Con su habitual prepotencia y auto complacencia, Donald Trump anunció que “hoy es un día muy importante, Un día hermoso o, potencialmente, uno de los mejores días en la historia de la civilización, después de las cosas que han estado sucediendo durante cientos y miles de años. Creo que, como mínimo, estamos cerca, muy cerca. Quiero agradecer a Bibi su gran esfuerzo. Hoy es un día histórico para la paz”. Se trataba del lanzamiento de su Plan de Paz, elaborado por su representante personal, Steve Witkoff, y su yerno Jarel Kushner, judíos ambos, tras consultar con algunos países árabes moderados y finalmente con Benjamín Netanyahu, quien aguó cuanto pudo el texto acordado en principio con Egipto y Qatar.