Yo al señor que escribe La mano armada voy y lo fusilo porque no se puede consentir, aunque como lector necesito leer ese libro una vez al año... por perversión o lo que sea. Y como no hay otros lo tengo que escribir yo. Hay mucha intencionalidad en La mano armada. Ya había muchas novelas no policiacas que tenían el antifranquismo como referente pero no conozco ninguna novela policiaca antifranquista. Que me citen novelas. Yo solo conozco esta, decía el autor hace unos años sobre su novela.
"Compuesta en primera persona, sabemos poco del narrador […] es madero, un madero cutre, de los sesenta, un madero chungo y extremo, corto, borderline, que se emborracha porque su curro se lo exige, con coñac. Y poco más. No disponemos de más información. Un personaje que aparece en un año, y un lugar, Madrid, y punto. No importa su pasado. Cuenta su presente. Y punto. Pero bajo este simple planteamiento anida una crítica del franquismo sin parangón, porque narra el día a día de alguien que carece de empatía con el contrario, y una descripción de la brutalidad policial que aturde, con sus episodios descriptivos de machismo al alza que derivan en misoginia […] una voz con rasgos psicopáticos al servicio de una eficacia narrativa que desconcierta", escribe Carlos Rodríguez Crespo en el prólogo.
Carlos Pérez Merinero nació en Écija (Sevilla) en 1950 y murió en 2012 en Madrid.
En 1973 se licencia en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense.
Tras un breve paréntesis como profesor escribe Días de guardar (1982), a esta seguirán otras once novelas que le consagran como el escritor más singular de su generación.
Escribió más de cuarenta guiones tanto para cine como para televisión.
Dirigió las películas Rincones del paraíso (1997), la trilogía Franco ha muerto (2001-2003) y Otro cuento de Navidad (2011).
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