"La huella del hereje", de Susana Fortes

Es una trama de ritmo creciente en la que se cruzan ecologistas, peregrinos de paso, profesores universitarios, tiburones de las finanzas y curas que hacen sus propias apuestas de salvación en una ciudad levítica donde nada es lo que parece. La gran habilidad narrativa de Susana Fortes y su marcada sensibilidad poética se ponen esta vez al servicio de una novela negra en estado puro, una novela negra que bebe de las mejores fuentes de la novela actual, con magníficos y sutiles homenajes incluidos.

Como en toda buena novela negra, una baza fundamental de la obra de Susana Fortes son los personajes. Son hondos, complejos, personajes heridos por la vida, un poco perdidos pero profundamente luchadores: Laura Márquez, una especie de trasunto de Lisbeth Salander, que tiene que vivir con un pasado que la atormenta o Lois Castro, policía de la vieja escuela, divorciado y solitario, buen comedor de pulpo y gallego hasta la médula, además de un largo y magnífico repertorio de personajes secundarios con los que la autora consigue crear un completo mosaico social que, a su vez, se convierte en una sagaz reflexión sobre el mundo en el que vivimos.

Otro de los elementos imprescindibles para crear un clima adecuado para la intriga es, sin duda, el escenario. Y qué mejor escenario que la ciudad de Santiago, una ciudad milenaria que destila misterio, una ciudad melancólica y extraña, de días grises y piedras húmedas de musgo. Galicia y Santiago, en especial, se convierten en personajes imprescindibles de la novela, con sus rincones oscuros, sus soportales y la lluvia y el viento envolviéndolo todo. La novela es la quintaesencia de lo gallego, con su ironía sutil, su inteligencia, su humor taciturno, sus equívocos, su individualismo.

La huella del hereje es una historia que se va revelando como una muñeca rusa. Múltiples capas de realidad en las que conviven el narcotráfico o la corrupción con leyendas milenarias y sociedades secretas; el joven ecologista que busca salvar el mundo con el cura reaccionario empeñado en salvar a la Iglesia de los aires nuevos a costa de lo que sea; la joven atormentada en busca de redención con el viejo periodista de vuelta de todo, lo divino y lo humano, lo sórdido y lo sublime.


Con su primera novela, Querido Corto Maltés, ganó en 1994 el Premio Nuevos Narradores. En 2001 fue finalista del Premio Primavera, convocado por la editorial Espasa, con Fronteras de arena. Además ha publicado Las cenizas de la Bounty (Espasa, 1998), Tiernos y traidores (Seix Barral, 1999), el cuaderno de cine Adiós, muñeca (Espasa, 2002), El azar de Laura Ulloa (Planeta, 2006), que recibió el Premio de la Crítica en la categoría de narrativa otorgado por la Asociación de escritores y críticos de la Comunidad Valenciana, Quattrocento, que se ha convertido en un fenómeno de ventas internacionales y Esperando a Robert Capa, con el que obtuvo el Premio Fernando Lara 2009 y cuyos derechos cinematográficos han sido adquiridos por Hollywood.

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