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Juan Francisco Ferrándiz
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Entrevista a Juan Francisco Ferrándiz: “Me encanta adentrarme en el laberinto de la historia”

Por Javier Velasco Oliaga
jueves 12 de abril de 2018, 01:00h

La tierra maldita” es la tercera novela histórica del escritor alicantino Juan Francisco Ferrándiz y parece dispuesto, con esta novela sobre Barcelona, a conquistar medio continente europeo.

Juan Francisco Ferrándiz
Juan Francisco Ferrándiz

"La tierra maldita" se desarrolla en la fascinante Barcelona medieval del siglo IX. El autor de Cocentainna recrea de manera magnífica esa incipiente ciudad en una narración llena de misterios y secretos. Esas historias que tan bien se le dan narrar a este escritor, que quiere dejar a un lado su antigua profesión de letrado para centrarse exclusivamente en la literatura y en su programa de radio sobre misterios y enigmas valencianos.

En la entrevista, Juan Francisco Ferrándiz, al que hemos seguido desde sus inicios con “Las horas oscuras” y después con “La llama de la sabiduría”, nos desvela algunos de los secretos de esta espléndida novela. Deseamos al autor una independencia literaria de larga duración.

Primero fue Irlanda, después Valencia y, ahora, Barcelona. ¿Qué tienen de especial esos lugares para usted?

Cada escenario apareció por diferentes motivos, una canción, un detalle... Supongo que en la primera aproximación te seduce el paisaje, los monumentos o la historia, pero eso no los diferencia de otros. En mi caso se vuelven especiales cuando me adentro por el laberinto de la historia y llego a sus secretos, a descubrir hechos insólitos y a conocer personajes increíbles que hoy sólo son fantasmas... No es el lugar, sino observarlo con otra mirada.

Suele publicar un libro cada tres años aproximadamente. ¿Se considera un autor lento o es que necesita mucha documentación para escribir sus novelas?

No suelo pensar en eso. En este caso estaba trabajando en otra historia cuando descubrí la tierra maldita. Lo dejé todo atrás y emprendí el trabajo como si fuera la última novela que iba a escribir. Fue extraño, abandoné casi un año de escritura sin vacilar ni un solo instante y sin pensar en el calendario. La editorial se entusiasmó también con La tierra maldita y no hubo problemas para ajustar los tiempos. Ahora soy consciente de que fue un acto de fe y podría haber salido todo mal.

¿Cuánto tiempo ha tardado en documentarse para escribir “La tierra maldita”?

No puede separarse del tiempo de escritura. Han sido cerca de dos años en total. Mientras me documentaba y visitaba lugares surgían los personajes (históricos y ficticios) y los hechos que querían ser contados en clave de ficción. En la mente se fundía todo, lo escribía mientras dibujaba mis croquis, árboles genealógicos y señalaba los anclajes históricos (algunos ensayos históricos han quedado bastante maltrechos pero valió la pena). Yo “viví” las aventuras que leerán mis lectores y espero que lo hagan con el mismo estupor y emoción.

Fue escrita casi como en trance, luego comencé una minuciosa labor de revisión para afinarla y hacerla lo más fluida posible.

¿Es difícil llevar a cabo esa documentación cuando ese periodo de la Edad Media ha quedado bastante oculto?

Hay una corriente de historiadores especializados, sobre todo catalanes y franceses que son referencia obligatoria sobre ese periodo, también los vestigios arqueológicos ayudan a interpretar la peligrosa Marca Hispánica. Pero no olvidemos que era una tierra de frontera donde se vivía al límite, lo más importante era conectar con los anhelos y temores de sus habitantes. Debía crear personajes vitales, variados, que nos metieran en ese universo épico en toda su dimensión. A eso he dedicado dos años mi vida.

El siglo IX no es esa edad media que solemos leer y eso es una de las cosas que más me atrajo y ahora está llamando la atención. Es un tiempo de donde surgen las leyendas

¿Fue una época tan oscura y fascinante como usted nos narra?

