"Víctor Ros es mi particular homenaje a mi personaje de ficción favorito que es Sherlock Holmes", dice el novelista nada más comenzar la conversación. Víctor Ros es, sin embargo, un detective muy alejado del británico. Ros es una persona del pueblo llano, hijo de un arriero que vivió huérfano por las calles de Barcelona hasta que un policía le acoge en su casa y le encauza por el buen camino.
La última noche de Víctor Ros es la cuarta entrega de la serie. ¿Será ésta la última noche y la última aventura de Ros? El autor nos desentraña el misterio, pero no lo desvelaremos para no quitar un ápice de emoción. Lo que sí podemos decir es que la próxima novela de Jerónimo Tristante no tendrá como protagonista al detective. "Las cuatro novelas están concebidas como obras independientes, pero leyendo esta última conoceremos pormenores de las anteriores", apunta. Así, quien no las haya leído tendrá ganas de hacerlo, porque Víctor Ros es un detective muy original que va conformando una saga que apetece seguir leyendo.
La novedad de esta entrega es el hijo adoptado, Eduardo. Víctor Ros lo rescató de las calles como antes habían hecho con él. "A finales del siglo XIX había muchísimos niños vagando por las calles que sobrevivían de la mendicidad o realizando pequeños robos", recuerda el novelista murciano. Algo parecido ocurría con aquellos pilluelos de Baker Street que describía Arthur Conan Doyle.
Víctor Ros es el detective más famoso de aquella España de finales de siglo, "un tipo sobrado, prepotente, con una gran capacidad de observación y que utiliza técnicas sorprendentes para la época como una máquina de la verdad, consistente en un gran estetoscopio que aplica a los sospechosos en el pecho para oír su respiración y saber si mienten", desvela el autor de El valle de las sombras. Algo sofisticado para la época, pero que ahora parece un juego de niños para las técnicas que utiliza el Grissom televisivo.
La última noche de Víctor Ros es ante todo una novela negra, pero tiene componentes de novela histórica, novela costumbrista y hasta social, porque el detective es una persona preocupada por el mundo en el que vive. "Es un personaje radicalmente positivo, muy legal, que tiene que hacer siempre lo correcto y que su objetivo es cambiar la sociedad", describe Jerónimo Tristante a su héroe. Pero también es muy efectista, un personaje muy observador que siempre tiene un conejo escondido en la chistera, parecido a los protagonistas de series como el Mentalista o Miénteme. Incluso el detective de la serie Gran Hotel, bebe de sus fuentes. Como hemos señalado antes, es como si el CSI hubiese retrocedido con una máquina del tiempo hasta el siglo XIX. "Me gusta jugar en mis narraciones con esa máquina mental para situar a mis personajes en el momento de la historia que me interesa", señala.
El autor murciano está cansado de los protagonistas antihéroes, "por eso yo he ideado un superpolicía que resuelve los casos de manera efectista en una época en que no existían realmente los detectives. Hay que recordar que en esos tiempos se iba a la guerra de uniforme rojo, todos llevaban su uniforme. Él fue el primero en infiltrarse en un movimiento obrero para desarticularlo. Esto es bastante cierto, porque la policía estaba acostumbrada a infiltrarse en los movimientos anarquistas y socialistas", rememora solícito.
Sus novelas son un homenaje al folletín, a las novelas por entregas que se publicaban en los diarios, a escritores como su querido Conan Doyle, pero también a Alejandro Dumas o Charles Dickens, lo que en España serían los folletines de don Benito Pérez Galdós. Pero son también sus aventuras un complejo puzzle que el autor va desentrañando parsimoniosamente. "En mi novela hay muchos sospechosos, Víctor Ros lo irá solucionando hasta que todo encaje o esta vez quizá, no", dice. En esta ocasión se enfrenta a Bárbara Miranda, su peor enemigo, que se ha escapado de la cárcel donde estaba recluida por el Sello de Brandenburgo en Suiza.
Cada vez que crea un personaje, "mis lectores me dicen que cree una saga y siga con ellos. Por eso me debo a Víctor Ros", anuncia, pero también a otros personajes inventados por él que gritan a coro suplicando nuevas historias que vivir y añade "yo trabajo para mis lectores. Soy un cuentacuentos que disfruta con lo que hace". Jerónimo Tristante es una persona muy activa, tanto en las redes sociales como en las bibliotecas: "voy a cualquier club de lectura que me requiere. El trato con los lectores me enriquece y como he dicho antes, me debo a ellos", repite una y otra vez.
Sin los lectores, un escritor no es nadie. Él los mima y los escucha, los tiene en cuenta y se comunica con ellos a través de las redes sociales. Para ellos está preparando los guiones de una serie que se emitirá en Televisión Española sobre las tres primeras novelas de Víctor Ros. La productora no puede ser mejor: New Atlantis y el director y responsable de los guiones, Javier Olivares, nos demostró en la serie Isabel que sabe perfectamente cómo se debe hacer un producto de calidad. Quizá por eso prescindió de sus servicios su antigua productora. En un país de mediocres no se puede ser bueno. Esperemos que la serie que protagonice Víctor Ros nos haga olvidar las espeluznantes series a las que nos tiene acostumbrados TVE, como Águila Roja, Cuéntame o Gran Reserva. La televisión estatal debería cuidar esos productos.
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