Por sus diarios va a recibir la cantidad de 800.000 euros
Les voy a contar tiene un título equívoco, como equívoco es el autor, porque cuando oímos o leemos eso, ya suponemos que lo que nos van a contar es un cuento, y más si viene de un político, pero no es el título que ha escogido para sus Diarios -que no memorias- de un político nada frecuente, José Bono, protagonista y testigo del poder durante más de tres décadas. José Bono, buen conversador, que disfruta en el trato con los demás, decidió, a principios de 1992, tomar buena nota, y el 8 de abril de ese mismo año comenzó a escribir y a hablar a su grabadora, cada día un poco, de cuanto vivía, escuchaba, observaba y sentía.
Eso con el tiempo le ha resultado muy rentable. 800.000 euros es lo que le ha pagado la editorial por sus diarios, "tienen un afán más notarial que de recuerdos", dice sobre ellos, aunque también señala que no ha cobrado esa cantidad, "que sólo es la cifra que figura en el contrato". Figure o no en su contrato, la editorial Planeta ha tirado la casa por la ventana y este envite les está saliendo bien, en un primer momento, ya que el mismo día de la publicación del libro ya estaban imprimiendo la segunda edición, ya veremos lo que les deparará el futuro.
"El primer libro no lo recibí yo, sino Felipe González ayer en Barcelona, que era día festivo. Yo hasta hoy no he tenido uno entre mis manos", cuenta con orgullo José Bono, que califica al presidente socialista: "como él no hay tres en un siglo". Siempre mostró admiración por el líder sevillano, como también la tuvo a Alfonso Guerra, pero las desavenencias con él dieron lugar a que comenzase a escribir los diarios.
"Muchos me animaron a escribir esas notas. Ramón Rubial fue el primero cuando me dijo -lo que me acabas de contar tienes que escribirlo- en referencia al encontronazo con Guerra". Así se puso a ello. En una ocasión se encontró con Leopoldo Calvo Sotelo, autor de unas memorias magistrales, y le pidió que le dejase leer las notas que escribía. Se las dejó, leyó lo que quiso y le espetó: Tú eres de los que debe publicar y, además, debes dejar algo sin publicar por si alguien te dice algo, pero cuenta la verdad, no como Fraga que sólo decía una verdad en sus memorias En busca del tiempo servido: finaliza julio, comienza agosto. "La verdad es que no he seguido el consejo y lo cuento todo", afirma rotundo Bono.
El primer tomo comprende desde 1992 hasta 1997 más un epílogo que llega a 1999, justo cuando se enfrenta con Rodríguez Zapatero por la secretaria general del PSOE y pierde. Le ofrecieron ser el presidente del partido, "figura meramente decorativa, pero la rechacé pese a la insistencia de Pascual Maragall al que tuve que decir: no puedo aceptar porque no estoy de acuerdo con el modelo de partido que estáis haciendo". Pese a las diferencias, Zapatero le llamaría para ocupar el ministerio de Defensa y, posteriormente, la presidencia de las Cortes.
El resultado de sus diarios es una interesante obra con la veracidad de un acta notarial, "he hecho más de 200 comprobaciones llamando a los protagonistas y diciéndoles lo que iba a escribir para ver si era cierto y el recuerdo no había jugado una mala pasada", explica. Todo ello sin cortapisas ni autocensuras, en la que Bono lo "cuenta todo de todo y de todos". Ahí están las opiniones y actuaciones del Rey y la Reina, Felipe González, Guerra, Narcís Serra, Rubalcaba, Almunia, Leguina, Adolfo Suárez, Calvo-Sotelo, Carrillo, Pujol, Maragall, Aznar, Fraga, Fidel Castro, Baltasar Garzón, Mario Conde, Jesús de Polanco, los cardenales Tarancón y Marcelo González, entre cientos de nombres.
Todo son revelaciones: el agrio desencuentro del autor y de Felipe González con Guerra; la oferta de la vicepresidencia del Gobierno a Suárez por parte de Felipe; los recuerdos de la Reina sobre Franco; el uso de los fondos reservados para fines muy reservados; lo que cuesta, en millones, «ser bien tratado» por los medios. La pesadilla de la corrupción; la huida de Luis Roldán que a punto estuvo de ser ministro de Interior. Cómo se vivió y gestionó el caso GAL en Moncloa; el berrinche del juez Garzón al no ser nombrado ministro. Las conversaciones con Mario Conde, que pensó afiliarse al PSOE o más bien al PSP. Mario Conde me dijo que "había votado dos veces a Felipe González".
Con fino humor y aun con ternura, el autor no ahorra anécdotas, como la del cura de los condones que captaba votos para al PSOE, la curiosa selección de «los mejores huesos» para la tumba de Quevedo, la lista de asistentes al entierro de Don Juan hecha por él mismo, la cabra del obispo de Almería muerta por indigestión de Concordato, o los huevos fritos reclamados con urgencia por la hermana del Rey la noche del 23-F.Desde el estricto compromiso con España, Bono aporta las claves para saber cómo y quiénes forjaron nuestra historia reciente y desvela sin dobleces o fingimientos, pero sin dar pábulo a la maledicencia, sus zonas oscuras.
Todo como "un resumen objetivo de mi verdad, es un ejercicio personal de transparencia", así define su libro. Reivindica la verdad, "no es un diario de almíbar, más bien es un diario hecho a pelo". Ha procurado hacer un relato que se lea con interés, "está escrito para que no se aburra ni el pastor, ni el doctor", finaliza.
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