Sami Naïr nunca pensó en dedicarse a estudiar la inmigración, pero la vida le condujo a ello. Nació en Argelia cuando aún pertenecía a Francia, por eso él es francés de nacimiento, y con seis meses de vida sus padres se trasladaron a Francia a raíz de la independencia del país africano, por lo tanto sabe y conoce profundamente lo que es la inmigración, ya que la tuvo que vivir en primera persona desde su más pequeña infancia. Esto le ha hecho estar abierto a la problemática e intentar encontrar posibles soluciones para un problema que afecta a casi toda Europa.
El libro fue presentado por el director de la editorial, Joan Tarrida, que recordó cuando conoció al escritor, hace más de veinte años. Fue a raíz de una entrevista para el periódico La Vanguardia y añadió que "desde entonces hemos mantenido una estrecha relación literaria que ha trascendido en una profunda amistad personal" y por el catedrático Javier de Lucas, el cual también mantiene con él una estrecha amistad.
En la presentación, Javier de Lucas, señaló que en el libro han trabajado, tanto él como Hélène Fabre, la editora, casi tres años y en las reflexiones y trabajos que Sami Naïr ha realizado durante más de veinte años sobre distintos temas de actualidad, sobre la inmigración y transformaciones vertiginosas que en este tiempo ha habido. El libro tiene una clara vocación europea con un proyecto muy definido y refleja también la aparición de los conflictos que han surgido tanto en Francia como en España.
Está dividido en tres ejes fundamentales. El primero, la defensa de los derechos de los inmigrantes y su integración, el segundo, las políticas migratorias y los movimientos de la población y el tercero, la inmigración, propiamente dicha, la cooperación y el codesarrollo. A estos tres ejes hay que añadir una parte más breve, de la que toma el título del libro, La Europa mestiza y que espera el catedrático que se pueda desarrollar en otros libros suyos.
El libro, según Javier de Lucas, aborda temas relacionados con la identidad del multiculturalismo y la integración, la lucha por los derechos desde la igualdad republicana de la gestión de fronteras, también sobre la política justa del asentamiento de la inmigración y sobre una política solidaria que sería beneficiosa para todas las partes implicadas en este problema.
Cuando Sami Naïr tomó la palabra, lo primero que hizo es dar las gracias a la editorial por la valentía que ha mostrado por publicar libros como éste. "El tema de la inmigración se ha vuelto un tema muy importante. Pero no a causa de la inmigración, sino a causa de que las autoridades europeas necesitaban a la inmigración para desarrollar sus propios países. Por lo tanto, la inmigración no ha venido a robar el trabajo de los europeos, sino que ha venido porque se le necesitaba", indicó el catedrático francés de Ciencias Políticas.
Naïr dividió los movimientos migratorios europeos en dos grandes oleadas. La primera fue posterior a la Segunda Guerra Mundial, Alemania y Francia quedaron tan desbastadas que necesitaban de mano para acometer la realización de las nuevas infraestructuras necesarias para el desarrollo de ambos países. A Francia llegaron inmigrantes de Portugal, España, Italia y del Magreb. A Alemania llegaron de Turquía y en menor medida de España. Este periodo duró hasta 1975.
La segunda oleada la estamos viviendo en la actualidad, con un mayor número de inmigrantes y de una procedencia más diversa, desde países subsaharianos hasta países de la antigua órbita soviética, lo que lleva a que el proceso sufra una mundialización en su transformación.
En la actualidad, según Sami Naïr la raíz del problema es el siguiente: "no hay un problema de integración porque exista un problema de inmigración, sino que hay un problema de inmigración porque hay un problema de integración", afirmó rotundo y este es el meollo de su tesis. Por lo tanto, según el pensador francés, hay que separar el tema de la inmigración de las identidades. Separar el espacio privado del espacio público y tratar el tema de las identidades en el marco de los valores colectivos.
Se mostró contrario al multiculturalismo, "cada sociedad debe de tener una cohesión y ha de ser obligatorio poder tener un espacio en común", dijo. Diferenció el problema según los países. "Hay países como Gran Bretaña, Canadá y, ahora, España donde el multiculturalismo está más arraigado en la sociedad, pero en países como Francia, el inmigrante tiene que aceptar una cultura homogénea y esta dando pie a un mestizaje de razas, donde más del 70 % de la población tiene antecedentes extranjeros", afirmó y añadió "hay que tener en cuenta que el francés más conocido en el mundo entero es el futbolista Zinedine Zidane, que es de origen argelino".
Las soluciones a la inmigración están en el mestizaje porque las razas se mezclan en igualdad de condiciones, lo que supone una igualdad de géneros. También es importante la separación de las religiones, tratarlas a todas por igual con una secularización objetiva y un laicismo profundo del estado, que sepa separar lo espiritual de lo temporal. La libertad de expresión y el humanismo fundamentado por la realidad europea son dos elementos que coadyuvarán a solucionar los problemas surgidos de la inmigración no regulada. Por tanto, cree que el uso perverso de este problema habría de ser considerado como un delito político.
También habló de la polémica surgida con Sarkozy a causa de la inmigración gitana de Rumania, que no es ilegal, ya que como europeos se pueden desplazar por toda Europa y del error de Reading. "El problema sigue siendo que Europa no es una única realidad político-económica, sino que Europa siguen siendo sólo dos países: Francia y Alemania que manejan las instituciones a su antojo. Por eso, el problema de Alemania no es la inmigración, el problema de Alemania es España por ser el país más endeudado de Europa", añadió.
El problema del racismo en diversos países de Europa fue también tratado por el escritor, "el Frente Nacional francés o los problemas que están surgiendo en Cataluña con declaraciones de muy mal tono hacen que se esté estigmatizando a la inmigración, por eso la solución a estos problemas en el mestizaje, la unión de razas, creencias, religiones y culturas", concluyó.
Pensamiento
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