«A Perú llego de la peor manera imaginable. En un carguero que circula por el Amazonas desde Manaus hasta la triple frontera, durante ocho eternos días en los que cuelgo de una hamaca de la que no me muevo para que no me roben las gentes que vienen de vuelta tras pasar droga de Colombia a Brasil. Un Gran Hermano a lo salvaje». Con descripciones como ésta, Elisabeth G. Iborra, periodista, viajera y autora de 17 libros, más allá del bestseller “Anécdotas de enfermeras”, vuelve a sorprender con su estilo irreverente, fresco, directo y desenfadado. En este caso, aporta su visión del mundo y comparte consejos y anécdotas de su viaje en solitario alrededor del mundo realizado hace unos años: «Era 2009, despuntaba la crisis, había muy poco que hacer en España y pensé que era el momento oportuno para desaparecer e irme a cumplir mi sueño».
Elisabeth no se muerde la lengua a la hora de referirse a los lugares y gentes que encontró: «He querido reservar Vietnam para el libro de los destinos a los que nunca regresaré, al menos de la manera en que lo hice, ya que me sentí atracada como si fuera un cajero automático». De los treinta y tres países que visitó, ha seleccionado los destinos que recomienda visitar para este tomo y ha extraído India, Vietnam, Hong Kong, Macao, Ecuador y el territorio comanche indígena desde Titikaka a Bolivia, porque, «a pesar de lo interesantes y bellos que son estos destinos, jamás recomendaría visitarlos de la manera en la que yo lo hice».
Desde el interior de Laos, Camboya o Tailandia, hasta los volcanes y las playas más recónditas de Filipinas, en donde la autora recala tras uno de los peores tifones sufridos en el archipiélago, o problemas en las aduanas domésticas en numerosos destinos, su periplo nos conduce por el planeta con su visión de mochilera solitaria.
Colombia, un susto por gilipollas.
Bolivia, un desastre a todos los niveles: «Salgo por la mañana al parque Lleras a desayunar y a ver la feria de artesanía del Poblado, cuando viene un hijo de puta, me arranca el ordenador de las manos y sale corriendo, ante lo cual yo corro aún más. Intento parar el taxi en el que se ha subido, el taxista prosigue, grito para que alguien los pare, sigo al taxi como alma perseguida por el diablo y no me subo encima porque voy con chancletas, que, si llego a ir con las botas de trekking, juro que me encaramo en la baca del coche». Con este estilo tan directo narra Elisabeth algunos momentos vividos.
Sin ahorrarse epítetos describe los destinos: «Bolivia, un desastre a todos los niveles», así como ciertas situaciones complicadas: «Sé que con los musulmanes es mejor no provocar situaciones comprometidas y llevo un escote lo suficientemente generoso como para que se pongan supercachondos si me pongo a bailar sin ni siquiera intentar ser sensual, pero insisten tanto que al final acabo montando un numerito tanto sola como acompañada mientras el coro me jalea».
A lo largo del libro describe lugares que le han atrapado: «Colombia, para no perdérsela y repetir», «Brasil supera toda expectativa y sueño realizable», «Malasia, el país de mis emociones», o sobrepasado: «Australia, el lugar donde lo perdí todo y gané grandes amigos» y aporta una visión personal de acontecimientos, como el golpe de Estado de Ecuador de 2010, que la protagonista pasó muy bien acompañada mientras su familia en España la buscaba entre las revueltas en los informativos.
Un libro de aventuras y una guía práctica
Se trata de un libro de aventuras y de una guía que aporta datos de horarios, locales donde comer, precios, medios de transporte, alojamientos, alquiler de bicicletas, lugares poco seguros y visitas guiadas; y a la vez de una divertida crónica en primera persona de una viajera solitaria.«Si quieres ahorrarte disgustos y discusiones en Tailandia, lo único que has de hacer es evitar a los conductores de taxis y, con especial ahínco, a los de tuk tuk. Sin ellos, todo lo demás irá perfecto y saldrá rodado».
También es un libro dirigido a las mujeres: «Es a las mujeres a quienes más les cuesta animarse a viajar solas, y eso hay que remediarlo». Un libro escrito por alguien que se autocalifica como «Liberada, sin tapujos, sin hipocresías y sin pelos en la lengua, con una sorna de campeonato».