“ES UN FENÓMENO REAL; EL MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA DEL HOMBRE”. Este libro es la continuación de ‘SOLO PARA TUS OJOS’ del año-2016. “ESTÁN EN LA TIERRA MUCHO ANTES DE LA APARICIÓN DEL HOMBRE. ¿FUERON ‘ELLOS’ (MIS ‘PRIMOS’) LOS AUTORES DE LAS PINTURAS RUPESTRES? NO ME CANSARÉ DE REPETIRLO: LA TECNOLOGÍA OVNI ES MÁGICA”. Hay poco que se pueda decir o escribir sobre los Ovnis, ya que es algo mágico y que indica, de forma paladina, que es absurdo concebir un Universo tan gigantesco vacío de seres más o menos inteligentes.
Existe un respeto imponente por parte de los gobiernos sobre estos hechos, y tratan de ocultar cualquier tipo de investigación que se precie. El primer caso se refiere a una pintura datada entre 5.000 y 7.000 años a.C., el autor recibe una epístola de un joven llamado José Manuel Frías, desde Peñarroya. “Y como es mi costumbre visité una cueva donde había pinturas rupestres… No esperaba encontrar nada impactante, pero algo me decía que el alto nivel de avistamientos ovnis en la zona tal vez fuera más antiguo de lo que sospechaba. Y de pronto me encuentro (le adjunto la imagen) con algo que me dejó de piedra. En una de las paredes del refugio veo una pintura rupestre en la que se aprecian cinco individuos danzando y adorando algo que se eleva sobre sus cabezas. Y ese objeto en el aire es… ¡el símbolo de ‘UMMO’! Antes de llegar a conclusiones precipitadas quise cerciorarme de la antigüedad de la pintura, y para ello me puse en contacto con uno de los más destacados arqueólogos andaluces, quien me confirmó que la pintura estaba catalogada y que se remontaba a la época del Calcolítico (hace unos 5.000 años)… ”. En este caso se confirma la antigüedad de la obra, entre 5.000 y 7.000 años a.C. El profesor Moure Romanillos afirmó que ‘podría tratarse de una danza solar con las clásicas representaciones animalísticas esquemáticas’. Está claro que ese aserto no le gustó nada al autor de este libro.
Para JJ. Benítez el hecho se subraya en que una nave ummita se presentó en la zona, y los hombres prehistóricos de ese lugar pretendieron dejar constancia del hecho en la cueva, que además serviría de abrigo para su no desaparición; el autor especula sobre cómo les impresionó el hecho extraterrestre a aquellos seres tan primitivos, y por eso lo pintaron. Existe un grabado del siglo XII a. C.; que es una estela lítica de los inicios de la Edad del Hierro, de hace 3300 más o menos. Fue hallada en Solana de Cabañas, en el pueblo de Logrosán-Cáceres. Según JJ. Benítez la celebérrima H que aparece es la del planeta Ummo y los ummitas dejaron su identificación por muchos lugares terrícolas. No obstante, los arqueólogos la han definido como ‘estela de un guerrero’. “Merced al esfuerzo de Leonte Objío y de Sebastián Robiou, veteranos investigadores del fenómeno ovni en el Caribe, me fue dado contemplar decenas de pinturas rupestres y grabados en la fascinante República Dominicana. Me he paseado por casi todas sus cuevas y abrigos rocosos. Y lo que he hallado me ha dejado perplejo”. El autor cita varios ejemplos de su aserto ummita: Cuevas del Pomier. Cueva de las Maravillas. Cuevas de Azua y Sajona. Cueva de Yabonai. Este volumen es muy complicado, y sus constantes y múltiples ejemplos deben ser analizados sistemáticamente.
El fenómeno ovni está rodeado de un halo de misterio y, asimismo, de un intento de opacificar su existencia, ¿¡si es que la hay!? Existen autores entregados a ello, y que conjeturan todo lo habido y por haber con respecto al hecho. No obstante, sería muy de agradecer que, si están y son, nos enseñasen pautas de conducta para que los habitantes terrestres mejorásemos nuestra ética. El siguiente capítulo se refiere a los Alpes franceses, donde el enfrentamiento entre Benítez y los arqueólogos es inevitable, y esclarecedor. “El 22 de junio de 2003, en una visita al Museo del Hombre, en París, fui a tropezar con la réplica de un grabado en la roca que me dejó nuevamente pensativo. El original se encuentra en los Alpes franceses, en el Parque Nacional de Mercatour (cerca de la frontera con Italia). En él se observa un objeto desconocido: a los pies se ve una escalera. Junto a la escalera aparece un individuo con los brazos en alto (aparentemente en señal de saludo). Algo más a la izquierda, en la gran roca, se distingue un segundo individuo, mucho más alto, y cubierto con un extraño traje. En la parte izquierda de la cabeza ha sido grabado algo que se asemeja a un telescopio (?). Es fácil comprobar que el artefacto está integrado por dos piezas. Algo más atrás aparece otro objeto con un chorro (?) de humo o luz en la parte inferior”.
Los estudiosos de la época prehistórica definieron a los grabados como el de un jefe de tribu y con sus brazos en cruz anunciando el norte y el sur, con el anuncio de la fecundación de los campos por el dios de la lluvia. Dos estudiosos de la ufología indicaron que el número de rocas grabadas eran 3.639 y el número de grabados supera los 32.000. La conclusión del autor del presente volumen refiere: que esos hombres del calcolítico vieron descender muchas naves del cielo, y quedaron asombrados, a lo mejor asustados, pero siempre deslumbrados; el escritor está entristecido por no haber conseguido convencer a la arqueología oficial sobre la proposición ufológica. Así nos podríamos ir extendiendo en el ingente número de trabajos referentes a la relación de divorcio, total y absoluto, existente entre la arqueología y la ufología. Yo lo único que puedo indicar, paladinamente, que es muy conveniente la lectura de este volumen para llegar a algún tipo de conclusión, en relación a que a lo mejor sí existe algo más allá de la estratosfera. El esfuerzo de autor y editorial merece una lectura respetuosa e interesada. Mis mejores deseos. «Qui cum sapientibus graditur erit amicus stultorum efficientur similis».
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