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Carla Guelfenbein
Carla Guelfenbein

Entrevista a Carla Guelfenbein, autora de "Nadar desnudas"

"El amor, como la guerra, inspira heroísmo"

Por Javier Velasco Oliaga
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

El pasado 11 de septiembre se cumplieron los cuarenta años del golpe de estado del general Pinochet contra la democracia chilena y su presidente Allende. La escritora Carla Guelfenbein en su última novela, Nadar desnudas, ha hecho un retrato histórico de la vida cotidiana de aquellos días centrado en tres personas, Sophie, Morgana y Diego, el padre de la primera y amante de la segunda.

La novela narra un amor imposible contado desde dos perspectivas históricas en un cuadro cruel y desasosegante. La escritora lo describe circunscrito a un momento especialmente doloroso para la mayoría de los chilenos. Esa angustia la sabe transmitir y el lector vive, como si fuese un vecino más del edificio donde vivían los protagonistas, ese devenir histórico y personal de los mismos.

¿Qué es "Nadar desnudas"'

Nadar Desnudas es ante todo una historia de amor. Corre el año 1970 en Chile. Por primera vez en la historia un presidente socialista es elegido democráticamente. Los ojos del mundo están puestos sobre su mandato.

Sophie, una chica de 18 años, mitad chilena, mitad francesa, y Morgana, española y estudiante de literatura, se conocen en medio de esta efervescencia popular. Juntas ya no experimentan la soledad de ser extranjeras, juntas se sienten poderosas y capaces de enfrentar el mundo. Hasta que Morgana conoce a Diego, padre de Sophie y amigo personal del presidente Allende, y ambos sienten una atracción instantánea por el otro. Inician así un amor prohibido y secreto a las espaldas de Sophie y del resto del mundo. Es un amor pasional y profundo. Todo el universo de Sophie se vendrá abajo cuando descubre lo que ocurre entre su padre y su mejor amiga. Nadar Desnudas se pasea por los dilemas que plantean la pasión, la amistad, el amor de un padre. Cuando treinta años más tarde, Sophie ve a través de la pantalla de televisión la caída de las torres gemelas, un 11 de septiembre como el nuestro, tendrá que decidir qué hacer con sus recuerdos. Recuerdos que, a pesar de todos sus esfuerzos por enterrarlos, han persistido en su memoria.

¿Por qué escogió la época de Allende y 29 años después como marco de la novela?

Elegí los convulsionados años 70 como escenario para Nadar desnudas, porque el tiempo del gobierno de Allende y sus años posteriores de dictadura son parte de mi vida. Durante el gobierno de Allende yo estaba en el colegio, mi padre trabajaba construyendo balnearios populares para los obreros, (los mismos que después los militares usaron como campos de detención) y mi madre era profesora de filosofía en la Universidad de Chile. En septiembre del 77 ella fue apresada y llevada a uno de estos lugares. No supimos de su paradero por varias semanas. Una mañana fue liberada en medio del toque de queda en un barrio marginal. Llegó a casa caminando, sosteniéndose apenas. Dos meses más tarde salimos a Inglaterra. Chile había dejado de ser para nuestra familia un lugar seguro. Nuestra vida quedó escindida.

Cuando empecé a escribir Nadar Desnudas sabía que iba a lidiar con mil dificultades, pero después de tres novelas, ya me sentía preparada para enfrentar el desafío. No solo tenía que contar una historia que le pertenece a todos los chilenos, sino también enfrentar la memoria y las huellas que dejó en mí.

Uno de los desafíos que tenía como narradora, era el de retratar lo que ocurrió desde un punto de vista particular: el de mis personajes. No intenté hacer un retrato de época ni un recuento histórico. Lo que me interesaba era el encuentro brutal, el cruce entre la pequeña historia, y la Historia con H mayúscula. Mientras la gran Historia se lleva a cabo, las personas continúan su pequeña vida, continúan amándose, detestándose, haciendo el amor, celándose, en suma, viviendo. Eso es Nadar Desnudas.

