El autor ha manejado con maestría una gran cantidad de datos, nombres, fechas y hechos, tomados de muy diversos archivos y materiales bibliográficos, incluidas las obras de Miguel Servet -la mayoría de las cuales, afortunadamente, se salvaron de la quema y han llegado hasta nosotros-.
Con todo ello, José Luis Corral ha compuesto un relato fascinante que mantiene una absoluta fidelidad a la historia, al tiempo que nos ofrece un retrato hiperrealista de la mentalidad, los hechos, los personajes y los usos y costumbres de una época crucial en la Historia de Europa en la que los sorprendentes descubrimientos geográficos y los brillantes avances en matemáticas, medicina y astronomía, convivían con el ocultismo, las guerras de religión y la persecución y muerte de miles de personas acusadas de brujería o herejía.
La nota del autor al final de la novela añade datos de interés para el lector que dan la perspectiva necesaria sobre los hechos narrados. Corral apunta aquí también el hecho de que aunque la vida y la obra de Servet han sido objeto de numerosos estudios académicos, e incluso han servido de tema de algunas obras teatrales, películas, documentales y series, su figura sigue siendo casi desconocida por la mayoría de la gente, "que apenas sabe otra cosa de él, que descubrió el sistema de circulación pulmonar de la sangre".
El autor señala, además, otro argumento que da sentido a la publicación de esta novela: el hecho de que en Europa se siguiesen matando, y aún se sigan matando a día de hoy en todo el mundo, a millones de personas por las llamadas "guerras de religión", y se sigan quemando libros, muchos libros. "Cuatro siglos y medio después de la muerte de Servet, algunos europeos no habían aprendido nada del extraordinario mensaje del médico aragonés. Y creo que seguimos sumidos, al menos en ese sentido, en una peligrosa ignorancia", concluye el autor.
La obra se completa con una relación de las obras completas de Miguel Servet, y de aquellas en cuya edición tomó parte; algunas referencias documentales importantes sobre su biografía, como el proceso de Ginebra, que se conserva "en dos legajos bastante deteriorados en el Archivo del Estado de Ginebra"; y con una completísima bibliografía sobre él, que incluye, como ya se ha comentado, obras teatrales, películas, series, documentales y guiones.
Finalmente se da una relación alfabética de los personajes históricos de la novela, en total sesenta y cinco, perfecta y oportunamente integrados en el relato, así como una cronología de su vida que corrobora y cierra el círculo de este trabajo, una lograda y amenísima obra de divulgación histórica que viene a llenar un hueco que aún quedaba pendiente y que habrá que situar y mencionar entre la mejor bibliografía existente sobre Miguel Servet.
Vienne del Delfinado (Francia), diciembre de 1552. Miguel Servet, médico y teólogo, va a publicar un próximo libro que, se supone, sacudirá las bases de la Iglesia Romana. En él expone sus ideas acerca de cómo debe ser el verdadero cristianismo y cuál ha sido la tergiversación de la auténtica doctrina de Cristo por parte de papistas y reformadores. Su título: Christianismi restitutio, "Restitución del cristianismo". La impresión de esta obra se lleva a cabo en un almacén clandestino y bajo el más estricto secreto, para evitar la censura de la Inquisición.
Miguel Servet, o Miguel de Villanueva, nombre que utiliza en Vienne, había llegado doce años atrás a esta ciudad francesa huyendo de los inquisidores de Toulouse y del Parlamento de París, quienes le perseguían a causa de sus escritos, considerados heréticos. En Vienne había llegado a ser muy querido, hasta el punto de ocupar el cargo de prior de la cofradía de San Lucas, que congregaba a los médicos de la ciudad, y de vivir en las dependencias del palacio arzobispal, donde ejercía como médico personal del arzobispo Pedro Palmier, quien había sido alumno suyo en París y a quien le unía una gran amistad.
Servet es consciente del peligro que corre al publicar el libro, pero siente que tiene que exponer sus ideas para denunciar la corrupción de Roma y volver a los ideales del cristianismo primitivo. En el último momento toma, además, dos decisiones arriesgadas: firmar el libro con las iniciales "MSV" (Michael Servetus Villanovanus, este último nombre haciendo referencia a su lugar de nacimiento, en Aragón), e incluir unos comentarios a treinta cartas que había enviado a Calvino años atrás, con el propósito de desmontar las tesis de éste. Servet no cede a las protestas y advertencias de los impresores en contra de estas peligrosas decisiones de última hora y finalmente se publica el libro. Se imprimen 800 ejemplares.
