En Esquivias despierta la palabra del tiempo,
la casa de Cervantes respira su verdad;
allí fue proclamado, sin ruido ni aspaviento,
quien honra al Quijote con rigor y lealtad.
Doctor Honoris Causa del saber persevero,
fiel guardián de los antiguos tercios del honor,
no empuña vana gloria ni retórico acero,
sino archivo y conciencia por norma y por labor.
La Sociedad Cervantina pronuncia su nombre,
Quijote de este siglo de prisa y confusión;
su lanza es pura memoria, su escudo fiel nombre.
Catorce de noviembre selló firme razón:
no fue locura el sueño que sostuvo a ese hombre,
fue el mundo sin coraje quien negó la visión.