En esta ocasión, el escritor peruano trata el golpe de estado protagonizado por el coronel Carlos Castillo Armas contra el gobierno legítimo de Jacobo Árbenz, acusado injustamente de comunista por los yankees. “Todo este proceso se hubiese evitado si Estados Unidos hubiese apoyado las reformas de Árbenz, que no quería nacionalizar empresas sino las tierras improductivas, y lo que consiguieron fue que hubiese más dictaduras de uno y otro signo en el continente. Che Guevara que estaba por aquella época en Guatemala se convirtió en un descreído de la democracia”, señala el Nobel peruano.
La idea de escribir el libro fue gracias a su amigo, al que dedica el libro, el escritor Tony Raful. “Hace unos tres años escuché a Raful contar una historia bastante insólita sobre el régimen de Castillo Armas, quien llegó al poder en Guatemala después de un golpe militar montado por la CIA contra el presidente Jacobo Árbenz. El asunto me intrigó tanto que comencé a investigar al respecto, hice dos viajes a Guatemala, entrevisté a mucha gente, leí periódicos de la época y, añadiendo muchas cosas imaginarias, salió Tiempos recios”, recuerda Vargas Llosa al comienzo de la presentación y añade “me documento mucho para poder mentir con conocimiento de causa”.
Gran parte de los golpes de estado que se dieron en América en la segunda parte del siglo XX fueron patrocinados y dirigidos por la CIA, sobre todo en el periodo de la guerra fría, con un marcado componente anti-comunista. El principal fue el que protagonizó Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana. Desde allí, el sátrapa dominicano ayudó a otros militares en sus golpes militares de países de su entorno, donde él tenía mucha influencia. Vargas Llosa lo cuenta a la perfección en “La Fiesta del Chivo”. “Tiempos recios” entronca con esa novela de manera perfecta.
“Carlos Castillo Armas fue a hablar con el dictador Trujillo para que le ayudase en un golpe militar contra Árbenz. Le dijo que sí a la ayuda, pero le puso tres condiciones que no cumplió cuando llegó al poder. Posteriormente, Castillo comenzó a hablar mal de Trujillo y de su familia. A Trujillo le importaba poco que hablasen mal de él, pero sí de su familia”, cuenta de manera pormenorizada el Premio Nobel peruano.
Por eso, se suele decir que fue Trujillo quien mandó matar a Castillo Armas, pruebas definitivas no las hay, pero Trujillo envió a Guatemala a su asesino favorito, Johnny Abbes García, que ya fue personaje en “La fiesta del Chivo” y ahora se convierte en protagonista de la nueva novela. “El día después de la muerte de Castillo, salió Abbes García de Guatemala con la amante de Castillo Armas en un avión particular. ¿Casualidad? Yo no lo creo, pero no hay una prueba definitiva que lo demuestre”, analiza Mario Vargas Llosa.
“La libertad de un novelista es y debe ser total”
“Tiempos recios es una novela, no un libro de historia. Hay mucha invención que está entrelazada con datos históricos. En la actualidad, es la novela la que lleva al gran público los hechos históricos, mejor que los historiadores”, apunta con rotundidad el escritor de Arequipa.
En su novela se entremezclan personajes históricos con otros imaginarios que ayudan a la comprensión de la trama. “Hay hechos básicos que son imposible de alterar y que si lo hiciese podría perder su verosimilitud, pero la libertad de un novelista es y debe ser total. Yo cuando estoy escribiendo soy un hombre libre. He procurado ser fiel a los hechos históricos, pero me ha tomado muchas libertades”, confiesa el escritor.
La independencia de los países americanos se hizo muy mal
Cuando se está con Mario Vargas Llosa siempre sale el tema político de su país y del resto de América. “Hoy en día no tenemos dictaduras militares, son más bien son ideológicas como las de Cuba, Venezuela o Nicaragua, que tienen un fuerte componente populista”, dice con conocimiento de causa y añade “mi impresión es que si Estados Unidos hubiese apoyado las reformas en Guatemala, hay que recordar que se vivía casi en un estado feudal, probablemente no se hubiesen radicalizado otras dictaduras americanas”.
“He estado un par de veces en Guatemala, como he dicho antes, uno de los países más bellos de América, pero con una de las historias más violenta. Estuve tanto como turista como para documentarme sobre la novela. He incluido en los diálogos en típico voceo de Guatemala, muchas veces se cree que es Argentina el único país que lo practica, pero no”, expone.
Para finalizar, vuelve con la historia de América. “La independencia de los países americanos se hizo muy mal. Los generales de Bolívar querían ser dictadores de los territorios que se dividieron. Nuestra responsabilidad es gigantesca. América del Sur tiene que tomar conciencia del fracaso, es el primer paso para avanzar”, analiza con precisión Mario Vargas Llosa y concluye “mi novela muestra la América Latina del horror, que es un mundo muy atractivo para la literatura, pero no para la libertad”. Su novela sale en todo el ámbito del idioma español con una primera edición de 180.000 ejemplares, por lo que tendrá que recorrer toda la península Ibérica y gran parte de América en los próximos meses.
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