Hasta esa ciudad, la más peligrosa del mundo, va la protagonista Magdalena Yaracuy para encontrar a una joven española supuestamente secuestrada
El titulo de su nueva novela, “La ola detenida” hace referencia al cerro Ávila que se encuentra situado entre el océano Atlántico y la capital de la República Bolivariana de Venezuela, cuenta la leyenda que una ola gigante se detuvo en ese enorme cerro que salvaguarda a Caracas de un eventual maremoto. Hasta esa ciudad, la más peligrosa del mundo, va la protagonista Magdalena Yaracuy para encontrar a una joven española supuestamente secuestrada.
El escritor de Barquisimeto, es un enamorado del género negro. “La ola detenida” se podría calificar de thriller o de novela negra pero, eso sí, con un profundo sabor caribeño. La investigadora Magdalena utiliza diversas artes adivinatorias para resolver sus casos. “Es como un superagente 86, un espía muy torpe que resuelve sus casos a base de golpes”, dice el escritor venezolano durante la entrevista que mantuvimos en la cafetería de un hotel de la Gran Vía en reformas.
Juan Carlos Méndez Guédez ha cambiado de editorial buscando mayor difusión en Estados Unidos. “HarperCollins me facilita la posibilidad de ser traducido y publicado en USA”, reconoce abiertamente. Sus anteriores libros, la novela “El baile de Madame Kalalú”, como el volumen de relatos “La noche y yo”, comparten elementos comunes y, sus protagonistas son mujeres, adoptando la primera persona del femenino para escribir sus novelas.
“En esta novela me acerco a la trama detectivesca pero utilizando elementos sobrenaturales. Magdalena no es una buena bruja y lo compensa con una racionalidad inmensa que no la impide meterse en problemas”, explica el autor venezolano con un ritmo cadencioso y añade “el humor siempre está presente en la novela porque me interesa la imperfección humana, ya que somos profundamente imperfectos”.
Sus protagonistas femeninas suelen ser mujeres de “rompe y rasga. Me salen así de manera espontánea porque crecí rodeado de ellas”, recuerda. Magdalena, una investigadora muy sui generis, es bruja de la religión de María Lionza. “No es común que una religión esté encabezada por mujeres. Por eso, quise escribir sobre esa religión que conocí perfectamente en mi infancia y que yo creo que es muy pop. Me interesa mucho contar ese mundo, aun siendo agnóstico”, reconoce el novelista.
Para Méndez Guédez, la descripción de los ambientes es fundamental. “Graham Green es increíble en esta faceta. Caracas en ese sentido da mucho juego porque hay muchas fuerzas contradictorias en la ciudad”, explica. Otros escritores que le han influido en su literatura son Jorge Amado, por el tratamiento que hace en sus obras del espiritismo, así como Leonardo Padura o Fred Vargas. Escritores que introducen elementos sobrenaturales en sus novelas.
Al escritor venezolano le preocupa su país, la crisis que llevan viviendo tantos años. “Casi todos mis conocidos han adelgazado una media de siete kilos desde comenzó la crisis. Es increíble que un país tan rico como Venezuela, en 18 años, haya quedado devastado, sobre todo por el altísimo precio del petróleo. Si a eso le sumamos la inseguridad que hay en las calles. Vivir en mi país es un auténtico peligro", recuerdo este original autor. De ahí, que afirme que “yo escribo de las cosas que me atormentan”.
En opinión de Méndez Guédez, el panorama literario en Venezuela es muy prometedor. “Hay que contar las cosas que están ocurriendo porque sino las contará el poder . El discurso contrario al poder está mirando donde no quieren que se mire. Por ejemplo, el estado de las cárceles que es realmente muy complejo. Las cárceles están controladas por los propios presos en la mayoría de esos establecimientos”, asegura.
“En Venezuela ha desaparecido el periodismo”
La utilización que hace el poder de los medios de comunicación no pasa desapercibida al escritor de Barquisimeto. “Han cerrado muchos periódicos y televisiones privadas. Podemos afirmar que en Venezuela ha desaparecido el periodismo y eso hay que contarlo pero, no podemos olvidar que una novela se documenta de la realidad pero es, ante todo, es una novela; es decir, ficción”, puntualiza.
No puede dejar de señalar que en Venezuela se cometen 30.000 homicidios al año y la mayoría de ellos queda sin aclarar. “En mis libros he ido haciendo fotografías de mi país cada vez más dramáticas. No me gusta etiquetarme pero está claro que mi país me preocupa”, expone el autor de “La ola detenida” que reconoce que si no fuese escritor le hubiese gustado ser un espía de novela.
“Europa no nos ha entendido en muchas ocasiones. Aquí se ha fomentado un turismo revolucionario que no tiene nada que ver con la vida que se hace en el país”, se queja con amargura. “Son muchos los asesinatos, son muchos los secuestros que sufrimos mientras el poder mira hacia otro lado. Los gobernantes llevan a sus hijos a estudiar a otros países y hay que decirlo porque las palabras que utilizan los políticos no son inocentes”, concluye el escritor venezolano.
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