno al que apenas prestamos atención, pero que al conocerlo, conoceremos más de nosotros mismos.

Es pues, En tiempos de luz menguante, un libro imprescindible tanto para el que quiere conocer la historia cotidiana de un país bastante desconocido para nosotros y más desde su desaparición en 1990, como para el que quiere conocer la esencia del pensamiento humano, con sus luces y sus sombras, porque el libro las tiene.

Críticas literarias

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