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Mónica Rodríguez
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Mónica Rodríguez (Foto: cedida por la editorial)

Entrevista a Mónica Rodríguez: “No escribo con intención didáctica, pero es inevitable que una experiencia lectora produzca un cambio”

Autora de "Rey", premio EDEBE de Literatura Infantil 2022
Por Javier Velasco Oliaga
sábado 02 de abril de 2022, 13:43h

Mónica Rodríguez nació en Oviedo, España (1969) y reside en Madrid desde 1993. Es licenciada en Ciencias Físicas, con máster en Energía Nuclear. Durante quince años trabajó en un centro de investigación, el Ciemat. En 2003 publica su primer libro infantil. En 2009 deja el trabajo en dicho centro para dedicarse por entero a la literatura infantil y juvenil. Tiene publicados algo más de sesenta libros. Ha recibido numerosos premios y reconocimientos, entre los que se destacan el premio Ala Delta, el premio Anaya, el premio Alandar, el Gran Angular o el premio Fundación Cuatrogatos en seis ocasiones. En 2018 se le otorgó el premio Cervantes Chico de literatura infantil y juvenil a su trayectoria, que también ha sido reconocida con el premio Maria Elvira Muñiz 2021 de la Feria del libro de Gijón. En 2022 ganó el premio Edebé de literatura infantil y el premio Kiriko concedido por las librerías independientes de literatura infantil en la categoría de novela juvenil.

Rey
Rey

Acaba de ganar el Premio EDEBE de Literatura Infantil con “Rey”, una novela para niños de hasta diez años que se desarrolla en la estepa rusa y cuyo protagonista es un perro asilvestrado. Una historia que enseña a los más pequeños que hay otras formas de vida con valores. En la entrevista, nos cuenta algunos de los pequeños y grandes secretos que guarda esta apasionante novela infantil escrita por una de las grandes escritoras españolas del género.

¿Qué es lo que le atrajo primero para escribir esta novela: el mundo de los perros asilvestrados, o el de los niños sin techo?

Me atrajeron ambas realidades juntas, es decir, la experiencia de un niño rechazado por su propia especie y acogido por una manada de perros asilvestrados.

¿Qué papel han jugado en su propia vida los animales?

Siempre me han entusiasmado los animales. De pequeña quería tener perros, gatos, caballos, pero me tuve que conformar con periquitos, pollitos y un pato. Ahora no sería capaz de tener animales enjaulados. Tengo un perro y me fascina la complicidad que se puede llegar a tener con un animal no humano. Cuando miro a Poe, mi perro, a los ojos veo a alguien ahí. A alguien que es como tú y como yo. Quiero decir, que siente, que sufre, que sabe...

¿Qué le han enseñado los animales que no haya aprendido de los humanos?

La compasión más allá de las especies, la fidelidad, el amor incondicional, la plenitud del presente...

¿Qué es más fuerte: la naturaleza propia de cada especie, o la crianza? (Los anglosajones lo llaman "Nature vs nurture”.)

Esta es una cuestión muy debatida: los factores biológicos innatos (genes) frente a la crianza, es decir, la interacción con el medio y las experiencias de vida. Hoy en día los expertos están de acuerdo en que ambas interactúan de una manera muy compleja. Las dos son relevantes en la conformación de las personalidades (de humanos o de otras especies). También el ruido aleatorio en el desarrollo afecta al resultado final.

"Rey" es "La llamada de la selva" de Jack London al revés (perro adoptado por humanos vuelve al final al mundo salvaje al que en realidad pertenece, pues solo así será feliz). Pero, a diferencia del perro Buck, Rey no tiene un final verdaderamente feliz, ni olvida, ni se reintegra del todo, ¿por qué?

Creo que una experiencia como la de Rey afecta profundamente a la relación con los demás y la personalidad. Rey no se siente del todo perro mientras convive con la manada, pero cuando vuelve con los humanos tampoco se siente enteramente como ellos y echa de menos a los suyos (los perros). En La llamada de lo salvaje, a pesar de integrase y liderar una manada de lobos, perdiendo toda conexión con la civilización, tampoco Buck es capaz de olvidar del todo. Cada verano acude al valle y aúlla “de un modo prolongado y lastimero”.

Es "Rey" una fábula, una historia de amistad, un Bildungsroman, o una novela de denuncia?

Cuando me puse a escribir tan solo quería indagar en la experiencia de ese niño y de esa manada. Le corresponde a los lectores decidir qué es exactamente Rey.

¿Qué enseñanza para la vida espera que se lleve de la novela un lector de 10 años?

No escribo con intención didáctica, pero es inevitable que una experiencia lectora produzca un cambio, a veces sutil, a veces hondo, y espero que con esta novela también se produzca y que ese cambio acerque al lector a la compasión, a la rabia ante las injusticias, a la necesidad de sentirse querido y protegido. A comprender lo afortunado que somos por tener un hogar y una familia.

¿Son los perros, o los animales en general, "humanos mejores"?