Suscribo la opinión de varios historiadores, entre ellos Ramón d’Abadal, al pensar que es probable que la realidad de lo que pudo ocurrir supere con creces nuestra imaginación. ¿Por qué una historia épica? Por que Barcelona estaba a punto de ser aniquilada mientras que los vikingos desangraban Francia, el imperio carolingio dividido sucumbía entre conspiraciones y revueltas, el paganismo inicia su tránsito hacía la brujería y hay linajes que parecen haber inspirado a los Lannister de la saga de George R.R. Martin. Sí, sí fue una época oscura y fascinante, sobre todo un manantial de historias épicas. Lo que lean La tierra maldita entenderán por qué me vi atrapado y dejé todo atrás.

¿Por qué ha escogido el siglo IX para la trama de su nueva novela?

En ese tiempo pasaron muchas cosas como he indicado pero, sobretodo, flota una idea aún más sugerente, tanto como para inspirar un relato de casi 700 páginas. Y esa idea es que fue un momento donde aún no había nada decidido. Europa pudo ser muy diferente y España también.

El siglo IX no es esa edad media que solemos leer y eso es una de las cosas que más me atrajo y ahora está llamando la atención. Es un tiempo de donde surgen las leyendas y el ambiente es así, casi bordeando la fantasía pero sin cruzar esa línea.

Entre tales hecho legendarios están, por ejemplo, el resurgir de un misterioso linaje que acabará reinando la Corona de Aragón durante más de 500 años, o el hallazgo de un secreto oculto en Barcelona que convulsionó el orbe y cambió la historia, según algunos historiadores. Hay enigmas de aquel tiempo que merecen ver la luz.

¿Ha buscado deliberadamente la épica de la época para escribir la novela?

La épica es clave. La tierra maldita es visceral porque de ahí nació, pero no es el único ingrediente. Hay misterios, secretos, lugares peligrosos, ambición humana aliada con fuerzas malignas, conflictos religiosos, el tesón de la clase plebeya que busca oportunidad en la frontera más remota y peligrosa. Nos enfrentaremos junto a los protagonistas a turbios juegos de poder, conspiraciones, alianzas y traiciones. Eso sí, aunque pueda parecer insólito, toda esta trama tiene un substrato histórico que iba encontrando al investigar sobre aquel tiempo.

"La tierra maldita es una inmersión en un tiempo único, donde vivieron personajes únicos y ocurrieron cosas únicas"

¿Cómo calificaría la novela como histórica o de aventuras?

Es una ficción histórica. La califico así porque su argumento no es un modelo universal, no es un West side story adaptado al siglo IX. La tierra maldita es una inmersión en un tiempo único, donde vivieron personajes únicos y ocurrieron cosas únicas, por eso no es simplemente un relato de aventuras.

Escogí la historia del obispo Frodoí, enviado a Barcelona, y de un grupo de colonos que buscan una oportunidad en uno de los lugares más peligrosos del orbe: la frontera con Al-Ándalus. Durante esos años ocurrieron hechos decisivos y la novela tiene varios puntos de vista para poder vivirlos.

¿Remontarse a épocas tan pretéritas y desconocidas le dan un tinte más legendario a “La tierra maldita”?

La Marca Hispánica, la frontera al sur de los Pirineos, será después Cataluña Vieja, hasta hoy considerada tierra de brujas y con un patrimonio increíble de leyendas y tradiciones populares. No es el único lugar ni mucho menos pero hay algo especial allí (sólo hay que visitar el Montseny). La tierra maldita no cruza el límite entre la historia y la fantasía, sus personajes no verán ningún dragón, sin embargo creen en ellos. Lo que sí verán son antiguas prácticas, muchas de las cuales han resistido el paso de los siglos. Ese ambiente ancestral me interesa mucho como autor.

¿Por qué califica esa tierra como maldita?

Sólo puede tener ese calificativo pues era un territorio en manos del rey francés, una frontera mal defendida que periódicamente arrasaban los sarracenos. El sur de la Marca se despobló y se deshabitaron ciudades como Ausa (hoy Vic).

Los condes nombrados por el rey de Francia tenían escaso interés por una tierra miserable y peligrosa. En la misma frontera, sobre el río Llobregat, Barcelona resistía pero no era una ciudad medieval, sino una urbe romana en buena parte derruida excepto las murallas, aislada entre marismas, sin puerto ni comercio. Parecía inédito a nivel literario. A partir del mandato de Frodoí como obispo de Barcelona, la ciudad tomará un nuevo rumbo pero, como decía antes, estamos en un tiempo donde no había nada decidido.

