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Gaspar Hernández
Gaspar Hernández

Entrevista a Gaspar Hernández, autor de “La terapeuta”

“El de psicólogo es un oficio difícil, sutil. No es fácil escuchar a alguien tanto rato sin juzgarlo”

jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

Es La Terapeuta la segunda novela de Gaspar Hernández. En ella el escritor catalán se adentra en el mundo de la psicología y de la ansiedad. Conforma con trazo ágil y sorprendente lucidez un mundo del que no estamos dispuestos a hablar. En la entrevista nos da las claves de su novela menos, claro está, el desenlace que, por supuesto, sorprenderá a los lectores.

Entrevista a Gaspar Hernández, autor de “La terapeuta”

¿Cómo surge la idea de escribir la novela?
«El primer latido» —como lo llamaba Nabokov— de “La Terapeuta” surgió de un suceso real: en el parking de un centro comercial de Málaga, un hombre fue testigo del asesinato de una mujer. Se acercó a la víctima, que yacía en el suelo, la cogió entre sus brazos y ella le dirigió una mirada de incomprensión en tanto se desangraba. Con sus ojos le decía al hombre, llamado José Manuel, que se estaba muriendo y no sabía por qué. José Manuel no pudo olvidar esa mirada. Le afectó hasta el punto que dejó el trabajo a los pocos meses y entró en depresión.

El caso lo escribió Francisco J.Santolaya, doctor en psicología, en el ensayo Secretos de Consulta, de Javier Urra, publicado por mi editorial, Planeta. Me llamó la atención hasta el extremo de que una noche fui yo, tan solo un lector, el que se despertó sobresaltado por la mirada de aquella mujer a la que nunca había visto.

El resto de La terapeuta es ficción.

Si el oficio de actor es el más fácil del mundo, ¿cómo calificaría el oficio de psicólogo?
El protagonista de La Terapeuta, Héctor Amat, dice que su oficio es el más fácil del mundo porque todos, cada día, somos un poco actores. No somos los mismos en el trabajo que en casa, con los amigos que en una comida de compromiso… Según Héctor Amat, ser actor es fácil siempre y cuando los nervios no te bloqueen. El de psicólogo, a mi entender, es un oficio difícil, sutil. No es fácil escuchar a alguien tanto rato sin juzgarlo, con empatía, dejando que él mismo o ella misma lleguen a sus propias conclusiones…

¿Por qué ha escogido a un actor como protagonista de la novela?
Porque aparentemente lo tiene todo. Éxito, dinero, reconocimiento… Y sin embargo el protagonista de La Terapeuta es un hombre tremendamente inseguro. Me interesaba esta dualidad. Y porque hoy en día todos somos un poco actores, en Facebook y en las redes sociales. Como se dice en la novela, nunca como antes en la historia se había dado tanta importancia al yo. Lo que pienso, mis amigos, mis fotos…

Y ¿por qué se decantó para que interpretase una obra como Suave es la noche, que en su origen es novela?
Porque es una novela que me encanta, y porque, que yo sepa, nunca se ha llevado a los escenarios. Y otro motivo, más de fondo. Los personajes de Suave es la noche tienen ese ir hacia el borde del abismo con alegría. Algo que el protagonista de La Terapeuta desearía para él. Héctor Amat es un hombre con demasiado “seny”, demasiado responsable. Y el exceso de responsabilidad y su ansiedad son la cara y la cruz de la misma moneda. En cambio, los personajes de Scott Fitzgerald son bastante irresponsables. Eso sí, con alegría.

El protagonista de La terapeuta dice en una ocasión que en Cataluña es habitual recibir premios inmerecidos. ¿Qué opina de los premios, tanto literarios, como cinematográficos o de artes escénicas?
No comparto la opinión del protagonista de mi novela. Por lo que se refiere a los premios, hay de todo, supongo. Para mí, como escritor, el mejor premio es de los lectores. He tenido la suerte de recibir buenas críticas con La Terapeuta; pero la opinión más importante será siempre la del buen lector.

