Una de estas violencias es la ejercida dentro del
colectivo LGTB, un grave problema que sigue siendo tabú y por el que pasan de puntillas algunos colectivos feministas. Como argumenta Antonia Chinchilla, reconocer que una mujer lesbiana sea agresora pondría en cuestión la hipótesis de
la culpabilidad del hombre y del sistema patriarcal como única o principal causa de la violencia en el hogar.
La
falta de una regulación clara y consistente para este tipo de agresiones puede originar situaciones rocambolescas. En uno de los casos, la mujer homosexual fue absuelta tras dar una paliza a su compañera porque generaba más hormonas masculinas de lo normal, un hecho que tira por tierra cualquier teoría de género.
Si una mujer pega una bofetada a otra en el ámbito de la pareja, ¿es violencia de género? ¿Y si los que se parten la cara son dos hombres casados? “Según nuestra legislación sería violencia doméstica y no de género”, afirma la abogada, quien lamenta y denuncia que en ambos casos el maltratador no reciba la misma atención ni la misma notoriedad que si la agresión ocurriese en una pareja heterosexual.
Se analizan además otras violencias silenciadas, en unos casos, motivado por el espíritu de la propia
la Ley de Violencia de Género que ignora o niega el maltrato ejercido por mujeres, en otros, por la inexistencia de medios y de registros fiables de la violencia en España. Los datos que aporta el Gobierno concluyen que si la mujer agrede lo hace en defensa propia, mientras tanto,
“no hay rastro de hombres en el recuento de víctimas a manos de sus parejas”. Desasistidos, cae sobre ellos un pesado velo de silencio.
El libro estudia otros aspectos de la violencia ocultada entre parejas. Si el volumen de denuncias que arrojan las estadísticas oficiales fueran todas reales, “no habría cárceles para encerrar a tanto maltratador”.
No existe correlación entre el aumento de las denuncias, el número de muertes ni el de condenas. Un hecho que ha llevado a la ensayista a explicar y analizar los sistemas de evaluación para detectar la veracidad de las denuncias falsas.
Los niños como víctimas colaterales de la violencia parental es otro de los temas que trata la autora en este ensayo. Afirma que la actual Ley de Violencia de Género no cuenta con los mecanismos suficientes para protegerlos, y que
sin un protocolo eficaz que los tutele pueden llegar a convertirse en los agresores del futuro.
En definitiva
, Violencias silenciadas propone reenfocar el debate y
disminuir la polarización social en un tema tan delicado
. Un riguroso ensayo que denuncia que la
falta de recursos para atender a colectivos minoritarios, la incompleta radiografía de la violencia en el país o algunas
inconsistencias y fallas de la ley de Violencia de Género está facilitando que los desaprensivos hagan uso y abuso de la ley en beneficio propio.
Antonia J. Chinchilla Palazón (Elche, Alicante-1963), ha desarrollado su profesión entre su ciudad natal y Madrid, así como en otros puntos de España.
Cursó estudios de Derecho que pronto compaginaría con su colaboración en la Audiencia Provincial en la Oficina Técnica de Asistencia a Víctimas de Violencia de Género, la primera de este tipo de ámbito nacional.
Tratando muy de cerca la lacra del maltrato a mujeres y empatizando con ellas le permitió descubrir que existen muchas más víctimas de las que revelan las estadísticas. Concluidos sus estudios, optó por el Derecho Penal y Penitenciario y el ejercicio como abogada penalista.
Compagina su trabajo con su colaboración como articulista en los periódicos: La Verdad, Las Provincias o Diario Información así como en distintas cabeceras editadas en alemán, holandés e inglés.
Como escritora ha publicado, entre otros títulos: Herramientas Para Enfrentarse a la Crisis, Inteligencia Emocional y Crisis o El Enriquecimiento Ilícito.
Ha colaborado con un programa semanal en Onda Cero, pronuncia conferencias en distintas instituciones públicas y privadas por toda España y ha impartido clases en la UNED. Es directora de GAPAVI (Gabinete de ayuda a víctimas de violencia) y preside la Asociación Política, Social y de Igualdad.
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