Ahora que se van a cumplir los 40 años de la muerte de Salvador Allende, ¿qué es lo que queda de su legado? ¿Es Bachelet su más digna sucesora?

Bachelet fue una excelente presidenta y no me cabe duda que hará un segundo muy buen gobierno. La estamos esperando.

¿Qué recuerdos personales tiene de aquella época?

Yo tenía 13 años y mi memoria está llena de imágenes. Tal vez uno de los momentos más impactantes de aquellos años fue el bombardeo a la Moneda el 11 de septiembre, y el posterior suicidio de Allende. En Nadar Desnudas, Morgana, una de las protagonistas, está en su departamento, embarazada de 8 meses, y desde las ventanas observa cómo los aviones bombardean la casa de gobierno. A través de esa ventana ve morir el sueño de una generación. Recuerdo que cuando escribía aquella escena, volvía a escuchar las palabras de Allende en mis oídos, su voz templada, su discurso definitivo, y volvía a sentir la emoción y la tristeza de aquel día. Tuvieron que pasar 17 años de dictadura para que las Alamedas volvieran a abrirse, como él anticipó en su discurso antes de morir.

¿Cómo vivió el exilio en Gran Bretaña?

Creo que hay ciertas circunstancias que actúan como catalizadores para escribir. En mi caso, uno de estos catalizadores fue el exilio. Como exilada nunca llegué a pertenecer al lugar que me había acogido. Pasaba mucho tiempo sola, y mi capacidad de observación se volvió esencial para sobrevivir. Sentía nostalgia de ese mundo que me habían obligado a dejar, y entonces fantaseaba, provocando que mi memoria se confundiera con ese universo que comenzaba a crear en mi mente. En esas condiciones, leer y escribir se transformaron en mi refugio. Ambas constituían el único lugar donde podía vivir de la forma que añoraba, sin importar la distancia, la extrañeza, ni cuán difícil se volvía el mundo exterior. El papel no era solo un espacio de libertad, era también una compañía. Creo que cada una de mis novelas está marcada por esos sentimientos. Mis personajes, de alguna forma, son extranjeros en su tierra, miran el mundo desde los márgenes. De hecho, una de mis novelas, El resto es silencio, comienza con un niño mirando el mundo desde su escondite debajo de una mesa. Yo tenía 17 años cuando salí de Chile y de los 10 que viví en el exilio aprendí la tolerancia, el respeto por la diferencia. Aprendí la rigurosidad. Pude ver mi país desde la distancia y entender con más claridad de dónde venía y a dónde quería ir.

La relación entre Sophie y Morgana es el núcleo central de la novela. ¿Por qué escogió a dos jóvenes para su trama? ¿Qué representan?

Lo cierto es que yo no las escogí a ellas, fueron ellas quienes me escogieron a mí. Los personajes nacen de una situación, de una frase, y en mi caso de una imagen, la de estas dos chicas nadando desnudas en una piscina por la noche. La imagen aparece como depositada dentro de una semilla, transformándose en una posibilidad humana. Entonces yo me pregunto, ¿quiénes son? ¿Por qué están allí? ¿Qué relación existe entre ellas? Es así como comienzo a seguirlas, y mientras escribo, sus vidas e historias se me van desvelando. Virginia Woolf cuenta en uno de sus ensayos que los personajes aparecen ante ella furtivos, caminando apresurados, y al verlos, los sigue desesperadamente hasta lograr coger algo de ellos, en ocasiones es un fragmento de sus vestidos, una greña de sus cabellos, o a veces simplemente la impronta que han dejado en ella.

¿Hay amores imposibles o las personas los hacen imposibles?