¿Es realmente la vida tan gris que para aguantarla necesitamos de psicólogos y terapias?
Vemos la vida dependiendo del color que son nuestras gafas. Y por lo que se refiere a los psicólogos, son necesarios. Igual que cuando nos hace daño la rodilla, vamos al médico especialista, cuando la ansiedad nos bloquea –por poner el ejemplo de la novela- es necesario un psicólogo.

¿Es la ansiedad el principal problema de la vida de hoy en día?
La ansiedad y el estrés son la segunda causa de baja laboral en España. Y, junto con la depresión, serán la segunda enfermedad dentro de 8 años en Occidente, según la Organización Mundial de la Salud.

En la novela se sugiere que el miedo es una de las lacras de la actualidad, ¿por qué?
La Terapeuta está llena de personajes miedosos, que viven empequeñecidos a causa del miedo. Hay un miedo excesivo, a causa de la crisis. Y desde el miedo no encontraremos trabajo ni mantendremos el actual, si tenemos la suerte de tenerlo. Con miedo no podemos ser felices. Felicidad es ausencia de miedo.

Otro de los males es que no sabemos escuchar. ¿Esa sobreabundancia de información con la que vivimos nos hace olvidarnos de lo realmente importante?
Creo que sí. Como dice el protagonista de La Terapeuta, nuestras mentes están sobrecargadas por tantos estímulos. Él decide hacer un ayuno de noticias (con pésimos resultados). Lo realmente importante, a mi modo de ver, es el contacto personal. Quedar para tomar un café, mirarnos a los ojos. Sin embargo, a favor de las nuevas tecnologías –yo soy el primero que estoy en Facebook y Twitter- nos permiten hacer piña para combatir injusticias sociales. Y también nos permiten concretar el encuentro con el otro; poner día y hora. Pero insisto que lo importante será el encuentro cara a cara.

¿Son los programas de radio terapias para el oyente?
Hay programas de radio que son todo lo contrario. Te levantas con según qué programa de radio y te viene dolor de cabeza; parece que llega el apocalipsis.

En unas recientes declaraciones ha dicho que 8 de cada 10 pacientes acaban enamorándose de su psicólogo. ¿Cómo tiene que actuar un psicólogo para guardar las distancias y no caer en un acoso psicológico?
Es una apreciación personal; me puedo equivocar. No hay estadísticas al respeto. En la novela sí que sucede. El actor ve a la terapeuta como “la mujer perfecta”. Por suerte, hay grandes profesionales, grandes psicólogos que saben cómo manejar esta situación, recurrente. ¿Cómo? Poniendo límites.

¿Cómo se debe gestionar ese enamoramiento por parte del terapeuta? ¿Y al contrario?
Os recomiendo una serie que cito en la novela, En Terapia, dirigida por el hijo de García Márquez, que me encantó. Allí se trata el tema. La transferencia y contratransferencia está muy estudiada. El otro día, presentando La Terapeuta en el Colegio de Psicólogos de Barcelona, hablamos sobre el tema. En la novela cito a la Gestalt, que me llama la atención porque va más allá: permite que paciente y psicóloga/o se enamoren, y lo pongan en común. Siempre y cuando lo transciendan.

¿Por qué ha escogido un narrador omnisciente pero a la vez cercano en la novela?
La novela pedía esa 3ª persona, que en realidad son dos, la de Héctor Amat y la de Eugenia Llort. No fue una decisión fría, racional. Empecé con una 1ª persona, pero no funcionaba.

¿Como haría un buen terapeuta, usted no juzga, sólo expone o narra. ¿Puede sanar también una novela?
Mi intención era escribir una buena novela. Si lo he logrado, lo tendrán que decir los lectores. Pero en mi muro de Facebook ya empieza a haber psicólogos que recomiendan La Terapeuta a sus pacientes con ansiedad, o que quieran saber si lo suyo es ansiedad, y en qué grado. O sea, según estos psicólogos sí que la novela sería terapéutica. Yo creo que la buena literatura, en general, es terapéutica.

Entrevistas

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