Esta novela es un caso raro. Incomprensiblemente ha sido publicada en edición de bolsillo. La editorial, en un caso de ceguera manifiesto, no supo ver lo que tenía entre manos y algunas de las obras que han editado en su sello estrellas no tienen ni la mitad de calidad que La vida desatenta. ¡Hasta el mejor escribiente echa un borrón! Y eso que está en el, para mí, mejor grupo editorial de España
Antonio Mercero, con su experiencia de muchos años, como guionista televisivo y cinematográfico, ha decidido romper el corsé de guiones de encargo para adentrarse en la ficción de la literatura. Algo mucho más personal y que le puede proporcionar bastantes réditos si continúa por el camino que ha emprendido en esta su segunda novela.
La vida desatenta es una singular novela coral dividida en cuatro capítulos. Historias diferentes que tienen como hilo común el despacho del abogado Vildsvin, un singular personaje que bordea la ley de forma eficaz. En cada capítulo trata un tema de actualidad, bajo una perspectiva moderna y atrevida. Los temas que ha escogido son: los abusos sexuales a menores, el abandono a los viejos, las negligencias médicas y la corrupción de los políticos.
Alrededor de ellos se mueven los protagonistas desde diversas perspectivas. Cada persona tiene una personalidad única, pero en esta novela se comporta de diferentes formas. El abogado Vildsvin además de litigador es padre, marido, maltratador psicológico a sus empleados e hijos, etc. Lo mismo ocurre con cada personaje, adopta diversos roles según la trama se desarrolle.
Podríamos decir que La vida desatenta es una novela de juicios, ya que haberlos hay los, pero la justicia española se mueve por el sinuoso camino de los acuerdos entre abogados o entre abogados y fiscales. En la novela, los hay. El más flagrante es el del caso de pederastia, donde el abogado llega a un acuerdo con un futuro obispo para que no salga a la luz su caso. Simplemente se compran voluntades, como se hace en el capítulo de la corrupción política, casi siempre motivada por intereses urbanísticos. “Lo bufonesco que se ha vuelto la vida política”, dice un personaje de la novela sobre este tema.
Los temas tratados en la novela son temas que le preocupan a Antonio Mercero, además de los tratados, hay otros que en cierta forma le indignan, como es la pederastia y son la desidia policial, lo garantista que se ha vuelto nuestro sistema jurídico, el maltrato psicológico y, sobre todo, la destrucción de la familia y la cobardía, que impide a los protagonistas acercarse a la persona amada.
En la novela hay varios ejemplos de destrucción familiar. Vildsvin ha sido un especialista en ello y se lo ha transmitido a sus hijos. Pero hay más casos, como el de una loca maravillosa. En el mundo actual, esas personas ya no caben dentro de lo cotidiano. Se han vuelto bicho raros o efímeros. La vida se ha vuelto sórdida, cada día un poco más y Antonio Mercero sabe retratarlo perfectamente con las descripciones de las situaciones y con sus diálogos, que llevan gran parte del peso de la novela.
Con pluma ágil va entrando en el mundo interior de los protagonistas, con un deje de ironía introspectiva. El ritmo de la novela es dinámico, destacando las elipsis que hace en el desarrollo de la misma. Hay ocasiones en las que no se necesita contar todos los detalles y que hay que dejar que el lector rellene los lapsus a su entender, porque al fin y al cabo la felicidad está más en la fantasía que en la realidad, en lo onírico que en lo cotidiano.
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