www.todoliteratura.es
Fernando Ballano
Ampliar
Fernando Ballano (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Entrevista a Fernando Ballano: “El objetivo principal de muchos soldados era permanecer vivos durante la guerra civil”

Autor de “Tierra de nadie”
Por Javier Velasco Oliaga
lunes 14 de febrero de 2022, 19:57h

Quedo con Fernando Ballano en casa de su editor Ricardo Artola. La tarde promete ser interesantísima porque ambos forman un dúo muy peculiar y conjuntado. Hay que reconocer que Artola tiene un fino olfato como editor para exprimir a sus autores y sacar todo lo que de bueno tienen y Ballano es un estudioso que se fija en lo que otros ni siquiera advertimos. Viajero impenitente, ha vivido en países como Burundi, Tanzania, Kenia o Uganda; ahora jubilado, se dedica a profundizar en la historia de la Guerra Civil española y lo hace de una manera increíblemente original.

Fernando Ballano
Fernando Ballano (Foto: Javier Velasco Oliaga)

“Siempre busco hacer algo diferente. Para escribir este libro estuve años seleccionando y guardando muchas historias que me interesaban”, dice nada más empezar nuestra larga y fecunda charla. “La historia de nuestro país siempre me ha interesado, y aunque enseñaba psicología siempre he estado estudiando Historia por mi cuenta, tanto de España como de África”, señala Ballano, que tiene un máster de Historia Contemporánea.

Comenzó a pergeñar “Tierra de nadie” en 2012 y buceó en distintos archivos buscando memorias de protagonistas anónimos de nuestra guerra civil. Ya jubilado en 2016, pisó el acelerador para comenzar a dar forma a su libro, siempre siguiendo las sugerencias lógicas de Artola: “No escribas sólo para ti”, le dijo en varias ocasiones. Ballano le hizo caso, pero quiso seguir manteniendo la esencia de su escritura y también quiso que el libro fuese una obra que a él mismo le gustase leer. ¡Un cóctel explosivo!

Así, encontró testimonios de personas anónimas que habían participado en la guerra en los dos bandos, pero que no veían a los soldados del bando contrario como enemigos, sino como personas que, por una mala jugada del destino, estaban en bandos diferentes. Eran ante todo seres humanos que tenían lazos de familia, de amistad o de procedencia y que no los veían como rivales sino como personas con tan mala suerte que tenían que llevar por obligación un fusil con el que dispararían lo menos posible o que fallarían los disparos adrede, y “que su objetivo principal era permanecer vivos en la conflagración”. De ahí que Ballano se fije en los testimonios de desertores que se pelearon con sus superiores, de personas que se quisieron reunir con sus familiares y otros que simplemente no concebían la guerra como una manera de resolver las diferencias ideológicas.

“He intentado buscar la humanidad y el sentido común que había en las situaciones más trágicas de la guerra civil”

El autor de Utrilla se fija en su libro en “los principios con los que funcionaban las personas. En las guerras se saca lo mejor y lo peor de cada uno, por eso creo que "Tierra de nadie" era un libro que hacía falta. He intentado buscar la humanidad y el sentido común que había en las situaciones más trágicas de la guerra civil. A veces el peor enemigo estaba en el mismo bando. Creo que en el bando republicano se dio mucho más esa situación ya que la rivalidad entre comunistas y anarquistas y demócratas fue muy grande –los soviéticos tuvieron que ver mucho en ello–. En el bando franquista ocurrió algo parecido entre falangistas y carlistas”, disecciona con crudeza.

El libro está lleno de anécdotas muy curiosas que pocos han contado, como el caso de una chica del bando nacional que tenía un novio del POUM, y a la que torturaron los de su mismo bando, e incluso le dijeron que lo habían fusilado, u otra como aquel cura que no dejaba decir tacos a los soldados. Infinidad de historias, muchas de las cuales ocurrieron en los frentes tranquilos o dormidos. Se llegaron a jugar muchos partidos de fútbol en esos frentes, como el del Puente de los Franceses, donde arbitró una persona de cada bando en cada parte del encuentro; también hubo partidos en Jaén, Teruel, etc. Una rivalidad llevada hasta el campo de fútbol y que las autoridades republicanas prohibieron para que no se confraternizase con el enemigo. Pese a eso, se siguieron pasando mensajes de una trinchera a otra para saber cómo estaban los familiares de cada bando, se siguieron liando pitillos porque a unos les faltaba el tabaco y a otros el papel de fumar, o cocinando paellas juntos en la tierra de nadie, pese a la oposición de los jefes militares, que no querían que sus tropas confraternizasen.

Si bien hubo momentos de camaradería, también hubo otros de mucha tensión entre ambos bandos. Se llegaban a insultar entre trincheras; hay que tener en cuenta que la distancia que los separaba podía ser de 50 o 100 metros. En los frentes, se podían oír insultos como: “me he acostado con tu mujer” o “tu hermana es una puta”, con el fin de provocar al enemigo.

Otro hecho curioso fueron las canciones que se cantaban en ambos bandos; una misma música podía tener letra diferente según donde se cantase. Por ejemplo, la canción Faccetta nera, escrita por Renato Michele en 1935, hacía referencia a la carita negra de una abisinia que los italianos querían convertir al fascismo. A esta canción los republicanos cambiaron la letra para reírse de ellos y de sus maniobras chapuceras en el frente de Guadalajara, pese a estar mucho mejor equipados que las tropas de la República. “La transmisión oral fue cambiando la letra de la canción según el frente donde se cantase, y mantuvieron la misma música”, subraya el autor. En otras ocasiones, se quedaban entre las trincheras para seguir insultándose o cantar canciones populares: uno de los bandos aportaba las guitarras y en el otro se cantaba.

Otros de los temas en los que se detiene Ballano es el de la propaganda. “Se solían simplificar en exceso los mensajes. Son los que llegan a más gente y funcionan mejor”, afirma con convicción el autor, y añade: “los mensajes sencillos son los que más se utilizan en la publicidad y la política. En la guerra se hizo mucha propaganda tanto utilizando canciones como octavillas que se arrojaban en el bando contrario”. Durante la guerra, funcionó mejor la propaganda franquista que la republicana. Sin embargo, según el autor, “la posguerra la ganó el bando de la República”.

Para el escritor soriano, “los historiadores son más poderosos que los dioses, porque pueden secuestrar la historia y manipularla”, concluye el autor de “Tierra de nadie” esta extensa conversación.

Puedes comprar el libro en:

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios