"La editorial Anagrama informa de la extinción del contrato de edición para la publicación y distribución de El odio. Tras la finalización de la relación contractual, todos los derechos de la obra, cedidos en su día a la editorial, vuelven a ser propiedad del autor".
"De forma voluntaria, Anagrama decidió paralizar el lanzamiento y la distribución de El odio el pasado 21 de marzo. Después de la denegación judicial posterior, en dos ocasiones, de la petición de medidas cautelares de la Fiscalía que solicitaba esa paralización, la editorial mantuvo voluntariamente la suspensión de la distribución de la obra, que ahora confirma que es definitiva".
"Desde su fundación en 1969, Anagrama ha apostado por una literatura que invita a la reflexión y al debate tanto en el ámbito ético como en el social. En este contexto, la editorial cree que, en una sociedad democrática, debe existir un equilibrio entre la libertad creativa como derecho fundamental y otros principios morales. Por ello, considera que las obras que se inspiran en hechos reales requieren de una dosis doble de respeto y sensibilidad".
Hasta ahora, el autor no ha expresado su opinión. En ninguna etapa del proceso relacionado con la no publicación de su libro, Martín ha realizado declaraciones, lo cual se debe a la solicitud de Ruth Ortiz, exesposa de Bretón y madre de los dos niños que fueron asesinados por su padre.
La editorial ha tomado una decisión que permite al autor vender su libro a otros grupos o, si lo prefiere, editarlo de manera independiente. Según fuentes cercanas, el escritor madrileño ya está buscando una editorial para aprovecharse del revuelo que ha causado.
Una semana después de que la Audiencia de Barcelona desestimara el recurso de la Fiscalía, que solicitaba frenar la difusión del libro, Anagrama ha decidido mantener indefinidamente la suspensión de su llegada a las librerías.
La fecha de lanzamiento de El Odio estaba programada para el 26 de marzo. Sin embargo, una semana antes, la Fiscalía de Menores de Barcelona solicitó que se detuviera la publicación, señalando a la editorial que estaban considerando tomar acciones legales "ante la posible vulneración del derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen de los menores".