En su obra Anatomía de la ley, el abogado Tsevan Rabtan examina los desafíos que enfrenta uno de los fundamentos de la democracia. Estos retos incluyen la digitalización de los procedimientos en las administraciones públicas, la eliminación de trámites superfluos, la erradicación de la precariedad laboral en el sector y la implementación de inteligencia artificial y big data, con el objetivo de restaurar la confianza de los ciudadanos en la justicia.
El autor, conocido por su exitoso blog Las cuatro esquinas del mundo y su destacada presencia en redes sociales, explora el origen y la evolución del derecho para clarificar qué se entiende por ley y su relevancia a lo largo de diversas sociedades hasta alcanzar las democracias contemporáneas. Su enfoque combina un espíritu crítico con una intención constructiva, presentando un estilo ágil y urgente, salpicado de ingeniosos toques de ironía y humor.
Sin rodeos, Rabtan analiza los problemas que enfrenta la actual Administración de Justicia, entre los cuales resalta el interés de los políticos por influir en ella y la persistencia de métodos de trabajo ineficaces que se prolongan indefinidamente, lo que provoca desesperación en los usuarios e indignación entre los contribuyentes. No obstante, más allá de este diagnóstico sombrío, el abogado madrileño propone una serie de soluciones centradas en la inteligencia artificial. Gracias a esta tecnología, se podrá facilitar el control de datos, reducir el papeleo, ahorrar dinero público, analizar resultados y establecer un nuevo sistema que sea transparente y confiable.
«Cuando este libro empezó a mudar desde su estado de idea vaga —reflexionar en abstracto sobre la ley y la justicia, sobre su si tuación actual en España, sobre su futuro— a otro de work in Progress, me propuse, con toda la melancolía del mundo, un re sultado que contuviera algún microgramo de utilidad», señala el autor.
Tsevan Rabtan nació en internet, en las webs de juegos de ajedrez online, y se hizo adulto, sin pretenderlo, en el viejo nickjournal de Arcadi Espada, tierra madre de tantos blogs y escenario de gigantescas batallas virtuales. Escode a un abogado español, de vecindad civil común, madrileño de nacimiento, y aficionado al deporte extremo de la polémica de sobremesa. La usurpación del nombre del autócrata de los mongoles zúngaros no le salió gratis: se le pegó a la piel y se ha convertido en una segunda identidad a la que ya no puede renunciar sin el castigo del Eterno Cielo Azul.
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