De este modo tenemos dos esferas, una la esfera más social o política, con poemas como “Ahora que dicen”, “Gobernantes” o “Mi Ciudad” que tocan estos temas, de una manera amplia y plena, y luego tenemos otros poemas en que ese toque es más sutil y viene dado en forma de pinceladas que nos dejan también su poso como ocurre p. e. en estos últimos versos de tinte feminista que encontraremos en la página 64 dentro de su poema “La Gente”: “Pero, no lo olvidemos, seamos rápidos / o lentos, estemos en medio, / al principio o al final, cuando los hombres cantan / el mundo es sencillo y es hermoso. / Y cuando las mujeres cantan es más bello aún. Por lo tanto, ya hemos escuchado al poeta y, según él, el mundo es más bello cuando nos incluye a todos, hombres y mujeres de todas las ideologías y etnias. Una gran verdad con la que no podemos estar más de acuerdo.
Y luego tenemos otra esfera, en este caso se trata de una más personal e íntima, en la que el poeta abordará con total sinceridad todos los sentimientos y hasta asumirá sus propias equivocaciones o contradicciones como persona, sin problemas, lo comprobaremos p. e. cuando leamos en la página 34: Soy un hombre contradictorio, / me gusta el cielo / cuando paseo por el infierno. O este otro verso: “Puedo estar triste y ser feliz”.
Dentro de esta esfera más personal es donde podremos disfrutar de versos cantados al amor y al desamor, a los padres, a los amigos… y, sobre todo, de versos que defienden el caminar por la vida con libertad y valentía porque pese a que el camino al hacerlo de este modo sea algo más complicado, también es cierto que es más mucho más intenso y, por supuesto, más nuestro como sin duda nos transmiten estos versos finales de la página 60: “Ya lo dije, o eso creo, en una conversación / una tarde con mi madre: / soy una persona libre y un hombre sin cadáveres. / Pero debajo de las piedras que pisa el camino / los lobos van conmigo. Y tampoco faltarán en estas 150 páginas versos que reivindican la soledad y el silencio porque escribe KM en un verso de la página 9 son: “Paz que nos ilumina”.
Para finalizar, KM defiende en este poemario el presente que somos y también el que lo vivamos con la máxima plenitud que podamos porque es una realidad que nos pertenece como nos dice en la página 10: “Porque no somos / sino parte de un todo que nos pertenece / aun no sabiendo lo que somos”.
En suma, versos largos y narrativos, con un calado profundo, que buscan el conocimiento y la iluminación propia y la de los demás a través de las historias humanas que nos cuentan, no en vano, KM ha titulado a este inolvidable poemario Pastel de Nirvana. Y es que a cada uno de nosotros nos corresponde al menos un pastel en la vida y dentro de lo posible hay que comérselo y disfrutarlo.
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