Si con “humanidad” te refieres a la sensibilidad o compasión ante las desgracias ajenas, sin duda, a veces lo son, aunque no siempre. No creo que pueda generalizarse. Depende de los humanos, los animales, las circunstancias...

"Rey" es durísima y muy explícita: alcoholismo, maltrato infantil, abuso de género y machista, crueldad hacia los animales, hambre, frío, peleas violentas, muchas muertes, miseria. ¿Los niños hoy crecen sobreprotegidos, o la educación moderna los dota de los medios y la madurez para afrontar y comprender la historia de Rey, ya durísima de leer para un adulto?

Creo que la literatura es el mejor lugar donde enfrentarse a los conflictos. Los niños viven en el mundo, ven, oyen, saben y reclaman que les contemos todo eso que pasa a su alrededor. La literatura les permite conocer esas realidades y ensayar sus emociones, salvaguardados por la ficción. De este modo, serán más empáticos, tendrán más herramientas para enfrentarse a situaciones parecidas y serán conscientes de la fortuna de su propia realidad.

En Sputnik, mi amor de Murakami se cuenta una anécdota muy reveladora al respecto. Cuando se estrenó la película del Oeste Grupo Salvaje, una periodista le recriminó al director que en la película hubiera tanta sangre y él contestó: “Señora, es que cuando te disparan, sangras”. No podemos decirle a los niños que cuando te disparan no sangras. No podemos mentirles porque se sentirán defraudados por la vida (o por nuestras mentiras) y sin herramientas para enfrentarse a ella. Simplemente tenemos que encontrar el modo de contarlo adaptado a su madurez y sensibilidad. Creo que el uso de un lenguaje literario, un lenguaje poético, más bello y sutil, permite acercarse a estas realidades suavizando el impacto. La belleza nos consuela ante el dolor y el cerebro lo recibe como al positivo.

“Me gusta que los libros cuando se acaben permanezcan en nosotros y los prolonguemos”

El abandono y la explotación de menores (sexual, laboral o para mendigar y robar) es una lacra hasta en los países más prósperos: ¿su novela tiene intención de concienciar también de este problema invisible y casi tabú?

Me sentiría muy feliz si eso ocurriera.

¿Por qué decidió mantener el entorno remoto ruso de la historia que inspiró "Rey", y no transponerla a España? ¿Sería verosímil su historia en nuestro país?

Creo que es más complicado que una historia como la de Ivan Mishukov pueda suceder en la España actual. Un niño solo entre perros llamaría demasiado la atención. Por otra parte, no existen manadas de perros asilvestrados en las ciudades españolas. Mantener el lugar y la época me aseguraba la verosimilitud.

¿Cuánto tiempo le llevó investigar y escribir la novela?

Para documentarme leí muchos de los artículos y entrevistas sobre Ivan, escuché una canción inspirada en su vida, vi documentales y leí novelas de otros niños ferales, como el de La niña sin nombre, de Marina Chapman, que fue abandonada en la selva de pequeña y vivió varios años entre monos. No quise, sin embargo, leer las dos novelas de ficción, inspiradas en el niño ruso, hasta haber terminado mi libro para no sentirme dirigida por la imaginación de otros novelistas. Quería indagar con absoluta libertad en lo que siente ese niño que escapa de su casa y convive con perros durante dos años. La historia de Ivan es el punto de partida, pero la novela es ficción.

Más o menos me llevó tres meses escribirla. Soy una escritora muy lenta, lo que pasa que dedico cinco horas diarias a la escritura, o más bien a la relectura y corrección, pues me paso la mayor parte del tiempo rehaciendo, retocando, releyendo.

Después de una historia tan sórdida, dura y casi nihilista, ¿puede Rey tener una continuación, o solo fue un episodio cerrado en su vida y nunca podrá volver a vivir entre perros, como veterinario, cuidador de zoo o perrera, o adiestrador?

Como lectora, y por tanto también como escritora, me gusta que los libros cuando se acaben permanezcan en nosotros y los prolonguemos. Tu pregunta es una prolongación de este libro que dejo a cada lector para que reflexione y llegue a sus propias conclusiones. Mi opinión es que podría llegar a hacerlo. Ivan Mishukov, sin embargo, hoy en día, trabaja en una fábrica, no con animales. Tampoco Marina Chapman trabaja con animales. Por fortuna, estos dos niños no perdieron el lenguaje, pero la convivencia con animales puede deteriorar el desarrollo cognitivo dependiendo de la edad. También es posible que la convivencia posterior con animales les provoque dolor. No lo sé, habría que seguir investigando, documentándose y escribiendo.

¿Cuál va a ser su siguiente proyecto?

Creo que voy a tratar de escribir una novela que transcurra durante la Semana Santa de Ponferrada, a la que iba de pequeña y adolescente con mi familia. Ese ambiente oscuro, religioso, y en ocasiones también festivo, me atrae para contar el despertar del deseo en la adolescencia. Uno de mis temas favoritos.

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