En los confines de Sacro Imperio y haciendo frontera con las tierras árabes, la ubicación de su novela tiene mucho de fronteriza, casi podríamos decir que tiene un sabor a “Far West”, ¿lo ha buscado deliberadamente?

No. El hallazgo de este ambiente fue casual, de hecho era una época por descubrir para mí. La palabra “Gotia” me era totalmente desconocida y “La Marca” se sonaba a juego de rol. Comencé a buscar más información sin saber el porqué y sin darme cuenta me pasé días enteros leyendo y buscando más documentación sobre la época. En ese momento no pensaba que abandonaría mi anterior proyecto literario para embarcarme en La tierra maldita.

Además de la situación de Barcelona en el extremo fronterizo, estaban el ambiente legendario, los peligros de un lugar desolado y los juegos de poder de las familias nobles que ocurrían en la corte. Todo tenía un eco sugerente, casi familiar con sagas fantásticas bien conocidas, y sin embargo era histórico.

Su protagonista el obispo Frodoí pretende traer la modernidad a estas tierras. Realmente, ¿ocurrieron casos como el que cuenta?

Sí, de hecho Frodoí es un personaje histórico del que existe documentación y una placa en la cripta de la catedral de Barcelona. Al leer sobre él nos da la sensación de que era un tipo que solía salirse con la suya, un gran negociador y con la suficiente personalidad como para mantenerse firme en las peores adversidades.

Hay otros personajes históricos como el rey Carlos el Calvo, o los hermanos Bosón y Riquilda de Provenza (los ambiciosos bosónidas), y otros de ficción que encarnan arquetipos que nos ayudan a sumergirnos en la trama.

En la novela, no podría faltar un historia de amor. ¿Es necesario para una novela este ingrediente?

Amor, pasión. odio, ambición, lealtad, venganzas... El día que tales impulsos desaparezcan de las novelas éstas dejarán de serlo. Reales o ficticias, las novelas son un espejo de la existencia y hasta las más fantasiosa no puede eludir lo que mueve la existencia.

El amor está en la novela porque sus personajes viven. También es cierto que el amor tiene muchas caras.

Calificaría su novela como coral.

Yo creo que sí, pues Frodoí comparte el protagonismo con varios personajes y las historias están entrelazadas. Me gustaría que el lector llegara a olvidar que está leyendo y viajara a La tierra maldita siendo tanto un obispo como uno de los hijos perdidos de Tenes, o una sierva ganada a los dados y también una mujer enigmática a la que llaman el alma de Barcelona... Cada uno tiene una motivación, una razón para actuar como lo hace, y su lado oscuro.

¿Qué vínculos tiene su novela con la actualidad política?

Los problemas del siglo IX no tienen nada que ver con los del siglo XXI. En aquel territorio se luchaba por sobrevivir y ahora los enfrentamientos responden a otras motivaciones. Se discute mucho pero al caer la noche cada uno regresa a su casa sin que en la lejanía una nube de polvo señale el próximo final.

Ahora bien, no deja de sorprender que hace más de mil años los líderes de aquellos pueblos enfrentados, que se mataban y esclavizaban, eran capaces de firmar treguas y tender algunos puentes. ¿Y ahora qué?

¿Qué le ha parecido que su novela se publique en tantos países?

Es algo que me ha impresionado profundamente pues no me lo esperaba. Desde la segunda mitad de febrero, es decir, dos semanas antes de salir publicada en España, comenzaron a llegar ofertas en firme. Italia fue el primer país y luego Dinamarca. En varios se hizo una subasta entre editoriales y así hasta 12, mientras otros aún siguen sus procesos de valoración.

En el mundo editorial hay siempre algo que se escapa, que no puede preverse ni prepararse.

¿Se va a quedar en el género histórico de aventuras o va dar el salto a otros géneros?

Yo de momento me he sentido cómodo en este género aunque en mi cabeza pululan proyectos muy distintos. Como lector me gusta variar de género y como escritor la posibilidad también me seduce, pero no nos vamos a engañar: una cosa es escribir y otra publicar. Como lectores solemos encasillar a nuestros escritores favoritos según el género y las editoriales se acomodan a esos gustos. Estoy convencido de que la mayoría de escritores tienen proyectos de novelas de diferentes géneros, pero ya no son tantos los que pueden verlas en las librerías. Ya veremos.

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