«Los vientos hostíles castigan a quienes se atreven a visitar este confín perdido, que parece sacado de una leyenda, por su sideral lejanía e inhospitalidad. Es el lugar ingrato donde los héroes árticos acuden a la llamada de lo desconocido y son azotados por el aire gélido como castigo a su atrevimiento. Buscan la isla del tesoro, pero encuentran una tierra baldía».
Esta novela atrapa al lector desde la primera página. En ella se cometen múltiples asesinatos. “Sin cadáver no hay crimen. Sin crimen no hay castigo”, se repite la protagonista con cierta frecuencia. El calentamiento global es inversamente proporcional al enfriamiento moral de los protagonistas de esta novela.
"Los gatos salvajes de Kerguelen" tiene un ritmo narrativo magistral. La acción se intercala con magníficas descripciones de la Antártida, de su fauna y de naufragios pasados o recientes que tuvieron lugar en esas islas.
Un grupo de jóvenes investigadores viaja a las islas de la Desolación, frente a la Antártida, para registrar los efectos del cambio climático en la fauna y la flora. Es un territorio hostil, completamente aislado de la civilización y azotado por vientos huracanados. Forzados a un confinamiento total y alejados de la civilización, los científicos se verán enfrentados a sí mismos y a los demás en un sur gélido y despiadado como la misma condición humana. Al tiempo que estudian los signos que predicen la llegada del fin del mundo tal y como lo conocemos, este grupo de estudiosos asistirá a una serie de misteriosas desapariciones.
Marta Barrio García-Agulló (New Haven, 1986) es Licenciada en Filología Hispánica y en Estudios de Asia Oriental por la Universidad Autónoma de Madrid y trabaja desde hace más de diez años como editora en Alianza Editorial. Los gatos salvajes de Kerguelen, su primera novela y brillante prueba de su fresco talento narra-vo, demuestra también un profundo compromiso en la lucha contra el cambio climático.
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