No lejos de allí, en Ginebra, Juan Calvino, autoridad moral de la ciudad, recibe uno de los ejemplares del libro de Servet. Reconoce a su autor, ya que ambos habían coincidido en París cuando eran estudiantes y, lleno de ira, se propone desenmascararlo.
Para ello, acude a Guillermo de Trie, un mercader de Lyon de pasado oscuro, miembro del Consejo Mayor de la Ciudad y testaferro suyo. Éste, siguiendo las directrices de Calvino, escribe a su primo Antonio Arney, católico, reprochándole que los católicos permitan la publicación de libros heréticos como "Restitución del cristianismo". Con ello, Calvino pone en marcha un mecanismo muy hábil para condenar a Servet sin mancharse las manos: serán los propios católicos quienes se ocupen de él.
Las cosas suceden como él espera: Arney denuncia el libro ante la Inquisición, y empiezan las pesquisas acerca de la identidad del autor. Pronto exigen a Servet que se presente ante la Inquisición. También es llamado a declarar el impresor, Guillermo Arnoullet, quien aconseja a Servet que lo niegue todo. Así lo hace y es puesto en libertad bajo sospecha de herejía.
Nuevas pruebas consiguen finalmente llevarle a la cárcel. Su protector y amigo el arzobispo Pedro Palmier trata de conseguir que el tribunal firme su absolución, sin éxito. Al entender que el proceso de Servet se ha convertido en un juego de intereses y ambiciones de carácter político, le ayuda a escapar de la cárcel, ayudado por el vicebaile, eternamente agradecido a Servet por haber sanado a su hija de una enfermedad considerada incurable.
Servet huye mientras en Vienne la Inquisición continúa el proceso. Servet es condenado a morir en la hoguera por los cargos de herejía, evasión y rebeldía, y sus libros a ser quemados con él. Ante la ausencia del reo, un muñeco es incinerado en su lugar.
Los hombres de Calvino también andan tras su pista, pero no consiguen dar con él. Su paradero es, para ellos, un misterio. Entonces Calvino idea una trampa llena de astucia que llevará a Servet hasta Ginebra. El caso volverá a enfrentar a ambos hombres en un pulso que tendrá motivaciones no solo religiosas, sino también políticas y sociales. Así se iniciará un proceso que hará historia por sus numerosas implicaciones y por las antagónicas fuerzas que pondrá en juego.
El aragonés universal será condenado y perderá su vida, pero como dijo Sebastián Castellio, uno de los más activos miembros del partido libertino, tras la votación que condenó a Servet: "matar a un hombre no es acabar con una idea, es tan solo matar un hombre". Y las ideas de este hombre extraordinario, "rebelde, soberbio, orgulloso, vanidoso, crítico, insolente, indómito, ingenuo, osado y temerario", según la descripción de José Luis Corral, así como su memoria, siguen entre nosotros cerca de 500 años después.
José Luis Corral Lafuente, Catedrático de Historia Medieval, ha sido profesor invitado en más de cincuenta universidades españolas y extranjeras. La revista francesa Actualité de l'Histoire lo consideró en 2012 como "uno de los historiadores españoles de mayor repercusión internacional".
Colaborador de los diarios El País, El Mundo, La Razón, ABC, Heraldo de Aragón y El Periódico de Aragón, de las emisoras de radio Cadena SER y Es Radio y de las revistas Historia National Geographic, Clío, La aventura de la Historia y Muy Historia, fue asesor histórico de Ridley Scott en la película 1492. La conquista del paraíso, y medalla de plata en el XXXIV Festival de Vídeo y TV de Nueva York en 1992.
Es fundador y presidente de la Asociación Aragonesa de Escritores. Como historiador ha publicado, entre otros ensayos, Historia universal de la pena de muerte, Breve Historia de la Orden del Temple, Una historia de España o El enigma de las catedrales.
Está considerado como "el maestro de la novela histórica española contemporánea" por obras como El salón dorado, El invierno de la Corona, El Cid, Trafalgar, Numancia, El número de Dios, ¡Independencia!, El caballero del Templo, El amor y la muerte y La prisionera de Roma. Ha publicado también las novelas de intriga Fulcanelli y Fátima, y el gran éxito El códice del peregrino. Sus novelas han sido traducidas a varios idiomas.
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