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Los seis grandes monstruos de la literatura que debes leer
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Los seis grandes monstruos de la literatura que debes leer

Por Alejandra Pavón y Ana Prieto
martes 31 de octubre de 2023, 12:00h

Halloween llega un año más a nuestro país y con él los grandes monstruos de la literatura: brujas, vampiros, zombis, payasos asesinos, fantasmas o Frankenstein. Si eres de esos lectores a los que les gusta morderse las uñas mientras lee, anota estos títulos con los que sin duda disfrutarás de la noche más terrorífica del año.

Todos hemos crecido con cuentos de brujas. Desde Blancanieves hasta Hansel y Gretel, las brujas han sido siempre las villanas de la literatura. Sin embargo, eso está cambiando: las brujas ya no son las malas del cuento. Aquelarre (The Coven) de Lizzie Fry es uno de los más recientes thrillers de brujas, donde, por primera vez, te querrás poner del lado de las temibles hechiceras. Al estilo de El cuento de la criada, Aquelarre (2021) narra un mundo moderno en el que la brujería es real, pero donde las brujas aún son perseguidas y encerradas «por su propia seguridad». Chloe, la protagonista, empieza a descubrir su poder. Su habilidad enseguida atrae la atención de los Centinelas, una misteriosa organización dedicada a destruir cualquier manifestación de brujería. Chloe y sus aliados deberán sobrevivir a una trepidante persecución para encontrar y proteger la fuente del poder de todas las mujeres.

Más de uno de los lectores de este artículo se habrá disfrazado de vampiro para Halloween, de esas criaturas centenarias que se alimentan de la sangre de sus víctimas. El clásico que mejor representa a estas horrendas y pálidas criaturas es Drácula (1897) escrito por Bram Stoker, que ha servido de fuente de inspiración para muchas otras representaciones y adaptaciones cinematográficas, como la famosa saga: Crepúsculo. La novela narra como un joven abogado, Jonathan Harker, se ve obligado a viajar a Transilvania para establecer un negocio con un misterioso personaje: el conde Drácula, con quien adquiere diversas propiedades en Londres. Pronto descubre que el misterioso y escalofriante personaje es un vampiro atrapado en un castillo en ruinas. Una novela aterradora que explora temas como la superstición, la sexualidad reprimida y la lucha del bien contra el mal.

Hace unos años nadie se planteaba la cuestión: ¿qué pasaría si, el día de mañana, surgiera una enfermedad contagiosa que arrasara con toda la humanidad? Hoy ese disparatado escenario es un hecho. Pero ¿qué pasaría si la enfermedad hubiera convertido a las personas en zombis sedientos de cerebros? Guerra Mundial Z (2006) de Max Brooks explora las consecuencias de un apocalipsis zombi a través de los testimonios recopilados por un investigador de la Comisión de Postguerra de Naciones Unidas. Estos testimonios abordan desde la creación del virus en China hasta su expansión al resto del mundo, narrando las vivencias de los supervivientes, la guerra mundial desencadenada por los zombis y la situación en la postguerra. La novela ahonda en la incompetencia gubernamental o la importancia de la cooperación internacional. En definitiva, Guerra Mundial Z emplea la amenaza zombi como un pretexto para examinar la respuesta de la humanidad ante una crisis mundial.

Los payasos asesinos rondan las pesadillas más horribles de niños y no tan niños, y pocos autores saben más de terror que el gran Stephen King. Inspirada en hechos reales, IT (1986), que estuvo en boca de todos tras el reciente estreno de la adaptación de la novela, transcurre en la ficticia ciudad de Derry, donde un extraño ser amenaza la vida de sus habitantes. ¿Quién o qué está matando a los niños del pequeño pueblo norteamericano? El llamado «Club de los perdedores», compuesto por siete niños, se propone dar respuesta al misterio. Sin embargo, cuando todo parecía haber terminado y tras veintisiete años de tranquilidad, el payaso Pennywise les hace volver al lugar donde revivieron sus peores pesadillas. Regresarán a Derry para enfrentarse a su pasado y enterrar definitivamente la amenaza que los amargó durante su niñez.

Cuando miramos al pasado, podemos hallar sentimientos encontrados: felicidad, tristeza, orgullo, decepción… Pero, ¿qué ocurre cuando el pasado nos devuelve la mirada y somos incapaces de distinguir entre pasado y presente? Esta distorsión de la temporalidad inunda La maldición de Hill House (1959) de Shirley Jackson y revela un doble terror: los fantasmas sobrenaturales y, sobre todo, los fantasmas del pasado que vuelven al presente para perseguirte. Cuatro personajes llegan a un viejo y laberíntico caserón conocido como Hill House para llevar a cabo un experimento: el doctor Montague, un estudioso de lo oculto; Eleanor, una joven con un infeliz pasado; Theodora y Luke, el heredero de la casa. Pronto, todos deberán enfrentarse a situaciones que están más allá de su comprensión.

Por último, ¿quién no conoce la historia de Frankenstein (1816) de Mary Shelley? Esa criatura horrenda con tornillos en el cuello cuyo nombre nunca supimos, pero que siempre pensamos que era el mismo que el de su creador. La novela narra la historia de un científico suizo, Víctor Frankenstein, quien, tras asistir a las clases de un profesor de la Universidad de Ingolstadt, Baviera, decide crear el que sería el mayor avance de la ciencia: la resurrección de los muertos. Durante dos años, Víctor perfeccionó su experimento robando partes de animales y de cadáveres de la morgue y uniéndolas en un gigantesco cuerpo, al que finalmente le da vida con una descarga eléctrica. Sin embargo, cuando la criatura abre los ojos, Víctor queda horrorizado y huye de la escena. El ser experimenta la soledad, la búsqueda de la pertenencia y el significado de su existencia hasta enfrentarse por última vez con su creador.

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