Todas las grandes historias de amor versan sobre un mismo principio: La pasión necesita dificultades para florecer. ¿Qué serían Romeo y Julieta, Tristan e Isolda, Rapunzel y el príncipe, sin los obstáculos que se interpusieron entre ellos? En el amor es la elección transgresiva la que nos llama. "El amor" canta Carmen, "es un pájaro rebelde". Ya Ovidio, en el siglo 1, decía: "Las cosas fáciles nadie las quiere, Pero aquello que es prohibido es tentador.". Incluso, en uno de sus poemas, le aconseja a las esposas con respecto a sus maridos: "Pon una puerta en su camino, y haz que un guardia le diga: "¡No pasar, fuera!" y él arderá en deseo".

El amor, como la guerra, inspira heroísmo, pero sobre todo necesita de este estado para subsistir. Porque en su esencia el amor trata de romper fronteras. Esta trasgresión es una forma de buscar la trascendencia.

Nadar Desnudas es ante todo una historia de amor, y la trasgresión surge porque Diego y Morgana, los amantes, traicionan a quien ambos más quieren, a Sophie. Sophie es una chica frágil, sensible, cuya adolescencia estuvo marcada por dos intentos de suicidio, y en Morgana encuentra por primera vez una amiga. Es justamente esta amiga quien se enamora de su padre, traicionando su confianza, destruyendo todo lo que la mantenía a flote. Los amantes, conscientes del daño que le hacen a Sophie, intentan resistirse, y en su desesperación se preguntan hasta dónde es capaz de llegar la pasión, qué traiciones y qué dolores -en pos de sí misma- está dispuesta a provocar en quienes más amamos.

Diego es una de las 20 personas más buscadas por el golpista Pinochet y su policía política, ¿por qué escogió un protagonista de alto contenido político?

Como ya he comentado, la primera semilla de Nadar desnuda es la imagen de las dos amigas que por la noche están nadando desnudas. Pero también, por esos tiempos, me rondaba con insistencia la historia que me había contado mi suegro, Carlos Altamirano, sobre su huída de Chile el año 73. Él era literalmente el hombre más buscado de Chile. Después de semanas de ocultarse de casa en casa, de esconderse incluso dentro de los tarros de basura, salió de Chile en un automóvil de la embajada de Alemania Oriental. Es un episodio que tiene mil detalles dramáticos, emocionantes y conmovedores, que retrata una época, un tiempo que yo como adolescente viví. Por eso, cuando comencé a escribir esta novela, imaginé que ese episodio sería parte de ella. Que Diego, como alto personero del gobierno de Allende, saldría de Chile por la misma vía que mi suegro se había fugado. Lamentablemente en la novela las cosas no ocurren de la misma forma.

¿Es "Nadar desnudas" un retrato histórico fehaciente de esa época?

Uno de los desafíos que tenía como narradora, era el de retratar lo que ocurrió desde un punto de vista particular: el de mis personajes. Jamás intenté hacer un retrato de época ni un recuento histórico. Lo que me interesaba era el encuentro brutal, el cruce entre la pequeña historia, y la Historia con H mayúscula. Mientras la gran Historia se lleva a cabo, las personas continúan su pequeña vida, continúan amándose, detestándose, haciendo el amor, celándose, en suma, viviendo. Eso es Nadar Desnudas.

¿Por qué el exilio chileno escogió París como centro del mismo?

Fueron muchos los países que acogieron a miles de exilados chilenos, Suecia, Francia, Inglaterra, México y tantos otros. Eran tiempos en los cuales no se escogía. Había que salir y se partía al lugar que primero nos acogiera. Es así como mi familia llegó a Inglaterra.

La novela se mueve en tres escenarios, Santiago, París y una isla frente al Mediterráneo en dos momentos históricos diferentes. ¿Los escogió para dar más dramatismo a la novela?

Hay escritores que tienen construidas sus historias mucho antes de empezar a escribirlas, los personajes, los conflictos, los lugares, la trama y el desenlace, pero yo definitivamente no soy una de ellos. La historia se va revelando ante mis ojos en la medida que ocurre. Y en ese sentido, el hecho de que la novela dé un salto hacia París, y luego hacia una isla frente al mediterráneo es algo que surge de la propia historia, que es parte intrínseca de ella.

