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Presentación de “Jerusalén, la biografía” de Simon Sebag Montefiore

jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

Por Felipe Velasco

“Mi objetivo es escribir la historia de Jerusalén en su más amplio sentido, dirigida a todos los lectores en general, sean ateos o creyentes, musulmanes, cristianos o judíos, sin ninguna intención política y sin profundizar en el conflicto actual. Explico la historia cronológicamente, a través de las vidas de los hombres y mujeres, soldados y profetas, poetas y reyes, campesinos y músicos y de las familias que construyeron Jerusalén.”


Con estas palabras define Simon Sebag Montefiore su novela, Jerusalén, la biografía (Editorial Crítica), que se presentó el 14 de septiembre en la Casa Sefarad de Madrid, institución dedicada a tender puentes diplomáticos entre España y la comunidad judía e Israel. Ésta es la tercera novela de Montefiore publicada en esta editorial.

Para el ex ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos, quien presenta la obra junto con el autor, éste es un acto emotivo por su gran relación con la institución pública dedicada a impulsar las relaciones exteriores y muestra su orgullo por cumplir todos los objetivos que se habían propuesto para esta casa. En un principio dudó de venir a esta presentación ya que Israel es campo de minas y que cada comentario puede dar pie a muchas críticas y debates. Pero el impacto que Jerusalén, la biografía tuvo sobre él logró eliminar todas sus dudas.

El ex ministro de Exteriores define esta biografía como una obra maestra de 672 páginas que recorren la historia del mundo, ya que la historia del mundo es la historia de Jerusalén. Una de las razones por las que accedió a presentar la novela es que Jerusalén significa mucho porque, después de España, el país en el que más tiempo ha pasado es en Israel, por lo que esta nación es parte de su vida. Otra razón para su participación en este acto es la cantidad de elementos comunes que comparten Madrid y Jerusalén, especialmente el agua dulce, pues no olvidemos que en su origen árabe, el significado del nombre Madrid es manantial.

También le llamó la atención el título por ser una biografía de una ciudad, ya que este género nos tiene acostumbrados a personas. ¿Y por qué LA biografía y no UNA biografía? Porque la obra recorre el espíritu y la vida de la ciudad de una manera que no se había visto antes, ya que lo que ha hecho eminentemente Jerusalén es Historia, no geografía ni arte, y este libro no es una descripción geográfica ni transcribe la monumentalidad de la Ciudad Santa, sino que se centra en reyes, poetas, políticos, diplomáticos, campesinos o civilizaciones… cada una de las cuales han expresado los sentimientos de cualquier ser humano, el amor, el odio, la crueldad, la compasión… y eso siglo tras siglo hasta llegar al año 1968. Por lo que la referencia a la vida que viene implícita en la palabra biografía le viene de perlas al título del libro.

A su vez, uno de los elementos más atractivos del libro es la fuerza que alcanza al tratar de demostrar cómo las distintas identidades que crean Jerusalén se van superponiendo en el sentido general-colectivo, mostrándonos la voluntad del autor de acercarnos a las familias que forman la historia de Jerusalén.

La objetividad es notoria en el libro. En la vida no hay ningún escritor o historiador que pueda ser plenamente objetivo. Todos nos enfrentamos a un escrito y siempre aportamos algo propio, pero la crítica inglesa (que es la que más ha hablado de esta novela) es casi unánime en señalar el carácter objetivo de este libro con las palabras “remarkably objective”, sólo una de todas las críticas dice que el libro es algo parcial. La intención del autor cuando leemos el libro es su voluntad de búsqueda de la objetividad, aunque en algunos pasajes no lo logre del todo, pero siempre se decanta en todos los pasajes por elementos de igualdad y comprensión.

El autor, a su vez, tiene la esperanza de que cuando se lea este libro, quienes lo leen lleguen a la reflexión de reconocer la narrativa del otro, de que éste también tiene parte de razón y de no criticar sin fundamentos sus legítimas aspiraciones, siendo la manera de convivir la del respeto y la tolerancia. Leyendo el libro llegamos a la conclusión de que Jerusalén no ha logrado nunca vivir en paz, porque no han sido los propios ciudadanos de Jerusalén los que han dictado su futuro. Han sido terceras potencias las que se han disputado la posesión de Jerusalén desde los babilonios hasta los ingleses, estadounidenses o rusos. En palabras del ministro, Jerusalén está llegando ahora a su madurez política, son ellos los que tienen que decidir su propio futuro.



Finalmente, hay algunos autores que dicen que no habrá paz en Oriente Medio sin la intervención de Jerusalén, lo que se refleja en la novela diciendo que en ninguna oferta puede meterse a Jerusalén en la mesa de negociaciones. El autor tiene la valentía de escribir un libro como el que ha escrito sobre Jerusalén, por lo que el ministro Moratinos le felicita por haber logrado lo que parecería imposible ya que nos logra convencer de que hay soluciones reales para la situación de Jerusalén aunque falte voluntad política.

El autor se ha preparado durante toda su vida para escribir este libro ya que se ha sentido fascinado por cada piedra de esta ciudad, ya que no hay ciudad tan perfecta e imperfecta, pacífica y belicosa, bella y odiada; es una ciudad de contradicciones en la que quiere centrarse en los individuos que han levantado la ciudad, independientemente de su origen. Lo escribió porque quería redactar un libro que mostrara a Jerusalén como la que realmente es y como “si no encuentras lo que quieres leer, tienes que escribirlo tú mismo”, terminó dando forma a esta apasionante obra.
Montefiore sabe que ha sido un proyecto ambicioso que le ha quitado horas de sueño y que pese a la versión seria del ministro, él espera que lo leamos también como un libro de aventuras en el que hay personajes, emperadores o escritores, pero que no deja de transmitir la esencia, la humanidad y la necesidad de comprensión de Jerusalén.

Sebag Montefiore recorre, en definitiva, 3000 años que descubren los hitos y las contradicciones de Jerusalén desde la época cananea hasta los acontecimientos emanados del nacimiento de Israel.



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