¿Qué significa el 11 de septiembre para un chileno? ¿La posible fecha más terrorífica del calendario?

Sin duda el 11 de septiembre es una fecha ominosa, que la mayoría de los chilenos recordamos con tristeza.

¿Es posible olvidar el pasado o es mejor enfrentarse a él?

Enterrar el pasado significa enterrar la memoria, o escapar de ella. Y esta es una pregunta que una y otra vez plantea Nadar Desnudas a través del personaje central, Sophie. Después de haber vivido los convulsionados años 70 en Chile, Sophie se instala en París y deviene una connotada artista visual, negando toda conexión emocional con ese pasado trágico. Sophie, durante años, piensa que la única forma de superar el dolor es silenciándolo, enterrándolo, matando la historia que lo generó. Sin embargo, todo sus esfuerzos, urdidos a lo largo de los años, se vienen abajo a raíz de otro 11 de septiembre, el de las torres gemelas, y el pasado la asalta de vuelta con toda su fuerza. El punto, es que la memoria había estado siempre allí, ahogada, retorciéndose en lo más profundo de su conciencia, sin nunca dejarla. En su periplo hacia la luz, Sophie descubrirá muchas cosas, y una de ellas será justamente esta: que la memoria no se puede enterrar, que solo se puede aplazar, y mientras esté allí ahogada en nuestro interior, nos carcomerá sin cesar. Nadar Desnudas está siempre haciendo cruces entre la historia de sus personajes y la historia de Chile. Por eso, este dilema al cual se enfrenta Sophie, será al mismo tiempo una forma de hablar sobre los dilemas a los que como país nos hemos enfrentado estos años de democracia.

¿Es la cobardía el eje de la novela?

Es un punto interesante. De hecho, fueron muchas las preguntas que surgieron en la escritura de Nadar Desnudas.

¿Por qué personas perfectamente razonables y de buenas intenciones transgreden el límite de la lealtad y de sus más férreas creencias? ¿Cuál es la fuerza gravitacional de la pasión en la vida de los seres humanos que nos hace transgredirnos a nosotros mismos y a quienes más queremos? ¿Por qué incluso cuando muchas veces sabemos que arriesgamos con perderlo todo, cerramos los ojos, por ese instante de placer supremo y olvidamos sus consecuencias?

Es evidente que el poder de la sexualidad trasciende la racional. Por otro lado, el amor está constantemente movido por una fuerza en "contra de algo", pero también "hacia alguien". Aquella contradicción es parte de su espíritu, de su constitución combativa, de su hambre por el exceso. Nadar desnudas deja en claro que esa trasgresión tiene un costo y que en ocasiones puede ser considerable.

La traición en Nadar desnudas corre a dos bandas. La traición de Morgana y de Diego hacia Sophie -la amiga de ella e hija de él- al enamorarse, al vivir esta pasión sin medir sus consecuencias, y por otro lado la gran traición que llevó a Chile a una dictadura feroz y que costó tantas vidas.

¿Cuál ha sido la aceptación de "Nadar desnudas" en su país?

Por fortuna, mis cuatro novelas hasta el momento han tenido una estupenda acogida. Recuerdo que cuando comencé a escribir Nadar desnudas - 4 años atrás- muchos me decían que por qué escribía del gobierno de Allende, por qué ese afán de los narradores chilenos por continuar pegados a tiempos pasados, por qué no miraba el futuro, etc, etc. Pero yo estaba empecinada en escribir la historia que escribí. Lo necesitaba. Y seguí adelante, imaginando que esta vez era probable que aquellos miles de lectores que hasta entonces me habían seguido, me dejaran. Pero no fue así. Nadar desnudas estuvo semanas en las listas de los libros más vendidos. Chile, como quedó demostrado con las cientos de conmemoraciones, actos, documentales, películas y artículos de prensa de estas últimas semanas, sabe que como país no puede olvidar.

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